Capitulo 40.

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-Date prisa, amor.

Evolet escuchó la voz de su esposo llamandola del otro lado de la puerta del baño. Ella ya se encontraba bañada y vestida desde hace un buen rato,  pero tenia la regadera abierta para que su esposo creyera que aún se estaba duchando.

-Aún no termino. Ve adelantándote, te alcanzare.- sugirió ella

A Edward no le agradó la idea de irse solo, pues aún estaba la duda de aquella promesa que su esposa le había hecho prometer. Aún seguía asustado.

-No, está bien. Esperaré.- aseguró él, pretendiendo quedarse ahí.

Evolet suspiró profundamente.

-No hace falta de verdad, cariño.- insistió ella.- Clarisse vendrá en un rato, y debo hablar con ella de algo privado.- comentó.- Despues las dos te alcanzaremos a ti y Anastasia.

El apuesto vampiro lo pensó un momento, y creyó justo que Evolet tuviera un momento íntimo a solas con su hermana despues de todo lo que había pasado. Se lo merecían. Y debían hablar de muchas cosas.

-Está bien, me adelantaré.- anunció empezando a caminar hacia la puerta.

-Dale un beso a Anastasia por mi.

Aquella petición hizo confundir al vampiro deteniendo su caminata frente a la puerga, se siguió preguntando que era lo que su esposa sabía y él ignoraba.

-Lo haré. Te amo.

-Te amo mas.

(((****)))

-¿Se lo dijiste?

Evolet miró a su hermana durante unos largos segundos, mientras se colocaba el traje que no había usado desde que llegó aquí, para despues negar con la cabeza.

-Bien. De esa manera alejamos el peligro de él. De ambos.- dijo mientras terminaba de guardar las armas que su hermana tenía guardadas en su antigua casa, la cual había vendido, en un bolso demasiado grande.

Clarisse notó el semblante triste de su hermana, pero sabía que lo que hacían era lo correcto. Debían acabar con el consejo para que así Evolet ya no tuviera mas preocupaciones y que de esa manera pudiera ser completamente feliz aquí, en la Tierra.

-¿Donde está Cameron?- preguntó la pelinegra cerrando el cierre de su traje de cuero negro, que ahora ella notaba le quedaba mejor.

-En México.- respondió la pelirroja.

Evolet la miró sorprendida.

-¿¡Qué!?¿¡Que hace allá!?.-preguntó bastante sorprendida.

-Al parecer la madre de su esposa tiene una enfermedad, y no quería que su mujer fuera sola y la acompañó.- explicó.

-¿Porqué no me lo dijo?.- preguntó mas para ella que para su hermana.

-No te preocupes. Dijo que volvería en cuanto le fuera posible.

Si bien, Evolet sabía de la existencia de la esposa de Cameron jamas le tomó mayor importancia, ya que Cameron la trataba a ella como a una hija y jamas mencionaba a su secreta esposa, al menos secreta físicamente para la neófita. Nunca se conocieron en persona y podía jurar que la esposa de Cameron no sabía absolutamente nada de la Habitante.

-Espero todo esté en orden.

- Lo estará. Ya veras.- aseguró Clarisse.- Ahora, vámonos ya, Max nos espera.

-¿Estas ansiosa por ver a tu chico?- preguntó divertida intentando aligerar el ambiente.

Ambas salieron de la nueva casa de Evolet a paso apresurado hacia el bosque, donde la nave de Calrisse, quien llevana el gran bolso, estaba lista para emprender el viaje a Trauton, el planeta donde el jefe del consejo vivía, y en donde esperaba a las hermanas. Junto a Max.

Mi Planeta es un Crepúsculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora