Los golpes contra su contrincante eran seguros, estratégicos y precisos. Nunca fallaba.
Tomo entre sus pequeñas manos el cabello de su enemigo, jaló hacia abajo con fuerza al momento que alzaba su rodilla derecha, haciendo que el rostro del contrario chocara con ésta, escuchando el crack cuando rompió la nariz.
Su contrincante cayó al suelo tocando su nariz la cual sangraba en gran cantidad, aprovechando ese momento, pateo el rostro del tipo en el suelo haciendo que quedara inconsiente al instante.
Su respiración era agitada y su cuerpo sufría espasmos gracias al choque eléctrico que le provoco el arma de su enemigo. Varias explosiones se escuchaban en todo el lugar, al igual que se sentían temblores en el suelo rocoso y varios gritos de hombres y mujeres.
Planeó darse la vuelta e irse, pero no alcanzó a dar un paso cuando dos hombres armados se pararon frente a ella apuntandole con esas grandes armas láser, que solo le causaban una gran descarga eléctrica que la deshabilita unos segundos.
-¡De rodillas!- ordenó uno de ellos.
Ella soltó un siseo burlón. Por supuesto que no se pondría de rodillas, ella jamas lo haría por nada ni nadie. Solo alzó las manos, en señal de rendición, burlonamente sonriendo de lado a los hombres frente a ella.
-¡De rodillas he dicho, rubia!- gritó de nuevo el hombre perdiendo pasiencia.
Ella solo hizo una mueca de aburrimiento y cambio el peso de una pierna a otra, inclinando un poco su cabeza hacia atras, sin bajar sus manos.
-¡Maldita hija de...!- exclamó el otro hombre cansado y a punto de disparar, pero una voz la detuvo.
Una mujer alta, vestida de completamente de rojo, se acercó cantoneando sus caderas y con una sonrisa de lado en sus labios pintados de rojo sangre. La rubia hizo una mueca de solo verla.
-Hola, querida- saludo la pelirroja.
La rubia hizo mas notoria su mueca y no respondió, simplemente bajó sus manos, se cruzó de brazos y la miró con asco. Lo cual descolocó a la pelirroja, quien se mostró molesta mas pretendió no dejarlo ver, solo alzó una de sus manos a la altura de su barbilla, empezó a jugar con sus uñas largas y pintadas de rojo mientras las miraba.
-Bueno, en vista de que sigues siendo una infantil y no quieres hablar- comenzó ella- Hablaré yo- anunció.
La rubia la miró con fastidio, diciéndole con la mirada que hablara de prisa antes de que se cansará, y terminara con su vida y la de los hombres armados.
-Esta mas que claro que venceras a este par de incompetentes con un solo movimiento, pero antes...- empezó a decir tras una mirada iracunda de sus hombres- Quiero ofrecerte un trato- anunció sonriendo en grande.
La rubia soltó un siseo sonriendo burlona, mientras le dedicaba una mirada de, ¿En serio?
-Si vienes conmigo, regresarás a tu casa antes de lo que te imaginas, te lo prometo- acató la pelirroja, mas la mirada de la rubia le hizo saber que no le interesaban sus promesas.
Los hombres acomodaron sus armas preparados para la señal que les permitiría atacar, la pelirroja soltó un suspiro fingiendo lástima.
-Rindete ahora, Evolet- susurró la mujer de labios rojo sangre.
La rubia sonrió de lado
-Yo no me rindo jamas- aseguró la rubia.
Se acercó a gran velocidad hacia los hombres, y mientras le arrebató el arma a uno y lo noqueo con la misma, sostuvo la del otro hombre mientras él disparaba hacia otros lado, gracias a la desviación que ella hacia.
Dio un giro al arma haciendo que la muñeca del tipo se doblara un poco, para despues propinarle un puñetazo en la cara, que lo mando bruscamente al suelo rocoso del planeta, sacó una de sus armas blancas en forma de circulo detras de su espalda.
Colocó un pie en el pecho del hombre y ejerció presión para que se le imposibilitara ponerse de pie, estiró su brazo a él y con un movimiento en la garganta del tipo, él ya se encontraba desangrando.
-¡Quedate quieta, Evolet!- advirtió la pelirroja detras de ella
-Creo que aún no entiendes, Clarisse- dijo Evolet mientras se giraba y guarda su arma- Yo no resivo órdenes de nadie- concluyó mirandola y sin inmutarse al ver un pequeño objeto en su mano, bastante conocido para ella.
-No quieres sentir una explosión de esta bomba, creeme- aseguró la pelirroja mirando retadora a la rubia frente a ella.
Y era cierto, apesar de tener un tamaño diminuto, la potencia de esa bomba era demasiado grande.
-He resivido peores golpes- acató.
-Ven conmigo, ¡Ahora!- exclamó la pelirroja casi entrando en histeria al no poder convencer a Evolet- O sufre las consecuencias- dijo simple.
Evolet no lo pensó dos veces al decir su respuesta.
-Prefiero las consecuencias...
Clarisse apretó los labios molesta, y dando un grito histérico le lanzó la bomba a la rubia mientras la encendía. La bomba se engancho a la ropa de Evolet, en la parte del torso, ella trató de quitarla, pero no pudo. Alzó la mirada confundida mirando a la pelirroja, quien sonreía de manera siniestra.
-Bloqueó tus poderes- dijo en su chillido riendo.
A la rubia no le quedo mas tiempo para pensar, pues la bomba explotó; Evolet no lo hizo con ella. Pero Si resivio un gran choque eléctrico que la dejó inconsiente mientras era lanzada al espacio con demasiada fuerza, alejandola del planeta, en el que se encontraba, de manera rapida.
Clarisse vio con los labios apretados, como el cuerpo inconsiente de la rubia se alejaba del planeta y de sus manos, otra vez. Soltó un gran grito de frustracion, cayendo al suelo rocoso y mirando como el cuerpo se alejaba cada vez mas.
-Te encontraré, Evolet, lo haré. Y no podras detenerme...
***
El aún inconsiente cuerpo de la rubia empezó a descender rápidamente, cruzando la atmósfera de un conocido planeta del cual ella siempre hablaba, pero jamás habia visitado en sus años de existencia.
Una vez entrando al planeta, su cuerpo se fue prendiendo en llamas mientras caía, pero eso no dañaba a su piel. Gracias a la forma de rotación de la Tierra, a la luz solar, que extrañamente se notaba entre las nubes grises, y la gravedad su cuerpo sufría cambios, sus poderes aumentaron y su corazón empezó a latir a una manera diferente.
Ya no eran tres latidos por minuto, ahora era un latido por segundo.
Evolet despertó antes de chocar contra unos grandes pinos, rompiendo ramas y árboles mientras aún caia, para despues arremeter contra el duro suelo tierroso, golpenadose hasta en lugares de su cuerpo que no sabia que existian. Cuando su caida se detuvo, se quedó unos segundos en el suelo, acompasando su respiración y tratando de concentrarse.
Se puso de pie mirando alrededor, tratando de que algo se le hiciera conocido. Entonces prestó atencion al panorama, arboles verdes, viento, frio, pequeños rayos de sol, nubes.
Nada de eso existía en su planeta, al menos no de la misma manera. Sonrió al saber que se encontraba en el planeta Tierra, el lugar que siempre quiso visitar, pero no le era permitido. Se alejó del pequeño cráter que dejó al golpear el suelo, mirando maravillada a su alrededor.
Siguió caminado mirando cada detalle de su alrededor, pretendiendo no olvidarlo. Camino sin saber que se dirigia a la playa, o como ella mentalmente lo llamó, un inmenso charco de agua.
-Esto no podría ir mejor...
Sonrió de lado mirando las olas.
Al fin se sentía normal....
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Mi Planeta es un Crepúsculo.
Hayran KurguDespués de un suceso inesperado. Evolet se ve en un nuevo y no tan desconocido planeta, uno el cual ella ama, incluso mucho antes de siquiera conocerlo en carne propia. Su espíritu aventurero le hace querer estar y permanecer en esas nuevas Tierras...