Capítulo 39.

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La oscuridad no era un problema para los tres vampiros que caminaban por el frondoso bosque en una dirección desconocida para la pelinegra, ya que Alice caminaba contenta junto a Edward quien tenía su típica sonrisa de lado tomando de la mano de su esposa.

-Esto es completamente innecesario- espetó la neófita poniendo los ojos en blanco.

-¡Claro que es necesario!- exclamó Alice.- es tu cumpleaños.

-Nunca lo festejé en realidad.- admitió- No es de gran importancia para mi.

-Bueno, pero sí lo es para nosotros.- finalizó la pequeña Cullen.

Edward soltó la mano de Evolet al ver como su hermana se posicionó detras de ella ante la mirada confundida de la pelinegra.

-¿Que haces?- le preguntó la neófita a su cuñada.

-Solo no vayas a atacarme.- pidió antes de tomar impulso y treparse a la espalda de Evolet, tapandole los ojos.

-¡Alice!- se quejó.

-Es una sorpresa.- aclaró.

La risa de Edward llenó los oídos de la neófita endulzandola por completo y haciendo que repentinamente y por un segundo se olvidara de la vampiro que tenia en la espalda.

-¿Com que te resulta divertido?- preguntó empezando a caminar cuando su esposo tomó su mano.

-Lo es, de verdad. Alice está loca.- dijo él.

-¡Jum! Sigo aquí.- se quejó la pequeña Cullen.

Emprendieron el viaje de nuevo, siendo esta vez solo Edward quien guiara, tirando suavemente de la mano de su chica. Hasta que Alice se removió ansiosa en la espalda de la pelinegra, soltando chillidos ansiosos y emocionados.

-¡Alice! Deja de moverte.- se quejó Evolet.

-¡Esque ya casi llegamos!

-Entonces, ya bajate.- dijo la neófita.

-¡Olvidalo! Me bajaré cuando estemos justo donde quiero que estemos.

-Vampiro loca.

Fueron tan solo unos cuantos metros mas cuando el vampiro detuvo la caminata, haciendo que automáticamente Alice bajara de la espalda de Evolet, pero sin quitar su mano de sus ojos, Evolet ya estaba ansiosa, quería saber cual era ese regalo tam especial que ponía a Alice de esa manera.

-¿Estas lista?- preguntó Alice.

-¡Sorprendeme!- dramatizó.

Entonces, Alice finalmente quitó su mano de los ojos de la neófita, permitiendole ver el asombroso regalo, al momento en que decía:

-¡Bienvenida a casa!

La nueva vampiro se quedó sin habla en ese momento, am ver la hermosa casa frente a sus ojos, en ellos no cabía la sorpresa y sus labios ligeramente abiertos soltaron una exhalación por lo bajo.

-No puede ser.

-De parte de Esme y Carlisle. Ella quería que tuvieran su propio espacio. Así que esto fue el resultado.- explicó Alice sonriendo.

-¿Que te parece?- preguntó su esposo atento a ella en todo momento.

-Yo...- titubeo Evolet.- Creo que... creo que es hermosa.

Y de verdad que lo era.

La casa era de esas estilo antiguo,  parecía verdaderamente hecha de piedra y eso era lo que Evolet mas amaba de aquel asombroso regalo. Edward al ver el brillo de emoción en los ojos de su esposa no pudo mas que sonreir satisfecho.

Mi Planeta es un Crepúsculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora