Ésto es una pesadilla.

2.6K 172 44
                                    




Los días habían transcurrido con normalidad. Es sábado y me dispongo a ir a dormir. Me pongo mi pijama favorita color esmeralda con rayas grises, me recuesto y cierro mis ojos. Despierto en lo que parece ser una estación. A mi alrededor hay cientos de personas corriendo para todos lados. Hablan tan rápido que no puedo comprender lo que dicen. Observo que hay muchos adolescentes de mi edad, algunos más grandes y otros más pequeños pero al final de cuentas adolescentes. Todos están subiendo a un tren color escarlata cuya locomotora es negra con el número 5972 escrito con letras metálicas blancas. Arriba del número hay otra palabra que no alcanzo a leer debido a que comienzo a ser absorbida por la multitud. Los jóvenes parecen estar muy emocionados.

- Anda, sube o lo perderás. - me dice una señora pelirroja mientras me empuja a la puerta.

- Pero es que, yo... - no me deja finalizar la oración y ya me encuentro adentro de un vagón.

Recorro el largo pasillo del vagón, el cual, está tapizado con una suave alfombra color gris humo, mis pasos son lentos e inseguros. Me doy cuenta que cada compartimento está saturado por todos esos adolescentes que minutos antes había visto despedirse en el andén del tren. Los observo cada vez más felices. Encuentro un compartimento vacío y decido meterme. Cierro la puerta y me acomodo en el sillón. Observo por la ventana que el expreso va a toda velocidad, por fuera todo es verde. Los árboles pasan y pasan, me parece una escena increíble. Estoy segura que se trata de otro de mis sueños. En eso se abre la puerta con un golpe seco, el ruido me saca de mis pensamientos y dirijo la mirada hacia la puerta. Se encuentra parado un chico alto, con piel que rayaba en lo pálido y cabello rubio platinado. Sus ojos eran de un profundo gris. Noto que detrás de él hay dos chicos que más que amigos o compañeros parecen guardaespaldas. El platinado me analiza con la mirada.

- Busquemos otro, Crabbe. Este parece tener una plaga. - dice mientras se gira y me da una última mirada despectiva por encima del hombro.

Los tres chicos salen del compartimento y me quedo pensando qué hice mal para que el platinado se haya expresado de mi de esa manera. "Cada quien tiene para ofrecer lo que abunda en su corazón". Recuerdo esas palabras que siempre suele decirme Sheccide cada vez que alguien es grosero conmigo. Me lo repite constantemente como recordatorio de que a pesar de las actitudes que otras personas puedan tener, yo debo ser mejor que ellos.

Recargo la cabeza en el cristal cuando repentinamente lo siento helado. Levanto la cabeza y percibo que efectivamente el cristal se está congelando. Comienzo a sentir tanto frío que bocanadas de vapor salen expulsadas por mi boca y nariz con cada respiro que doy. Acerco mi cara a la ventana para tratar de mirar hacia fuera. Me doy cuenta que el tren se ha detenido. De repente una sombra negra pasa volando por la ventana, me sobresalto tanto que doy un brinco hacia atrás. Y es ahí cuando la puerta del compartimento se abre nuevamente, pero ésta vez, a diferencia del golpe seco que dio el platinado, se abre de manera lenta. Cuando se abre completamente me permite observar una criatura voladora como la que acababa de mirar por la ventana. Se acerca flotando lentamente hacia mi. Parece un fantasma solo que en color negro. Comienzo a sentir como si esa criatura succionara todo de mi y con cada succión me siento cada vez más triste y miserable. Todo se detiene al quedar cegada por una luz blanca con destellos celestes. Despierto sobresaltada y me siento de golpe en la cama, me encuentro en mi cuarto. Mi gato, Rayito, brinca a la cama conmocionado por mi agitada respiración.

***

Es domingo, así que Sheccide y yo decidimos salir a dar un paseo. Y ya de paso nos detuvimos en nuestra heladería favorita.

- Te digo que hables con tu mamá_______, comienzas a preocuparme. - me alienta Sheccide mientras devora su helado.

- ¿Para qué? Ya la conoces, me dirá que no estoy descansando lo suficiente y que por eso tengo estos sueños, aunque lo de anoche pareció más bien una pesadilla. Nunca había soñado algo así. - le explico.

- No son solo sueños, ¿qué me dices de esos aromas repentinos? No es normal que huelas manzanas verdes donde no las hay, o menta. - me responde mientras clava la mirada en su helado.

- Tienes razón. Solo debo analizar de qué manera le diré sin sonar como una lunática. - doy por finalizado el tema y me dispongo a probar por primera vez mi helado que ya comenzaba a derretirse.

Realidades equivocadas - (Draco Malfoy y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora