Mi nuevo hogar - parte 3.

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Ignoro por completo la orden que Draco le pidió a Goyle que me diera. Debajo de la pesada mesa de madera comienzo a desdoblar el pergamino. Si antes consideraba que la letra de Draco era pulcra y limpia a través del espejo, verla directamente en papel y tinta lo cambia todo, es aún más preciosa. 

Cariño;

Creo que es mi turno para disfrutarte y tenerte para mi a solas. Te veo en la torre de astronomía a las 7:00 p.m. Cuando tengas oportunidad entre clases ve a tu dormitorio, revisa debajo de tu cama. 

Tuyo, 

Draco.

Con un movimiento rápido vuelvo el pergamino a su forma original, siento mis mejillas en llamas, me es imposible levantar la mirada. 

- Sabía que eras rebelde pero desobedecer a Malfoy es otro nivel. - Ron se dirige hacia Harry. - Oye Harry, encontré a tu rival. 

- Continuamos hablando de Slytherin ¿huh? - Fred se hace espacio como la humedad entre Harry y yo. 

- ¿Algo de lo que debamos estar enterados? Para Fred y para mi sería un regalo muy especial obtener la clave de la sala común de Slytherin, ¿no es así Fred? - George se sienta a mi otro lado y coloca su brazo izquierdo sobre mis hombros, abrazándome. 

- No lo podría haber dicho mejor George. - sonríe Fred.

- Nadie tiene la clave de Slytherin y nadie la tendrá, ya dejen eso. - Hermione se comienza a molestar sobre el tema. 

- Yo no estaría seguro de eso, ¿verdad ________? - Ron puede ser demasiado indiscreto. 

                                                                                   *** 

- El secreto para lograr una transformación exitosa se encuentra, al igual que en la clase de encantamientos, en el movimiento de varita y la pronunciación exacta del encantamiento. - La profresora McGonagall se pasea por el aula. - Bien, el día de hoy vamos a transformar un animal en una copa, el encantamiento que necesitamos es vera verto. Coloquen todos su animal en la mesa y repitan conmigo ¡vera verto! 

Varitas se comienzan a agitar por aquí y por allá mientras retumban por toda el aula las palabras vera verto. La copa de Neville aún conserva su cola. Animales que no deberían volar vuelan por todas partes. Escucho detrás de mi un quejido de Ron. Harry y yo volteamos al mismo tiempo para encontrarnos con una copa cubierta de plumas y cola de lechuza. 

- Oh Pigwidgeon. - lloriquea Ron. Harry y yo nos cubrimos al mismo tiempo la boca para reprimir una carcajada mientras nos giramos hacia enfrente. 

- Es por eso que no utilizamos a nuestras mascotas para la clase señor Weasley. - regaña la profesora McGonagall. 

                                                                                      *** 

- Sin ánimos de ofender, profesor... ¿cómo puede estar seguro de que esa chica es quien dice ser y que viene de donde dice? - estaba a punto de dar vuelta por un pasillo cuando escucho la áspera voz del profesor Snape. 

- Es solo una chica, Severus, y mientras no estemos seguros de lo que este sucediendo no podemos hacer nada al respecto. - responde sutilmente Dumbledore. - De lo que si podemos estar seguros es de que este es su lugar.

Un sentimiento de inestabilidad me invade. Así como yo estoy invadiendo este lugar. 

Me dirijo arrastrando los pies hacia la sala común de Gryffindor, todo sentimiento negativo se desvanece al imaginar lo que Draco quiere que busque. Ya dentro de la sala, subo los escalones hacia el dormitorio como si flotara. Me pongo de rodillas justo al lado de mi cama, extiendo la mano derecha a tientas sobre el piso agitándola de lado a lado. Mi mano choca con una caja. La tomo con ambas manos y la saco para colocarla sobre la cama. Es una caja de un tamaño considerable, esta hecha de terciopelo negro con un lindo listón rojo. Encima tiene un papel de pergamino que apenas se nota. 

Para mi rayo de luz. 

D.M.

Gentilmente desbarato el nudo del listón. Abro la caja y retiro un delgado papel negro matte. Es tela. Con aún más delicadeza extraigo el regalo. Se trata de un hermoso vestido plateado. Tiene solo una manga larga que esta cubierta por encaje al igual que toda la parte superior. Mientras la falda cae en una lluvia de suaves telas. Es precioso, más precioso que cualquier otro que haya visto. 

Realidades equivocadas - (Draco Malfoy y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora