Realidades equivocadas - (Draco Malfoy y tú)

Una amistad.

La época de exámenes es de lo más estresante, es como si los profesores se pusieran de acuerdo para dejar más tarea de lo usual, como si de un castigo se tratase. No es suficiente tener que estudiar bastantes guías para cada examen, sino que además, tenemos que hacer ensayos, reportes de lecturas e investigaciones. Por decir poco. 

- ¿Recuerdas que quedamos en ir al cine hoy? - dice Victoria mientras sube sus pies a la mesa de centro. 

- Victoria, esos pies - levanta las cejas mi mamá mientras la sanciona. Victoria baja inmediatamente los pies de la mesa, nadie quiere ver a mi madre enojada. 

- ¿Cómo es que te da tiempo para pensar en eso? - le digo mientras levanto el libro que leo y señalo con la cabeza el puñado que tengo sobre el sillón. 

Cuando termino mi oración, todas las luces de la casa parpadean. Sé lo que significa eso. Es él. Me esta llamando. Inmediatamente hago a un lado todos los libros.

- Te prometo que mañana sin falta iremos - le digo a Victoria mientras me levanto de un salto del sillón y corro escaleras arriba. 

- MAS TE VALE, SI NO QUIERES QUE ARRASTRE TU TRASERO AL CINE - grita Victoria demasiado tarde porque yo ya estoy abandonando la sala. 

Abro la puerta de mi cuarto precipitadamente y corro directo al baño. En cuanto abro la puerta lo veo ahí, parado en el espejo. Escucho a Victoria despedirse de mis papás y agradecerles por la cena. Me acerco lentamente al espejo, con una media sonrisa. Ésta vestido completamente de negro, camisa de vestir y traje. Lleva una corbata de seda, también negra por supuesto. Tiene en su mano derecha una manzana verde, la cual lanza y atrapa en el aire en repetidas ocasiones. Veo que tiene nuevamente su frasco con tinta negra. Sumerge el dedo índice y comienza a escribir mientras que con la mano izquierda se lleva la manzana a la boca y le da una gran mordida. 

"¿Qué tal tus exámenes?" - escribe en su perfecta caligrafía. Le respondo con el dibujo de una carita triste. Sonríe y vuelve a sumergir el dedo en la tinta. 

"Te creía más inteligente" - al finalizar de escribir, hace un gesto de fingida decepción. Golpeo con los nudillos el espejo. Se ríe aún más. No lo puedo escuchar, pero apostaría a que esta vez fue una risa con sonido. 

Tomo mi labial rojo. "Suficiente bullying por hoy, ¿qué tal tú?" - escribo. 

"Solo llevo un mes de clases, todo bien, supongo" - su gesto no me convence. 

"Es casi halloween, ¿harás algo?" - trato de mantener la conversación casual. 

"En mi colegio es siempre halloween".

"¿Y te molesta?" - esta vez su gesto es más serio. 

"Eres lo más normal en mi vida" - procura sonreír para convencerme. Pero no me convence porque solo evadió mi pregunta. Las luces vuelven a parpadear. Volteo a ver el foco y cuando bajo nuevamente la vista al espejo, el rubio ha desaparecido. 

Suspiro, dentro de mi hay una pequeña molestia por haber dejado esa conversación inconclusa. Salgo de mi baño y me recuesto boca abajo en mi cama mientras prendo mi computadora portátil. He tenido ya varias conversaciones a través del espejo con Draco pero aún creo que esto es un sueño, me rehúso a considerar la opción de que me estoy volviendo loca. No le he platicado todo lo que ha sucedido a nadie, ni siquiera a Sheccide. Estoy escribiendo algunas cuantas palabras en el documento que he abierto para mi tarea de historia universal cuando un olor a manzana verde inunda mis fosas nasales. Sonrío.