¿Quién eres?

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- __________ ¿estas lista? - gritó Sheccide desde mi cuarto. - La fiesta ya empezó hace rato y nosotras seguimos aquí porque tú no te puedes decidir cómo dejar tu cabello. - finalizó.

Mientras tanto yo sigo en el baño de mi recámara tratando de decidir si llevar flequillo o recogerlo con un broche. Por fin me decido a dejarlo suelto, solo para darle un último toque con la plancha para mantenerlo en su lugar. Por fin salgo de mi habitación. Llevo puesto un short ajustado rojo de cuadros azules y negros, parece falda escolar que llega arriba de mi ombligo. Un top de tirantes negro que solo deja al descubierto una pequeña parte de mi abdomen, unas medias negras que cubren por completo mis piernas, unos botines negros y un sombrero pequeño también negro. 

- Wooow, estas que ardes. - dice Sheccide a manera de piropo. 

- Gracias, tú luces mejor. - es real lo que digo. 

                                                          *** 

Observo a todos en la fiesta divertirse. Tomo una rebanada de pizza y me la llevo a la boca mientras los observo apostando en el juego del tapete de baile en el cual deben pisar unas flechas al ritmo que aparecen en la pantalla. 

- ¡Vamos _______! ¡Ven a jugar! - me grita mi amiga Victoria desde el sofá.

Hago una seña de que subiré al baño de su recámara. Me devuelve la señal con una cara de "esta bien".

Dejo mi vaso en el enorme lavabo y fijo mi mirada en el espejo. Parece que una espinilla esta a punto de hacer su aparición. Acerco más mi cara para poder ver mejor pero quedo sorprendida pues el reflejo que veo no es el de mi cara. Es el rostro de un chico. Pestañeo rápidamente para comprobar que estoy alucinando pero no, el rostro sigue ahí. Me toma unos segundos darme cuenta que el chico que esta en el reflejo es el mismo chico de mi sueño en el tren. El que me llamó "plaga". Un momento, no soy la única que esta sorprendida. Él también lo esta, y mucho. Sus ojos se abren como platos y me mira fijamente, cierra y abre sus ojos para tratar de desaparecerme de su vista pero por lo que veo no lo consigue ya que sigue igual de sorprendido. El espejo es como si fuera una ventana, veo que él se encuentra en un baño enorme de bloques y pilares. Parece un castillo. Me hace una seña con la mano como si tratara de captar mi atención y queda aún más sorprendido al darse cuenta que su acción tuvo efecto. Se lleva ambas manos a la boca. 

-________ ¿sigues ahí?, ya llevas mucho rato ¿todo bien? - es la voz de Sheccide.

Volteo hacia la puerta. - Sí, todo bien, ya bajo en un segundo. -respondo. 

Devuelvo mi mirada al espejo y... ahí estoy yo, el chico ha desaparecido. Me acomodo el cabello y bajo nuevamente al recibidor. 

- ________ decíamos los chicos y yo que estaría bueno ir a la pista de patinaje que abrieron en el centro de juegos, ¿te gustaría acompañarnos?... bueno qué pregunto, seguramente será un sí. Patinar es tu pasatiempos favorito. - pregunta Victoria. 

- Por supuesto, sin dudarlo. ¿Cuándo? 

- El próximo sábado. ¿Te parece bien?

- ¡Súper! Definitivamente es un sí.

- Y aprovechando, ¿podemos ir a ver una película? - pregunta Lorena con cara de bebé con hambre. 

- Solo si yo la elijo, ustedes siempre escogen películas de amor, ¡puaj! - interviene Rigoberto haciendo una cara de asco exagerada. 

- Obviamente tiene que ser una película de mucha acción. Si no, no hay manera de que yo vaya. - desafía Emmanuel. 

- Pues ya veremos. - finaliza Sheccide. 

                                                                       *** 

 Ya de regreso en casa voy al baño de mi habitación para desmaquillarme y cepillarme los dientes. Es demasiado tarde y tengo mucho sueño. Mis ojos se cierran por si solos mientras me cepillo los dientes más dormida que despierta. Se me quita completamente el sueño cuando veo nuevamente al chico platinado en el espejo. Su reacción ya no es de sorpresa, es como de alivio. Veo que apresuradamente toma un frasco que se ve antiguo, sumerge su dedo índice dentro del frasco y comienza a escribir al revés en el espejo. 

- "¿Cómo te llamas?" - aparece perfectamente con tinta negra en mi espejo. Tiene una letra pulcra, un poco en cursiva. 

Busco entre mi cajón y tomo un labial rojo. 

- "________ ¿y tú?" - le respondo tratando de escribir lo mejor posible aunque es un poco difícil porque debo escribir al revés. Veo que vuelve a sumergir su dedo en la tinta y comienza a escribir en el poco espacio que nos queda. 

- "Draco" - aparece. Y en eso, las luces de ambos baños, el mío y el suyo, parpadean. 



Realidades equivocadas - (Draco Malfoy y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora