10. Lo sabía.

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-Si.-me dijo y eso fue la gota que colmo el vaso. Enseguida bajé la cabeza y noté cómo mis ojos estaban con lágrimas, el estómago se me cerró de golpe y quería irme de la cocina, porque se me estaba haciendo muy pequeño el espacio.

-Lo sabía.-le dije sin más.

-¿Sabías lo qué?-me dijo con un tono más serio.

-Sabía que te esta gustando otra chica y te entiendo, pero para eso no te acostaras conmigo.-y subí mi mirada con las lágrimas picando mis ojos.

-Te estas equivocando, Hannah.-me dijo Nathan y enseguida se levantó acercandose a mí, para luego poner sus manos alrededor de mi rostro y enseguida empezó a caerme las lágrimas.

-Para eso no me hubieras ilusionado....-le dije con la voz entrecortada y intentando a partar sus manos de mi cara.

-¿Por qué estás llorando sin saber la chica que me gusta? Aunque ya lo sabes.-me dijo mientras me secaba las lágrimas.

-Prefiero no saberlo, porque si la veo me va a doler más esto.-le dije viendolo a los ojos y él me ofreció una sonrisa que no entendía el porque.

-Yo creo que prefieres saberlo, porque resulta que esa chica la tengo delante de mis ojos y suele ser muy terca, pero también parece que cuándo se lo dije un día me ignoró.-me dijo y se arrimó más a mí.

-Nathan, no juegues conmigo...haber dime quién es la chica.-y enseguida estampó sus labios con los míos robandome un dulce y apasionado beso.


Era el día siguiente y me desperté por la alarma. Al abrir los ojos, los fije en Nathan, quien estaba durmiendo tranquilamente. Yo intenté safarme de sus fuertes brazos, pero fue nulo. Me acercó más a él y a continuación se puso encima mía.

-Buenos días, princesa.-me dijo mientras me dejaba besos en el cuello y también por la cara.

-Buenos días, juguetón.

-¿Yo juguetón? ¡Que va!-me dijo con picardía mientras ponía su mano en mi cintura para ir subiendola hacia mi barriga y luego hacerme cosquillas.

-¡No! Nathan, por favor.-le dije con pucheros de que no lo hiciera.

Después de estar media hora en cama, nos levantamos y Nathan fue el que se encargo de hacer el desayuno, mientras yo me iba a la ducha. Cuándo salí, escuché a Nathan hablando por teléfono y decidí escuchar la conversación aunque no debería, pero algo dentro de mi me decía que debería de escucharla.

-Aun no se lo puedo decir...es que aún no sé cierto....no, no me llamaron de momento, pero cuándo sepa se lo diré...-yo estaba echando humo, ¿que era lo que tanto le cuesta contarme?. Entonces finalmente decidí salir y haber lo que hacía.-Te avisó cuando me llamen y me acepten el tras....-y cuándo me vio entrar en la cocina, enseguida cambió de tema.-...nos vemos luego.

-¿Quién era?-le pregunté y lo veía nervioso.

-Diego.-me dijo sin más.

Diego es el chico con el que me llevaba y la verdad creo que es el único amigo decente que tiene en el grupo.

-Ahh...¿y que quería?-le dije para ver lo que me decía.

-Mmm...las tareas, cómo ya lleva tres días sin venir.-me digo mientras echaba el café en su taza.

-Interesante.-le dije y me acerqué a él-¿Por qué estas nervioso?

-Eso es lo que me provocas.-me dijo intentando poner voz sensual, pero en estos momentos no le salió, ya que no era por mi, si no por la mañana.

Nada es imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora