Nada es imposible

34. ¿Qué estás haciendo, Hannah?

— El motivo de que tu padre sea así, es porque se le murió una hija por anemia.—enseguida me quede en shock y no sabía que decir.

—¿Cómo? ¿Cuándo y por qué?—le dije levantándome de la cama.

—Tu padre antes de estar conmigo estuvo con otra mujer. Ellos tuvieron una hija, que se llamaba, Dakota. Cuándo tu tenías 3 años, ella murió. Al principio tu padre intento salvarle, pero era imposible. La anemia ya estaba bastante evolucionada y ella estaba demasiado débil. Cuando murió, apenas tenía 11 años. Por eso tu padre intenta que tu por lo menos tengas una dieta equilibrada, saludable. Porque el motivo de esto, fue por que ella estaba obsesionada por adelgazar tener un cuerpo radiante pero sin comer. Tu padre te quiere ayudar a que consigas lo que tu quieres con tu cuerpo, pero que mientras comas saludable y no dejes de comer...sé que te va aparecer una tontería, pero no lo es.—me dijo y estuve unos minutos procesando toda la información para poder hablar.

—¿Y por qué el día de mi cumpleaños te pones hablar sobre esto?—le pregunté mientras volvía a sentarme.

—Porque...—y mi madre le costaba hablar—. El día que murió fue en tu cumpleaños, cuando cumplías 3 añitos. Por eso te lo cuento, porque si ves a tu padre mal, es este el motivo.

—¿Y por qué no me lo contaste antes?

—Porque antes aún no te dabas de cuenta de su actitud en el día de tu cumpleaños, ya que solo estabas pensando en pasarla bien con tus amigos, y eras una pequeña inocente.—me dijo mientras empezo a coger las fotos—. Está es tu hermana.—me dijo mientras me pasaba la foto.

—Era muy guapa...se parece a papá.—dije después de analizarla detalladamente.

—No quiero que te enfades y mucho menos que te enfades con tu padre. Pero quiero que sepas el motivo de todo esto, y que entiendas a tu padre, de que lo hace por tu bien.—me explicó y yo solo asentí.

—Entiendo...—le dije y me ofreció una sonrisa.

—Si quieres te dejo a solas para que proceses la información y veas fotos de ella. Mientras yo voy a la cocina a preparar unas cuantas cosas para la noche.—y me dejo un beso en la frente.

Estuve quince minutos viendo una foto a otra, sin parar de dar vueltas a toda la información que me dijo mi madre. Finalmente, recogí todo y me fui de la habitación para irme a la cocina. Durante el resto de la mañana estuve ayudándole a mi madre preparando la comida y luego cuando llegaron mi abuela, mi padre y mi hermana, empezamos a comer. La comida estaba riquísima, ya que mi madre cocina genial. Cuando acabamos le ayude a recoger, y luego nos dedicamos a preparar detalles para la noche. Sobre las siete de la tarde, mi madre nos propuso de ir a dar un paseo antes de que empecemos a preparar las cosas y sea la cena.

—Mama, ¿nos vamos?—le pregunté al entrar en la cocina.

—Si, hija. Voy a coger unas cosas y ya voy, mientras id yendo vosotros al coche.—y yo asentí.

Estuvimos esperando por mi madre y cuando ya subió al coche, mi padre enseguida puso el coche en marcha. Durante el camino mi madre, mi abuela y mi padre tenían una emotiva charla, pero enseguida empecé a fijarme en mi padre, que no tenía la sonrisa de los otros días.

—Ya llegamos...—dijo mi madre viendo hacia un caminito que estaba enfrente del coche.

—¿En dónde estamos?—les pregunté mientras bajaba del coche.

—Vamos, que enseguida saberás.—me contestó mi hermana con una gran sonrisa en la cara.

—¿Acaso esto se dirige hacia una playa o que?