24. ¿Cuándo se puede ir a verla?

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Justo estaba en la puerta de la última clase que tenía Grace para no irme sin despedirme de ella, pero después de estar cinco minutos esperándola aparece toda contenta.

—¡Tia! ¡Aprobé el examen de mates con un 8! ¡¿Te lo puedes creer?!—me dijo toda contenta y abrazándome muy fuerte, que poco más no me deja respirar.

—Primero suéltame que me vas a dejar sin respirar...

—¡Lo siento!—me dijo separándome de mi.

—Y segundo, ¡me alegro mucho! ¡¿Ves? Como aprovaste, terca!—le dije y enseguida nos reímos juntas mientras salíamos afuera, dónde me estaba esperando Nathan apoyado en el coche con un pitillo en sus labios.

—¿Qué hace aquí?...¡Espera! ¿Acaso me hiciste caso lo que te dije ayer?—me dijo Grace al ver a Nathan.

—Puede.—le dije levantando los hombros sin importancia y mientras que tenía una sonrisa en la cara.

—¡Aysss! ¡Qué me haces caso!—me dijo mientras me abrazaba—. ¡No te hago perder más el tiempo! ¡Vete con él, ¿a que esperas?!—y enseguida me despedí de ella, para luego irme a junta Nathan.

Empecé a bajar las escaleras hasta llegar al coche de Nathan, que justo cuando llegué a junta de él, tiro el pitillo y se quedó viéndome.

—Hola.—le dije viéndolo mientras que lo pillé viéndome de arriba, abajo.

—Hola, ¿lista?—y yo asentí.

Entre en el coche y poco después entró el. Durante todo el trayecto lo escuchaba murmura alguna canción que estaba sonando en el coche y a veces me quedaba embobada viéndolo hasta que me pillaba.

—Llegamos. Ya reservé la mesa.—me dijo y yo solo asentí.

Entramos al restaurante y él fue a decirle el nombre al camarero para que nos dijera la mesa, que enseguida el camarero nos guió a ella. Al llegar a la mesa, nos sentamos y pocos minutos después llego el camarero para coger las bebidas mientras elegíamos la comida.

—Cerveza.—dijo Nathan.

—Agua.—le dije y el camarero asintió.

Cuando se fue el camarero, sentía que volvíamos a estar tensos.

—¿Y qué tal lo llevas aquí?—me preguntó y enseguida volvi a poner la vista en él, quien me miraba seguidamente sin perder ningún movimiento mío.

—Bien...lo necesitaba.—le dije con una indirecta, porque al mismo tiempo quería que supiera que vine para olvidarme de él.

—Me alegro...Los Ángeles es un buen sitio para despegar, a mi por lo menos me ayuda.—me dijo sin seguir quitándome su mirada.

—Estoy de acuerdo contigo...¿y Valeria, por qué no la trajiste?—le dije cambiando de tema.

—No la voy a traer a la primera comida juntos y más cuando necesitamos hablar. La pobre se aburriría y no es el plan de hacerle eso.—me dijo y yo asentí estando de acuerdo.

—¿A qué viniste?—le dije, ya que quería saber en realidad.

—Necesitaba cerrar unos papeleos de Amanda, pero ya están casi resueltos.

—¿Tienes pensado volver allá?—me dije refiriendo a nuestro lugar, dónde nos conocemos.

—Te podría decir que si, pero ahora mismo no lo sé. Tal vez me quede un poco más. ¿Y tú?

—Tengo pensado quedarme hasta que acabe este último año de bachiller, pero tampoco sé.

—No queda mucho para que acabe el curso.

Nada es imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora