16. Date la vuelta

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Al final me quedé dormida en casa de Rosa, ya que me fui con la bebé a una habitación para ponerla a dormir y al final acabé durmiendome. Cuándo me desperté tenía a la dulce bebé tocándome la cara.

-Buenos días, hermosa.-le dije y le deje un beso en la cabeza.

Baje a la cocina y vi a la mujer con una taza en sus temblorosas manos, que desde lejos se veía el calor que emanaba el líquido que llevaba dentro. Yo entré con la bebé en brazos y cuando la mujer me vió, me fije en sus ojos, que brillaban por sostener las lagrimas que amenazan en salir.

-Buenos días.-le dije y me acerque a junta de ella para pasarle a la niña.

-Buenos días, guapa. Lo siento por dejarte a cargo de la bebé.

-No, tranquila no pasa nada. Es muy tranquila y me recuerda a mi hermana cuando era pequeña.-y me ofrecio una sornisa triste.

-Hice café, por si os apetece.-y yo simplemente asentí.

Después de desayunar me fui a mi casa para avisarles a mis padres que hoy no iba a comer en casa, ya que quedé con Otis y Victoria. Cuando llegué a casa estaba mi madre fregando el suelo y mi padre arreglando la antena.

-¡Hannah!-me grito mi madre al pasar por donde ya estaba limpio, y yo simplemente me reí.

Me fui directa a mi habitación, para ducharme y cambiarme de ropa para salir con mis mejores amigos. Finalmente me decidí por un top negro con escote de V y un pantalón blanco. Antes de salir me eche colonia, y mientras escuché a mi madre entrar a mi habitación.

-Hija, ¿qué tal con Nathan?-me pregunto, enseguida me quede quieta viendome para el espejo. No sabía nada de él, ya que no se molesto en decirme que le paso para dejarme plantada en la videollamada y no contestarme las llamadas y los mensajes.

-Bien, supongo.-y deje todo en su sitio para salir del baño cuanto antes.

-Bueno, me voy a casa de Rosa a ayudarla, ya que hoy por la mañana estoy libre.

-Okey...me voy y no me espereis para comer.-le avise y le deje un beso en su mejilla.

Salí a fuera y me encontré con mi padre en el tejado arreglando la antena, si tal la podían haber puesto más alto. Le grité a mi padre, pero no se enteró de nada, así que decidí irme antes de llegar tarde.

Cuando llegue al centro comercial, vi a Otis viendo un escaparate con brillo en sus ojos.

-Una pregunta, ¿comes a las personas?-y él se giró para verme.

-¿Eres tonta?-me dijo viendome.

-Es que te estabas comiendo con la mirada al chico del mostrador. Hay algo que se llama ''disimular''.-le dije recalcando disimular.

-¡Perras!-gritó Victoria haciendo que la gente la vieran.

-La tranquilidad se acaba de esfumar.-le dije a Otis.

-Dijo lo mismo.-me respondío él.

-¿Listas para pasar la tarde?-dijo al llegar a nuestro lado.

-Supongo, mientras que no estes llamando la atención, todo ok.-le dije y ella puso los ojos en blanco.

-Anda, tirar para delante.-dijo Victoria algo picada y Otis y yo, nos empezamos a reír.

Estuvimos toda la mañana entrando en tienda en tienda, hasta la hora de comer que nos fuimos a un restaurante a comer. Otis y Victoria intentaron ligar con el camarero, pero él paso de los dos y yo acabe riendome de ellos.

-¿De qué te ríes perra?-me dijo Victoria.

-Sois idiotas. Es que el camarero estaba pasando de vuestra puta cara y vosotros aún seguisteis tirandole fichas.-les dije descojonandome de la risa.

Nada es imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora