19. Hasta nunca, Nathan

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Me levanté después de estar el día anterior en cama pasando la resaca. Me vestí y me fui a desayunar. Llegué a la cocina y estaba mi padre con el periódico.

-Buenos días.-le dije y él saco la vista del periódico para verme.

-Buenos días, cielo.-me dijo y yo me dirigí a coger una taza.

Me puse hacer el desayuno y luego me sente en la isla con mi padre. Estuvimos hablando sobre mis estudios y sobre su trabajo. Me contó que el día siguiente al salir del instituto nos íbamos a comer con Rosa y Nathan, ya veis las ganas que tenía de ir.

Después de una emotiva charla, me fui a junta mi prima Raquel que me esperaba en mi cafetería favorita. Decidí irme andando para despegar un poco.

Al llegar a la cafetería me la encontré sentada en la mesa en donde siempre me ponía con ella, sola o con Otis y Victoria.

-¡Buenos días, primita!-me gritó desde la mesa mientras que yo estaba entrando.

-¿Enserio? Lo de avisarte que no me gusta ser el centro de atención, no lo entiendes.-le dije al llegar a su lado y mientras ponía los ojos en blanco.

-Que agua fiesta, chica. Llevo días sin verte y estoy super mega emocionada de verte, y llegas tu y lo primero que haces es echarme una chapa.-me dijo poniendo ojitos de pena, aunque era falso.

-Deja de actuar, y si te gusta hacerlo manda un currículum a una película que necesiten actores y fijo que te cogen.-le dije y ella enseguida me puso los ojos en blanco.

-Lo tendré en cuenta...bueno, y dime, ¿qué tal con el señorito Nathan?-me preguntó cambiando de tema.

-Buff...-bufe mientras le di un visual a la ventana-. Si te digo que me trato como una mierda, ¿me crees?

-Obvio que te creo, primita....¿pero ese pedazo de orangután, como tiene cojones de tratarte así?-me dijo mientras empezaba a enfadarse.

-Yo que sé...bueno si que sé, pero no es la escusa para hablarme así.

-¿Y se puede saber cuál es el motivo de que ese orangután esté así?

-Murió Amanda, su mejor amiga.-le dijo y ella de repente se quedo en shock.

-Mmm...pero ese no es el motivo de que te hablara de esa forma.

Estuvimos bastante tiempo hablando sobre el tema y fui notando la mala leche que le entraba a mi prima al ver como Nathan se estaba comportando conmigo. También le habíamos pedido al camarero dos batidos de chocolate.

-Voy al baño, ya vengo.-dijo mi prima mientras se levantaba. Yo asentí y me puso a terminar de tomar el batido de chocolate.

Poco minutos después, o bueno, segundos después de que se levantara mi prima, se le escucha gritando a alguien.

-¡Tú! ¡Pedazo de orangután! ¡¿Quién coño eres tú de tratar así a mi prima?! ¡Ehh!-grito mi prima y enseguida me levanté para irme a junta de ella.

Cuándo me enteré quien era con el que estaba gritando, me quede flipando. Bueno, más o menos, porque sé que mi prima tiene mucha cara para poner a la gente en su sitio.

-¡Raquel!-llame por ella mientras iba corriendo a junta de ella-. Vámonos a la mesa.

-¡Ni de broma! ¡Tengo que decirle a este orangután que con mi prima que no se meta, porque si no lo castro!-dijo mi prima super alterada y en cambio, Nathan estaba todo tranquilo viéndola como se alteraba ella sola.

-Lo siento, no le hagas caso. Tiene un mal día.-le dijo a Nathan disculpándolo, aunque no se merecía ni la mitad de mis disculpas.

-¿Enserio? ¿Para eso vengo a defenderte? Si luego le pides perdón.-me dijo Raquel flipando por mis disculpas-.¡¿Ves orangután, como perdiste a una chica de diez?! ¡Después de como la trataste aún te pide disculpas por el puto sermón que te estoy dando! ¡Asco que medas!-le dijo Raquel a Nathan, pero aún así él se quedaba viéndola.

Nada es imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora