23. Felices 18, Nathan

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Estábamos saliendo del instituto y enseguida Grace me dijo para irnos a comer a un restaurante, cosa que acepté pero antes llamé a mi abuela para avisarle, que enseguida me dijo que fuera y así despejaba un poco. De camino al restaurante, Grace me contó varias cosas sobre el chico que me dijo que llegaron a tener algo más que un simple beso.

—Grace...ayer vi a Nathan.—se lo dije de repente. Ella sabía la asistencia de Nathan en mi vida, pero no lo conocía, ni por fotos, ni en persona.

—¿Enserio? ¿Pero cómo? No se supone que ya se fue de Los Ángeles ya hace dos meses.—me dijo ella alucinando.

—Yo sabía que iba a venir, pero no contaba con él justo cuando acababa de alquilar los jodidos patines en Santa Mónica. Si supiera eso no los iba alquilar y daba el paseo andando.—le dije mientras me frotaba con una mano la frente.

—Tranquila, Los Ángeles es demasiado grande para que vuelvas a cruzarte con él.—me dijo animándome. Justo en ese momento sono mi móvil y cuando veo la notificación era el maldito calendario avisándome que hoy era el cumpleaños de Nathan, ¡¿enserio?!

—¿Me estás jodiendo?—dije yo viendo el móvil.

—¿Qué pasó?—me pregunto Grace y yo le enseñe la notificación—. ¡Ostras! ¿Aún tienes su cumpleaños anotado?—me dijo sorprendida.

—Me olvide de sacarlo en el calendario, ¡joder!—le dije y me di una pequeña hostia con el asiento de adelante, haciendo que la señora que estaba ahí sentada me viera mal—. Lo siento.—le dije y siguió viendo para delante.

Llegamos al restaurante y como Grace se encargo de llamar para pedir reserva, justo al entrar ya nos sentaron en la mesa que reservó. Al sentarnos ya vino el camarero para pedirnos de beber.

—Agua.—le dije yo y Grace enseguida frunció el ceño.

—Trae vino blanco.—dijo Grace al camarero y enseguida noté que entre ellos algo pasaba, ya que él le chisco el ojo y empezo hacer cosas raras.

—¿Qué fue eso?—le dije cuando el camarero se fue.

—¿Lo qué?—me dijo haciéndose la tonta mientras colocaba la chaqueta en la silla.

—Grace, no me jodas. ¿Qué coño fue eso con el camarero?

—Es el chico que te dije que las cosas se nos fue de las manos.—me dijo tranquilamente mientras cogía el móvil.

—No es feo...—le dije y enseguida lo vimos venir con el vino que pidió Grace, y la botella de agua que pedí.

Al acabar de comer, nos pusimos a charlar un poco y a veces notábamos la mirada del camarero en Grace, y enseguida note como se ponía nerviosa.

—Voy a ir al baño, ya vengo.—dijo Grace y yo asentí mientras acababa de beber la copa de vino que Grace me obligo a tomar.

Después de cinco minutos viene Grace algo apurada hacia mi.

—Tia, hazme un favor. Un chico que esta en la puerta del baño, necesita que alguien atienda de su hija porque necesita ir al baño, y le dije que iba avisarle a mi amiga....¿así que porfa puedes ir? Es que tengo que hablar con el camarero.—me dijo y me levanté mientras ponía los ojos en blanco.

—Eres de lo que no hay.—le dije y me fui andando hacia el baño.

—¡Te quiero!—me gritó Grace haciendo que la gente nos viera, y enseguida me giré al verla para fulminarla con la mirada.

Justo al entrar en los baños había dos puertas, el de caballeros y el de las damas, pero luego me fije en el chico que tenía el bebé en sus brazos. ¡Es lo que me faltaba!

Nada es imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora