Capítulo. 25 "Descendiendo"

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Los árboles, personas y edificios se perdían a la distancia. A pesar de ser Los Ángeles, esa mañana estaba tan helada que incluso podía ver vi aliento aparecer y desaparecer en un instante frente a mis ojos. Era una locura.

Era un horroroso inicio de Noviembre. No tenía mis pensamientos claros, y difícilmente podía realizar mis actividades rutinarias con normalidad.

“Las unidades policiales se han dado la tarea de la búsqueda de la diseñadora de apenas 24 años, Donatella Molinari. Como se tiene confirmado, ha sido secuestrada.”

“Aun no hay rastro, aun no hay rastro” era lo único que captaban mis oídos. La negatividad era el vencedor de siempre. La noticia del secuestro de Donatella había acaparado tanto la atención nacional e internacional que eran muy pocas las personas que no sabían del suceso.

-¿Quieres algo?

Adam se había tomado un tiempo libre de sus actividades de estrella. Después de todo, la gira con Queen sufriría demasiados contratiempos por lo que la disquera causó. Su disco tendrá que empezar desde cero, no sin antes encontrar una nueva disquera o… llegar a un trato con RCA. Pero mientras Hughes este al mando ahí, la primera opción siempre era la mejor. A pesar de todo no nos dábamos descanso, y cuando podíamos tratábamos de discutir acerca de lo que le depararía. No sabía porque, pero lo notaba un poco menos motivado. Se podría decir que ya no era el de antes.

Estaba tan distraída que no gire ni a verlo. Llama mi nombre y doy un respingo.

Adam suspira.                                                                      

-Cariño, de nuevo. No me estas escuchando.

-Lo siento, mi cabeza está hecha un desastre.

-Ha sido una semana difícil, lo comprendo—dice con pena—No tienes que dejar que esto te acabe.

No, por favor. No quiero llorar de nuevo.

-Se nota que la quieres mucho. Nunca lo sospeche—dice después, alzando una de las comisuras de sus labios.

-Que si  no la quiero, es mi mejor amiga. Fue la primera amiga de verdad que alguna vez tuve. Sabes que nunca me lleve muy bien con las chicas—digo despreocupada.

-Tienes razón—dijo, como si se estuviera acordando de algo.

-Era por ti.

-¿Qué?—tuerce la boca.

Su pequeño gesto me hace reír—Todas deseaban estar contigo después del acto de primavera en tercer grado, y en secundaria. En conclusión, todas me odiaban por estar contigo.

Adam se echa reír y después me mira las manos. Se queda callado y su mirada asciende, hasta que sus ojos se clavan en los míos. La electricidad, la tensión… todo lo podía sentir. Pero inesperadamente, Adam aparta la mirada rápidamente.

-Bien, iré a comprar. ¿Quieres algo?

-No, así estaré bien, gracias.

Adam me da un gesto de desaprobación.

-Llevas días sin comer bien. Y no creo que las galletas de avena sean una delicia—dice serio.

-Tampoco creo que algo dentro de ese tienda me hará sentir bien—dije mirando con repulsión un bote de basura que se encontraba justo frente a la entrada. La basura estaba toda fuera de lugar, revelando envolturas de golosinas, muchas servilletas sucias y grasosos empaques de frituras.

-Solo compraré una botella de agua—repuso—En un momento regreso.

Cuando Adam abre la puerta del auto, siento terror. Me convierto en una pequeña niña el primer día de clases. Sin pensar abro la puerta también.

El Rol PrincipalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora