Capítulo. 13: "Entre la espada... y Adam Lambert"

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Capítulo  13: “Entre la espada… y Adam Lambert”

Nota de la autora: Solo para aclarar. No tengo nada en contra del modelo, personalidad de televisión finlandesa y ex novio de Adam Lambert, Sauli Koskinen. Al contrario, creo que es un amor de persona y adorable ser humano :D

La puerta se volvió a abrir detrás de a mí, pero no me moleste en girar para ver quién era. Lo más seguro es que fuera Adam. Luego sentí que alguien tomó mi brazo con fuerza. De nuevo ese maldito jalon.  ¡Hombre, dislocaras mi brazo!

-¡Deja mi maldito brazo o lo romperás!—le contesto llena de rabia.

Adam lo soltó sin pensar.

-¿Qué ha pasado esta vez?—rodé los ojos y gire para verlo.

-¿Por qué no le preguntas a Sauli? Estoy segura de que él tendrá todas las respuestas. ¿Cómo se te ha ocurrido contarle cosas de mí? ¿Por qué?

-Oh vamos Mía, le conté todo eso MUCHO antes de que ocurriera eso en el hotel. Está muy enojado, no creo que piense lo que hace.

¿Cuántos años cree Adam que tiene? ¿5?

-¡Las usará en mi contra si sigo contigo! ¡Entiéndeme!... Pero qué más da… No lo harás,  y sabes, ya no me sentí bien estando aquí. Me iré a casa. 

Adam no protestaba, pero a juzgar por su mirada, parecía arrepentido—Te llevaré—respondió serio.

-No tienes que hacerlo… yo…

-Hazlo, ahora—interrumpió ordenándome.

No dije nada más. Nos subimos al auto.

Como lo esperaba, en el auto era un silencio total. Solo veía a Adam de reojo, y no sabía leer su expresión. Poco a poco se le salía esto de sus manos y lo sabía. Pronto se me acabaría la última gota de paciencia que me quedaba y me daba miedo lo que pudiera llegar a pasar.

No podía creer que cuando tenía una oportunidad con Adam, algo malo pasaba. No era nada genial, mucho menos algo placentero. En este momento podría decir que no solo estaba enojada exactamente con él, porque, no fue solamente su culpa, pudo haber sido que sintiera algo de soledad y le contara todo al “atractivo chico rubio” pero de verdad creo que ese tipo se ha pasado de la raya… ¿Qué se cree?

Adam prendió la radio con esperanza de que la tensión del auto disminuyera. Pero, oh, sorpresa. Lay Me Down, estaba apenas comenzando. Miles de recuerdos me vienen a la mente, entre ellos el día que Adam me besó frente a los fotógrafos mientras se aprovechaba de mi estado de ebriedad. No puedo evitar que una ligera sonrisa saliera. Adam lo notó y frunció el ceño. Esperaba que mi aura de orgullo no hubiera desaparecido.

-¿Desde cuándo pasan esa canción en la radio?—dijo casi en un susurro.

-Desde cierto día, en cierto club, con ciertos fotógrafos. Y una pareja nada convencional—las palabras salieron de mi boca sin pensar.

Adam retiró su mirada casi inmediatamente después de que le dije eso. Prefiere mejor fijarse en el camino y distraerse, que recordar el error más hermoso que alguna vez hubiera cometido.

Alrededor de quince minutos después, estábamos en mi casa. Suspiré profundamente, tratando de alejar de mí las ganas que tenía que golpear a alguien. Y ahora  ya estaba un poco más relajada.

-Siento por hacer esto, pero es que enserio… no me sentía bien ahí.

-No importa—dijo fríamente, casi sin expresión.

-Gracias por traerme.

Adam asintió levemente.

¿A qué viene esa actitud fría de la nada? ¿Qué le da derecho?

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