ANGEL, GODS & MONSTERS 🔥 Ayato Kirishima/Nimura Furuta

2 🔥 Boxeo

Misao tenía una pierna sobre la otra y estaba mal sentada sobre una simple e incómoda silla. Escuchaba, tratando de no aparentar mucha atención, lo que Eto iba diciendo sobre el Aogiri. Estaba dando una charla sobre como la CCG iba perdiendo distritos contra ellos y las próximas estrategias que llevarían a cabo. 

El chico con el que se había chocado antes no paraba de mirarla y, aunque ella no iba a reconocerlo, también le estaba mirando. Pero Misao dejó de mirarle cuando Eto sacó un tema que la pilló bastante desprevenida.

-A partir de ahora, el Escuadrón de los Trajes Blancos y el de Ayato se encargaran exclusivamente de buscar a Rize Kamishiro - informó Eto. Ayato y Yamori intercambiaron miradas, con cierto odio y competencia. - Eso es todo.

Los ghouls comenzaron a irse de allí. Misao se acercó a Eto, quien le hizo el gesto de que la siguiera. Las dos chicas subieron hasta la azotea.

-Eto, estás equivocada - dijo Misao.

-¿Estás segura? - Preguntó la ghoul con una sonrisa. - Antes de que me digas en qué, me gustaría presentarte a Tatara.

El hombre se giró y le estrechó la mano a Misao.

-Encantado, Burning Angel - dijo él.

-Igualmente - murmuró ella. Le soltó y miró a Eto. - Rize Kamishiro está muerta.

-¿Ah, sí? - Preguntó sin poder evitar sonreír. - Pues nada, ahora les digo que dejen de buscarla.

Misao frunció el ceño, algo molesta por su actitud. Por una vez que hacía algo por alguien...

-¿Me estás vacilando, Eto? - Preguntó enfadada. - Vi con mis propios ojos como Furuta la mataba, le tiró unas vigas encima. 

-¿Qué más viste? - Preguntó la ghoul. - ¿Viste a Rize muerta?

-La vi aplastada - contestó Misao, todavía con una actitud defensiva.

-Misao, Rize es una Washu, unas vigas no acabarían con ella - dijo Eto. - Estoy segura que Kanou robó su cuerpo.

-¿Kanou? ¿Quién es ese? - Preguntó la chica.

Eto sonrió y la miró, poniéndole una mano en la mejilla.

-Misao, eres lista, pero no eres inteligente - dijo la ghoul. - Crees que sabes mucho porque conoces los secretos de la familia Washu y V, pero te aseguro que hay mucho más detrás.

Misao dio un paso hacia atrás, para que Eto dejara de tocarla.

-No tienes ni idea de lo inteligente que puedo llegar a ser - gruñó la chica. - Y sé mucho más de lo que crees. Sin mí, tú no sabrías casi nada.

-Él me dio buenas referencias sobre tí, dijo que eras poderosa - contestó la escritora. - Misao, yo no soy tu enemiga, así que no me trates como tal porque no me ganarás.

Misao miró a Tatara, que estaba de espaldas a ellas, y volvió a mirar a Eto. Se tragó su orgullo y suspiró.

-¿Por qué no me has presentado? - Preguntó la ghoul. - ¿Quieres que trabaje en las sombras? 

-No, no te he presentado porque quiero que seas misteriosa - rió Eto. - La gente no tiene porque saberlo todo de ti. 

-Me parece bien - murmuró Misao. 

-He pensado en darte un escuadrón para ti solita, pero antes necesito saber cuánto de buena eres - dijo la chica. - De momento, trabajarás con Ayato para encontrar a Rize.

-¿Ayato? - Preguntó Misao.

-Con el que has estado intercambiando miradas en la reunión - intervino Tatara, sin dignarse a darse la vuelta.

Misao miró a Eto y esta le guiñó un ojo. La chica suspiró y negó con la cabeza. 

-¿Crees que eso es posible? ¿Qué encontremos a Rize? - Preguntó ella.

-No tenéis porqué encontrarla precisamente a ella o, mejor dicho, a su cuerpo - respondió Eto. Misao frunció el ceño, no entendía nada. Eto se puso de puntillas y le besó en la frente. - Ya irás entendiendo. 

Tarde

Misao estaba pegándole puñetazos a aquel saco de boxeo tratando de liberarse de su ira, pero no hacía más que aumentarla.

Pensaba en su vida, qué era lo próximo que debía hacer, cómo llevar a cabo su plan para acabar con Nimura y la CCG, lo mucho que odiaba el mundo en general... y entre pensamiento y pensamiento, le dio un puñetazo tan fuerte al saco que lo rompió, haciendo que la arena que tenía dentro se derramara.

Soltó un fuerte suspiro y lo descolgó, llevándolo hasta un rincón donde había un par más que ella había roto. Cogió un nuevo saco de boxeo y lo colgó. Paró el balanceo que tenía el objeto con una mano, apretó los puños y comenzó a darle golpes; volviendo a sumergirse en sus pensamientos.

Cinco minutos más tarde, volvió a romper el saco. Suspiró, tratando de recuperar el aire y lo descolgó.

-Yo también creo que deberían comprar sacos de boxeo más resistentes - bromeó alguien a su espalda.

Misao se giró, viendo a aquel chico. Se limpió con la mano el sudor de la frente y terminó de llevarlo al rincón.

Ayato sonrió, cogió un saco y se lo llevó a la chica, colgándolo.

-¿Cómo te llamas? - Preguntó él, con una mano apoyada en él.

Misao se quedó mirándole unos segundos antes de contestar.

-Burning Angel - respondió ella.

-Encantado, Angel - sonrió el chico. - Yo me llamo Black Rabbit o Ayato, como prefieras.

-Misao - murmuró ella. - Y, ahora, o te apartas o te uso como saco de boxeo.

Ayato rió ante el comentario de la chica.

-Vaya, te veo muy confiada para ser una novata - contestó.

-¿Novata? - Rió Misao, amargamente. - No voy a perder el tiempo contigo, lárgate.

-Si me conocieses, sabrías que nadie me da órdenes - gruñó Ayato.

-Si me conocieses, sabrías que me da igual - respondió ella. - Apártate.

Como Ayato no se movió, Misao fue a darle un puñetazo en el estómago como si fuera el saco de boxeo, pero el chico la paró con una mano.

-Hubiera sido un buen puñetazo si no... - dijo él, hasta que la zapatilla de Misao le pegó una patada en la cara, haciendo que se cayera al suelo.

-Eres demasiado hablador, Ayato - rió ella. 

El chico se levantó y sonrió.

-Eres fuerte, bastante como para haberme tirado al suelo - comentó él. - Me gusta que haya alguien fuerte en mi escuadrón, a parte de mí.

Misao rodó los ojos y se dio la vuelta. Se quitó las vendas que se había puesto en las manos, tirándolas al suelo, y se fue hacia la puerta.

-Sabes que vamos a tener que trabajar juntos, ¿no? - Preguntó Ayato, con una sonrisa.

-Tú tendrás que trabajar conmigo - contestó antes de irse.