ANGEL, GODS & MONSTERS 🔥 Ayato Kirishima/Nimura Furuta

11 🔥 Naki

Mansión de Sen Takatsuki

Misao bajó las escaleras de la casa de Eto, a quien encontró desayunando en la cocina mientras leía un periódico.

-Buenos días, Eto - saludó acercándose a la cafetera.

-Hola, Misao - contestó pasando una página del periódico.

-¿Qué lees? - Preguntó la chica mientras se servía un taza de café. - Nunca te había visto leer el periódico.

-No, solo lo hago para enterarme de la repercusión mediática que tienen los ataques del Aogiri - rió la chica.

-Vaya, te veo muy contenta, así que bien, ¿no? - Preguntó Misao, sentándose en la mesa.

-Sí, la misión de ayer salió muy bien - contestó. - Además, Ayato me dijo que lo hiciste muy bien.

Misao sonrió, anotándose mentalmente que tenía que agradecérselo al chico.

-Me alegra que saliese bien - respondió la chica. 

-Esta tarde, el Escuadrón de Ayato tiene una misión de rescate - informó Eto. - Hasta entonces tienes el día libre.

-Oh, gracias - sonrió Misao. Bebió de su taza de café y la dejó sobre la mesa. - En un rato iré al Aogiri.

-Tienes el día libre, pero si quieres... - murmuró Eto. - Parece que comienza a gustarte.

-Puede ser - rió la chica. 

Rato más tarde...

Misao llegó al Aogiri. Buscó durante unos minutos a Ayato, hasta que le encontró hablando con Tatara en la azotea. Se acercó a ellos y se unió a la conversación.

-Esta noche tenéis que atacar unos furgones de la CCG - comenzó Tatara. - Después de la muerte de Yamori, Naki será el nuevo líder de los Trajes Blancos.

-¿Quién? - Preguntó Ayato.

-Un ghoul del Distrito 05 - contestó el hombre.

-El ataque será en el Distrito 11, supongo - intervino Misao. 

Tatara asintió con la cabeza. Ayato y Misao se miraron y se fueron de allí. Bajaron hasta la habitación del chico, entraron y él cerró la puerta.

-Me has leído la mente - rió ella, quitándose la chaqueta que llevaba,

-Quiero hablar contigo - dijo él.

Misao frunció el ceñó y se quedó mirándole. Suspiró y miró hacia otro lado.

-¿Pero por qué? - Preguntó ella. - No tenemos nada de que hablar.

-Me dijiste que hablaríamos ayer - contestó él. - Y sigo esperando.

-Vale, hablemos - sonrió Misao. - Ayato, cariño mío, amor de mi vida, te quiero muchísimo y no puedo vivir ni un segundo sin ti. ¡Vayámonos de aquí! Vivamos una vida normal y seamos felices. Busquemos trabajo, casémonos, tengamos hijos... hasta que seamos mayores y nos miremos el uno al otro con el pelo blanco sentados en el porche de nuestra casa con jardín.

Ayato se quedó en silencio uno segundos, bastante molesto por el comentario completamente sarcástico de la chica.

-Lárgate - gruñó él.

-Había venido para darte las gracias por hablarle hablado bien a Eto de mí - respondió ella. - Pero también creo que es mejor que me vaya.

Antes de que Ayato pudiera decir nada, Misao cogió su chaqueta y se fue.