ANGEL, GODS & MONSTERS 🔥 Ayato Kirishima/Nimura Furuta

9 🔥 Mensaje

-Qué rápido, ¿no? - Preguntó Eto, viendo como algunos ghouls del Aogiri peleaban contra la CCG.

-Sí - asintió Tatara. - Hermanos Bin, al edificio principal.

-Sí - obedecieron los dos a la vez.

-Black Rabbit, Burning Angel, vosotros al edificio anexo - ordenó Tatara.

-Sí - asintió Ayato.

-No, yo me quedo con Eto - respondió la chica.

-No, tú te vas con Rabbit al edificio anexo - contestó Tatara. - Y rápido.

Misao miró a Eto, esperando que la chica dijera que se quedaban juntas.

-Venga, Misao - insistió Eto. - No hay tiempo que perder.

-P-Pero yo... - murmuró Misao, sin dejar de mirar a la chica.

-Tenemos que irnos, los demás están muriendo - gruñó Ayato.

-E-Eto, está la CCG - murmuró la chica.

-¿Angel, qué mierda haces? - Preguntó Ayato enfadado, cogiéndola con fuerza del brazo. - Si no quieres ir conmigo dilo y ya, pero no nos hagas perder el tiempo.

-Angel, necesitamos que pelees eres muy fuerte - dijo Eto.

Misao se quedó algo pensativa, no sabía qué hacer, pero tampoco podía hacer nada.

-Vamos, Eto - dijo Tatara alejándose. - Noro, tú encárgate del resto.

-¿Y Yamori? - Preguntó Ayato.

-A saber dónde andará ese - murmuró Nico.

-Ese idiota... qué inoportuno - gruñó el chico.

Ayato suspiró y se llevó con él a Misao, arrastrándola del brazo. La chica tardó unos metros en reaccionar pero, cuando lo hizo, se soltó del chico bruscamente y le miró enfadada.

-Suéltame, imbécil - gruñó ella. - No necesito que ningún niñato como tú me lleve del brazo como una niña pequeña.

-¿Ah, no? Pues parece que sí - contestó él, también enfadado.

Misao negó con la cabeza y siguió caminando. Ayato suspiró y la siguió.

Batalla

Ayato estaba peleando contra algunos investigadores. Cuando acabó con ellos, se quitó su máscara y miró a Misao.

-¿No vas a hacer nada? - Gruñó.

La chica, que estaba apoyada sobre una pared haciendo como que se miraba las uñas, se dignó a mirarle.

-Se suponía que yo no tenía que hacer nada, así que eso es lo que voy a hacer - respondió Misao.

-No puedes quedarte ahí parada sin hacer nada, tienes que ayudarme - contestó molesto.

Misao dejó de apoyarse en la pared y comenzó a caminar, dándole la espalda al chico. Ayato frunció el ceño y se acercó a ella, volviendo a cogerla del brazo con fuerza.

-¿A dónde te crees que vas? - Preguntó molesto.

-Suéltame o te parto las piernas - amenazó ella.

Ayato la soltó, pero no cambió su cara de enfado.

-Misao, no te confundas, soy tu jefe y debes hacerme caso - le recordó él.

-¿Y si no qué? - Preguntó desafiante.

-Tendré que hablar con Eto y Tatara - amenazó Ayato.