ANGEL, GODS & MONSTERS 🔥 Ayato Kirishima/Nimura Furuta

33 🔥 Libro

Marzo

En los meses que habían pasado desde su compromiso, Misao y Matsuri no volvieron a verse. Él decidió mantenerla en Cochlea hasta el día de la boda, que sería en junio, y contrató a una organizadora para que se encargara de todo.

Haise visitaba cada día a aquella chica, se habían hecho muy amigos, como lo eran antes Kaneki y ella, pero un día dejó de ir.

Poco después de que su amigo dejase de visitarla, un inspector de la CCG le llevó a Misao una nota póstuma. En ella, su amiga de la infancia, Hairu Ihei, le decía que no importaba cómo fuese ahora, que ella siempre la querría. El inspector le informó que Ihei había muerto en la operación para exterminar a la Familia Tsukiyama.

Kishou Arima había visitado a su hermana menor un par de veces, pero solamente discutían. Él no aprobaba su casamiento con Matsuri Washu, pero ella no quería escucharle. Sabía que era un error, pero si no, su padre la mataría.

Nimura no volvió a visitarla. Después de enterarse de la gran noticia, desarrolló un profundo odio hacia Misao. Ya que se iba a casar con inspector de la CCG, ¿por qué no con él? Después de la muerte de su superior, Kijima, en el Exterminio de la Familia Tsukiyama, Nimura había pasado a ser subordinado del inspector Haise Sasaki, quien había dejado a los Quinx.

Por otra parte, Ayato estaba deprimido por haberla vuelto a perder. Pensaba constantemente en ella, en el día de la subasta y todo lo que había sucedido. También recordaba las palabras que le dijo Takizawa después de haber peleado con ella: "¿Sabes de quién estaba enamorada antes de ti? ¿Sabes que era de un inspector de la CCG?". Ayato pensó que Matsuri Washu era esa persona de la que estaba enamorada Misao, así que decidió dejarla ir y que fuera feliz.

Aogiri

Ayato estaba tirado en su cama sin hacer nada. Eto llamó a la puerta y pasó.

-Buenos días, Ayato - saludó.

-¿Qué quieres? - Preguntó el chico.

-Me gustaría pedirte... - comenzó a decir Eto, hasta que la interrumpió.

-No - respondió, sabiendo que le iba a hacer un encargo.

-Vamos, Ayato, llevas sin hacer nada desde noviembre - dijo la chica. - ¿Piensas estar así mucho más?

El chico la miró, pero no contestó.

-Te sigo pagando - dijo Eto.

-Si ese es el problema, no me pagues - murmuró él.

-Eres un idiota - gruñó ella.

-Vale - suspiró Ayato.

-¿¡Se puede saber qué te pasa!? - Preguntó molesta. - Antes no dejabas que nadie te insultara y ahora parece que te da igual.

-Es que me da igual - respondió él.

-Ayato, tú no eres así - dijo Eto. - Venga, mueve el culo y ayúdame.

-No - contestó el chico.

-No puedes estar así por Misao - gruñó Eto. - Supéralo de una vez.

Ayato se incorporó de la cama y miró a la chica.

-¿Qué necesitas? - Preguntó.

-Simplemente que me acompañes como guardaespaldas de Sen Takatuski - pidió ella.