Capítulo 18

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Capítulo 18

Amelia POV

-Amelia, has traído luz a mi vida en medio de un oscuridad que ni sabía que tenía - dijo mirándome a los ojos- Sé que es muy pronto, pero siento que eres la mujer que la vida tenia destinada para mí y no pienso perderte nunca - Mi corazón se me quería salir del pecho, atrape su cara entre mis manos para besarla con pasión.

Giré para quedar encima de ella y tomar el control, me alejé de sus labios y sonreí al verla tan excitada.

Comencé a besar su cuello, mis manos se deshicieron del sostén para así liberar sus pechos, la escuche gemir cuando con mi mano derecha los toque.

Al palpar que sus pezones estaban duro decidí saborearlos con mi lengua, estaba disfrutando tocar su cuerpo.

-¡Qué rico!-exclamo embriagada de placer.

Mi mano bajo por su abdomen para tocar su sexo por encima de las bragas. Luisita movió sus caderas buscando más contacto con mi mano, me aleje para tener una mejor visión de ella mientras realizabas pequeños movimientos para provocarla.

-Amelia...Quiero sentirte dentro mi, ahora- me ordenó con los ojos cerrados y agarrado con fuerza las sabanas, ella podía ser su jefa, pero allí era yo la que mandaba.

-No- contesté, ella abrió sus ojos y su boca para quejarse. - Luisa, aquí mando yo - agarré sus manos y las coloque al lado de su cabeza, me acerque a centímetro de su cara y pase mi lengua por sus labios.

Ella intento besarme, pero me alejé rápido.

-Hoy voy besar cada rincón de tu cuerpo y cuando cada centímetro de tu piel se me quede grabado en mi mente, te haré mía ...solo mía - susurré en su oido, su cuerpo tembló y yo comencé a cumplir mis palabras.

No hubo piel de Luisita que no besará...explorar sus cuerpo me convirtió adicta a ella, a sus gritos de placer, a sus suplica pidiéndome que la tocará.

Solo nos separamos para quitarnos la ropa interior que nos molestaba.

Cuando mi lengua hizo contacto con su sexo sentí el cuerpo de Lusita descontrolarse.

No dude y introduje mis dedos en ella y la escuche decir mi nombre cuando sus manos agarraron mi pelo.

-Ven, quiero mirarte- obedecí inmediatamente la estaba llevando a la locura y me encantaba.

Sus manos expertas lograron encontrar mi centro y comenzaron a tocar mi clítoris, gemí al sentirla nuevamente.

Vi como sus ojos me miraban con intensidad y me embrujaron, satisfacerla de esa manera era mi mejor recompensa.

Gritamos nuestros nombres al llegar ambas al orgasmo de una manera salvaje.

La besé cuando pude recuperarme poco y me acomode su lado, ella se giro para quedar frente a mí.

-¿Qué me has hecho Amelia?- acariciando mis labios con la voz agitada.

-Te hecho el amor- contesté, nos miramos sabiendo que no había más que decir.

—-

Los próximos días pasaron demasiado rápido. La relación con Luisita iba cada vez mejor, en el trabajo habían tenido diferencias, pero supimos diferenciar los personal de laboral.

En cuanto a mi problema con Sara todo se había calmado, de pronto ella despareció de mi vida. Por otra lado, el fiscal y la agente al enterrarse de mi nuevo puesto me exigían encontrar cualquier cosas que los ayudara a encontrar a Cristobal, pero todo seguía igual...simplemente no había nada irregular.

Amor IntesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora