Capitulo 8

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Parece imposible de creer pero solo un beso y un par de miradas encendieron la llama del amor, de dos jóvenes inexpertos en el amor, al día siguiente luego de un beso con enorme pasión y sentimientos encontrados, pero que duro muy poco, el pelinegro decidido en irse, pero no antes de invitar a la misteriosa rubia, a una especie de baile que habría en su mansión en una semana, para celebrar el lanzamiento de un nuevo producto de su empresa, al cual solo asistirían personas de alto nivel social, pero aun así el pelinegro no perdía las esperanzas de verla en aquel baile seguramente hermosa...

La rubia despertó con una enorme y característica sonrisa, ya que aquel beso de la noche anterior, había despertado aquellas mariposas en el estomago que todos experimentamos cuando nos enamoramos, a pesar de que la rubia supiera perfectamente que lo estaba haciendo estaba mal, no sabía como controlar sus acciones, pues como todos dicen, quienes somos nosotros para negarnos a lo que nuestro corazón quiere.

La ojiverde bajo hacia el burdel, sin que la enorme sonrisa se le borrar del rostros, y comenzó a limpiar todo como de costumbre, y como lo hacia antes de irse hacia su trabajo.

-Hola chacha- saludo Evelin, bajando hacia donde estaba la rubia, trapeando el piso- te aviso, que hoy te necesito aquí temprano ya que saldré con algunas amigas, y necesito tu ayuda para arreglarme- advirtió la pelirroja- mas te vale, que llegues aquí antes de las 7, si no quieres que se lo diga a mi madre, y que no te vaya tan bien- advirtió la pelirroja de forma amenazante

-Tranquila Evelin, hoy estaré aquí antes de la siete- dijo la rubia totalmente alegre, como si no hubiera escuchado, o no le importara la amenaza de Evelin.
La pelirroja se quedó perpleja ante la respuesta y felicidad inesperada de la rubia, lo que le hizo sospechar mucho sobre, ¿Qué abra pasado anoche con aquel chico?- ¿Quién será el?- se preguntaba la pelirroja, pues simplemente no podía soportar ver a la rubia, ni siquiera cinco minutos feliz, por lo que se dispuso investigar, ¿Quién era ese chico?, y ¿Qué quería con Betty?
Al terminar de hacer todo el quehacer, la rubia partió hacia la casa del pelinegro, y al llegar se percato que habían, varias personas en el jardín, las cuales estaban junto con Cherly, y parecía que estaban organizando una fiesta o algo así, pero había una persona en especifico que le llamo la atención, una Señora Pelirroja, l cual supuso al instante que era la madre de l prometida del ojiverde, la rubia trato de pasar lo mas desapercibida que pudo, pero para su mala suerte Cherly noto su presencia, y no se iba a quedar como si nada, sin tratar de molestarla...

-Oye tu- llamo la atención la pelirroja a la rubia, a lo que la rubia solo izo una mueca no tan nociva, y se dio la vuelta fingiendo una sorpresa, para luego caminar hacia la pelirroja y su madre.

-Buenos días Señorita Cherly- saludo de forma amable la rubia

-Con que esta es la engendra que te derramo el jugo encima- dijo la madre de Cherly, mirando a la rubia de pies a cabeza con total disgusto, a lo que la rubia nomas agacho la cabeza por la vergüenza.

-Bueno, te llame porque necesito que me acompañes a mi y a mi madre de compras- Voy a comprar mi vestido de novia, y también para una gala que habrá en una semana en esta casa- Fíjate que me caso en dos semanas, con el hombre mas maravilloso del mundo- informó de forma presumida la pelirroja, mientras que la rubia, trataba de aguantarse los celos que le producían las palabras de la pelirroja.

-Seria un gusto Señorita ¿Iremos ahora?,- ¿Desea algo de beber? -pregunto cortésmente la pelirroja

-No solo, ve y ponte tu uniforme y vuelves- dijo la pelirroja con sarcasmo

-Quiere que vaya con el uniforme a un centro comercial- pregunto incrédula la ojiverde.

-Y si, tu eres una empleada, y debes verte como tal, además tu lo único que harás será es cargar las bolsas- muy atrás de nosotras- dijo con superioridad.

-Claro señorita no hay ningún problema- dijo la rubia sintiéndose algo humillada por el trato de la pelirroja.

La rubia camino, hacia la casa y entro por la puerta trasera como de costumbre y camino hacia una de las habitaciones de servicio, la cual le pertenecía a ella, la rubia se colocó su uniforme y salió de la habitación, hacia la cocina, y al llegar se encontró con la pelinegra la cual está tomando una malteada en el mesón.

-Hola Betty-saludo la pelinegra con una enorme sonrisa.

-Hola Verónica- Devolvió el saludo la rubia-Me gustaría conversar contigo, pero tengo que con la señorita Cherly y su madre al centro comercial-informo algo disgustada la rubia

-¿Piensas ir así al centro comercial?- pregunto bastante asombrada la pelinegra

-Así me ordeno la señorita- dijo la rubia alzando los hombros, en señal que no podía hacer nada más que obedecer las peticiones de la pelirroja.

-Ay no, ahora si se pasó, cuanto te apuesto que solo lo hace para hacerte quedar mal, y demostrar que es superior- dijo disgustada la pelinegra.

-Estoy más que segura de eso, pero que puedo hacer yo- dijo la rubia lago triste- pero estoy acostumbrada

-¿Acostumbrada?-pregunto incrédula la pelinegra

-Es una larga historia-dijo la rubia-bueno tengo que irme- Adiós-dijo la rubia para luego salir hacia el jardín, en el que ya la esperaba Cherly junto a su madre en el auto.
La rubia se subió algo incomoda al auto, ya que estaba con la madre de la pelirroja, la cual la miraba con desprecio y asco.
Al llegar al centro comercial, enseguida la pelirroja comenzó a comprar todo lo que veía, solo con la intención, de que la rubia cargara las bolsas, caminaban de aquí a ya, como si fuera una especie de pasatiempo gastar el dinero en tonterías, hasta que llegaron a una Boutique de vestidos de novia, en la cual por fin la rubia pudo descansar un poco.

Y por el otro lado, el pelinegro se encontraba en su oficina, firmando
contratos y haciendo lo que normalmente hacía en sus horas de trabajo.

-Hola bro- saludo el pelirrojo entrando a la oficina del pelinegro

-Hola Arch- saludo el pelinegro con una enorme sonrisa la cual el pelinegro noto al instante, pues casi nunca sonreía de esa forma

-¡Hey!, a mi no me engañas, ¿porque esa sonrisa?- pregunto el pelinegro pícaro

-Conocí a una chica- soltó el pelinegro

-¡¡¡¡Enserio!!!- ¿Quién?-pregunto el pelirrojo

-No se su nombre, es una chica de las que bailo en el burdel, que fuimos con los chico- Es hermosa- dijo en tono enamorado

-Con que estas enamorado- dijo pícaro- ¿Se puede saber quien es la afortunada? -pregunto

-No lo sé- dijo el pelinegro- solo sé que es hermosa

-Pues pregúntale su nombre- respondió obvio el pelirrojo

-No me lo quiere decir- dijo algo triste- Pero la bese...- dijo mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro- lo único que se es que trabaja en ese burdel, y que usa un antifaz, por lo que ni conozco su rostro- pero sus ojos... sus ojos tienen un brillo que es imposible de explicar

-Ja, con que te gustan las chicas misteriosas- se burló el pelirrojo

-Es que tiene algo- ¡¡¡Que hay!!! -Me vuelvo loco- dijo en tono enamorado

-Bueno, yo que tu iría terminando con Cherly- sugirió el pelirrojo

-No puedo Archi- aunque quisiera, simplemente me daría pena dejarla

-¿Ósea que piensas vivir un amorío a escondido con esa chica- No Jughead, si la amas no la dejes escapar tal vez, y luego ya sea demasiado tarde..- dijo para luego salir de la oficina y dejar al ojiverde pensando en sus palabras...

¿Qué pasaría, si por una vez nos arriesgamos a ser felices?
¿Lo lograríamos?
...

𝔹𝕖́𝕤𝕒𝕞𝕖 "𝐋𝐚 𝐂𝐞𝐧𝐢𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora