STAY WITH ME.

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El teléfono sonó cuándo ya casi era medio día.

-¿H-hola?- dijo Nadia cuando contesto, aun llorando y con ligeros temblores en el cuerpo.

-¡Nadia!, qué gusto volver a escucharte! - dijo la voz al otro lado de la línea. - espero que estés bien y que no hayas hablado con nadie por el bien de tú adorado niño.

-N-no, hice todo cómo me dijeron no dije nada, ahora ¿qué tengo que hacer? - preguntó Nadia desesperada.

-Quiero 5 millones.

-¿Q-qué?

-Oh, vamos Nadia, eso no es ni la mitad de lo que tú esposo a robado, no es nada. Y sí quieres a tú pequeño vivo más vale que me lo des, es lo mínimo que vale.

-D-de acuerdo.- dijo Nadia, lo último que necesitaba era hacer enojar a esos hombres.

-Bien, cómo te aprecio y considero mí amiga, además de ser muy obediente te daré hasta las dos de la tarde para conseguir el dinero, después te llamaré de nuevo para decirte cómo me lo darás.

Los policías encargados de rastrear la llamada hacían todo lo posible por rastrear la llamada, pero necesitaban que Nadia siguiera con la llamada unos segundos más para poder dar con el lugar exacto de dónde se estaba haciendo.

-Aún no debe colgar sólo unos segundos- dijo lo más bajo que pudo el que era el jefe.

-¡Espere!- dijo Nadia.

-Lo siento Nadia, después nos vemos, te mando muchos besos, tu pequeño también- dijo sínicamente la voz al otro lado de la línea y colgó.

Nadia intento hablar, pero para cuando lo hizo ya era muy tarde. El hombre ya había colgado.

Los policías voltearon a ver a Nadia y sólo dijo el jefe.

-Está bien, lo intentaremos de nuevo cuando vuelven a llamar.

Nadia comenzó a sollozar de nuevo pensando en que no vería a su pequeño aún.

Todos estaban comenzando a desesperarse con el asunto cuando algo brillo en la pantalla de la computadora.

El jefe de la policía se acercó a ver y abrió demasiado los ojos cuando vio.

Ahí estaba la dirección.

-Lo logramos!- gritó.- ¡aquí está la dirección del lugar!

Nadia y Ernest se pusieron rápidamente de pie y se acercaron.

Cuando vieron la pantalla se sintieron aliviados y se abrazaron.

Nadia ahora lloraba de la alegría.

Louis, él no podía estar más feliz.

Estuvo ahí gran parte de la noche esperando la llamada. Lloro igual o peor que Nadia cuando se quedó sólo en su habitación. Ahora se encargaría de recuperar y traer sano y salvo a Harry, su Harry.

-¡Rápido!- grito el policía- tenemos que movernos, ¡Vamos! ¡Vamos!

Y dicho esto los hombres empezaron a salir de la sala para ir a sus vehículos para empezar la búsqueda y traer de vuelta a Harry.

-Yo voy con ustedes- dijo Louis.

-Claro, no tengo pro-

-No- interrumpió Ernest - Tú no iras, por tú culpa mí hijo está secuestrado, ¡no dejaré que vayas!

-¿Qué? - fue todo lo que logro decir Louis, estaba realmente confundido.

-¡Que no iras, por un demonio cada día compruebo más que eres un tonto! ¡No entiendo cómo Nadia confío en ti!

Before you Go [l.s] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora