mereces ser feliz

2.8K 165 44
                                    

Samantha

Acabo de recibir un mensaje de la persona que menos esperaba. Es el segundo mensaje que recibo de él. El primero fue uno casual, simplemente preguntando como estaba, una simple cortesía, un detalle por su parte porque desde que me fui no se dignó a preguntar como estaba, hasta ese momento... bueno, ya estando en Londres dejó de importarle, ¿por qué me sorprende? Lo que de verdad me sorprende es que me escriba para avisarme que está en Madrid, ¿qué pretende que haga? ¿Qué pretende que le diga?

Él, la persona de la que me enamoré sin ser reciproco, su corazón pertenecía a otra persona y eso no sería un problema, si no fuese porque no me lo dijo, porque dejó que cayera en él y cuando ya estaba completamente perdida me rompió el corazón. Me dejó. Lo pisoteó como si fuera nada, así me sentí, aunque formalmente terminamos bien, bien es una forma de decir porque yo no lo estaba, no lo estuve por un tiempo. Creí que podía seguir allí, teniendo esos rollos de una noche, intentando seguir con mi vida, pero no pude, no podía estar en el lugar que me recordaba a él. El lugar donde podía encontrármelo fácilmente a pesar de ser grande, el universo a veces se ríe de nosotros y eso me pasaba en Londres, me lo encontraba una que otra vez, no solo, sino con ella... con esa persona de la cual si estaba enamorado. No podía culparla a ella, ni si quiera a él de no sentir lo mismo que yo, pero si de no decirlo antes.

Javy... así era su nombre, bueno es, no se ha muerto ni nada, de hecho, me ha escrito y llevo un buen rato viendo el mismo mensaje como una imbécil. Quiere verme. Saber de mi. El problema es que yo no quiero verlo. Tengo superado ese tema. Volví para alejarme de todo aquello, para dejar mi corazón roto en aquella ciudad en la que no me quedaba nada, salvo mi amiga Eva, pero no era lo suficiente... mi vida estaba y está aquí, no tenía mucho sentido seguir allí, considero que conseguí todo lo que quise en ese lugar, pero se acabó. Por eso no entiendo por qué volver a traer cosas que no pertenecen aquí. No es su culpa, es cosa mía, probablemente es una formalidad el querer verme, pero no quiero, eso es lo que llevo diciéndome un buen rato a mi misma, un poco de cabezonería.

Lo conocí en Londres, un amigo de Eva, mi vecina, conectamos en seguida y me enamoré o eso es lo que pensaba en ese momento. Eso es lo que pensaba mi corazón roto, ahora no estoy segura, quizás dolía más el hecho de que nunca me dijera que había otra persona. Creí estar enamorada, me hacía sentir bien y ponerle ese nombre a lo que sentía en ese momento tan solo es una etiqueta más. No sé si lo estuve, pero dolió, dolió mucho... quizás estaba enamorada de la idea de tener a alguien en aquella ciudad en la que me sentí sola en tantas ocasiones, quizás dolió porque desapareció y me rompió. Puede que mis sentimientos sean contradictorios, por un lado, pienso que fue amor y por eso dolió tanto y por otro pienso que solo fue una utopía... en cualquier caso produjo dolor y no importa lo que fuese, sino lo que causó después de eso, por eso quiero dejarlo atrás.

Puede que sea una exagerada, dramática, lo soy, lo sé, no lo niego, pero hace un tiempo que no pienso en esto. Ya no duele, tan solo es un recuerdo de lo que fue, de lo que sentí, de las noches en vela, de la ansiedad, de la búsqueda de mi misma... tan solo es eso, un recuerdo que se esfumó como pólvora porque no merece la pena recordar. No porque él sea una mala persona, no lo es, de hecho, es una persona genial, sino porque no merece la pena recordar el dolor que sentí aquellos días. Es más, por mi que por él.

Estoy divagando mucho, pensando demasiado y contradiciéndome a mi misma, a veces me gustaría pensar menos. Mis problemas de ansiedad irían mucho mejor.

Miro el mensaje nuevamente. Y sin más divagación, porque me he cansado de hacerlo y supongo que tengo que demostrarme que todo eso quedó atrás, contesto. Acepto verlo. Nada puede salir mal. Solo será un rato. Me contará que hace aquí, lo bien que le va con su chica, preguntará por como me va a mi y después de una o dos cervezas volveré a casa. Ese sería el escenario perfecto creado en mi cabeza. Nada profundo, soy capaz de poder habar con él sin traer todo aquello de vuelta.

DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora