todo de ti

3.2K 166 17
                                    

Samantha

Cierro la puerta del taxi y cojo mi maleta rosa. He esperado casi dos semanas fuera, primero estuve una semana en Barcelona trabajando en mi poemario. María quería que conociese a algunas personas antes de terminar los últimos retoques. La verdad que lo agradezco, asistí a algunos eventos y charlas muy interesante y hablé con personas que me ayudaron mucho, incluso salieron unos cuantos poemas de ultima hora. Esos que se me ocurrieron de noche en aquella habitación de hotel. He decir que acabar el poemario de forma positiva es una buena forma de acabar. Considero que este poemario es el más personal que he escrito hasta ahora, me atreví a publicar cosas que quizás antes no lo hubiera hecho, pero creo que son necesarias que tengan su lugar en una pagina de papel reciclado.

María me presentó a una chica que va a diseñarme la portada con lo que tengo en mente, es un placer para mi siempre trabajar con mujeres, María lo sabe, entre nosotras hay que apoyarnos y hacer ver todo lo que somos capaces de hacer. Por eso la elegí a ella por encima de otros editores con más prestigio, no me importaba destacar, solo quería un trabajo bien hecho y alguien en la que poder confiar mis escritos. Desde la primera reunión con María supe que iba ser más que mi editora y así ha sido, ahora es una amiga más dispuesta a escucharme y leer todo lo que mi mente escupe y convierte en palabras. Siempre me ayuda a elegir que poemas deberían estar y cuales podemos dejar para un futuro o usarlos para alguno otra cosa. Si no fuese por ella, mi poemario tendría tres páginas y no me atrevería a publicar nada, pues mayormente escribo lo que siento y pienso que a nadie le va a interesar... pero ella dice que muchas personas se van a identificar con mis palabras ya que no nombro a nadie en concreto y siempre hablo en primera persona. Puede que tenga razón. Estoy contenta porque mi tercer proyecto está terminado, solo queda escribir agradecimientos y diseñar la portada, después de eso se decidirá la fecha de publicación y otras cosas de marketing.

Después de mi viaje a Barcelona, el cual me vino bastante bien para bloquear mi mente y centrarme en mi trabajo y en mi, me fui a unos días a visitar a mi familia a Valencia. A mi hermana, a mi pequeña sobrina, a mis padres... necesitaba rodearme de ellos, los cuales no había visto desde que había vuelto de Londres.

Este tiempo fuera de Madrid me ha servido para ordenar un poco mi cabeza, para desconectar y permitirme centrarme en mí. Sé que al volver no puedo alargar más esa conversación con Flavio. Mentiría si dijera que no he pensado en él en este tiempo porque lo he hecho, más de lo que me hubiese gustado y es que es imposible no pensarle, especialmente por la noche, cuando cierro los ojos y me dispongo a dormir, ahí mi cabeza funciona a mil por hora, se imagina escenarios que nunca van a pasar. Mi cabeza ha recreado la conversación un millón de veces, siempre buscando las palabras correctas y tratar de ser menos impulsiva, eso dice mi hermana.

Le hablé a mi hermana de todo lo que estaba pasando, ella es la única a la que se lo podía contar sin que me juzgara, no lo hizo, pero sus palabras fueron parecidas a las de Mai. Ella dice que hable cuando me sienta preparada pero que no lo deje ir porque igual un día es tarde y todo lo que mi cabeza piensa nunca va a salir por el miedo. Siempre contesto con lo primero que se me ocurre por la cabeza y ella me dice que debería medir más, tiene razón, pero es inevitable no hacerlo, lo hago casi sin darme cuenta.

Me siento aliviada de que tener a alguien más apoyándome, siento menos miedo, aunque mis miedos no están relacionados con eso, sino conmigo misma... a veces yo soy mi peor enemiga, más bien mi cabeza lo es. Piensa y piensa y me vuelvo pequeñita, siento que si me tocan me van a romper, pero eso solo ocurre en mi cabeza, de cara a todo el mundo siempre está esa coraza, no permito que nadie me vea como la Samantha de mi cabeza, salvo Mai y mi hermana, ellas han sido las únicas personas que me han visto caer, levantarme, las que han escuchado mi paranoias mentales, las que me han entendido cuando yo misma no lo hacía, las que me han dado la mano. Quizá por eso quiero tanto a Mai y la siento como una hermana porque se parece bastante a la mía y siempre hemos hecho todo juntas, es como si estuviésemos destinadas.

DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora