confío en ti

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Samantha

Me encuentro sentada junto a Mai en el sofá, ambas compartimos una manta color azul y estamos acurrucadas viendo los anuncios de la tele como cuando éramos pequeñas. Nos gustaba imaginar que una compraba el producto de un anuncio y otra el otro, era divertido, sobre todo cuando eres una niña. A veces echo de menos serlo, la inocencia de aquellos días, las no preocupaciones. Bueno, la preocupación de si mi madre me dejaba ir a casa de Maialen a jugar o de no querer estudiar y querer sacar buenas notas al mismo tiempo.

- Los condones para mi – dice Mai convencida de que yo no los voy a usar por el momento o eso es lo que da entender

- ¿Por qué? ¿Y si alguna vez quiero tener algo con alguien?

- Estás en tu derecho, Titi, pero soy yo la que tiene novio y los voy a usar seguro – se ríe al decirlo y le doy con el codo

- Oye, que yo si quiero puedo salir y tirarme a quien quiera – o puedo esperar tener un momento a solas con tu hermano y hacer uso de ello. Me entra un escalofrío al pensar en la palabra "hermano". Soy consciente de lo que estoy haciendo, me estoy acostando con el hermano de mi mejor amiga y aunque no tengo que dar explicaciones a nadie de con quien me acuesto, no puedo evitar sentirme un poco culpable por ello... más que nada porque nunca he ocultado nada a Mai y ahora lo estoy haciendo.

- No dudo de ello, sé que cualquiera quisiera estar contigo, quisiera estar hasta yo sino fueras mi mejor amiga y no estuve con Bruno – ambas nos reímos por aquello, Mai siempre ha sido así de liberal y nunca ha descartado tener algo con alguna chica, aunque realmente no sé si lo ha hecho, nunca ha mencionado nada al respecto, todas sus parejas han sido hombres, pero está bien saber que no se cierra nada y deja esa parte de ella abierta – Pero en este momento siento que no estás en ese punto de irte con cualquiera

- No, la verdad que no me apetece mucho, quiero centrarme más en mí y si algún día sucede algo con alguien, bienvenido sea, no voy a ir a buscarlo – digo y no miento, si no tuviese esta relación con Flavio que sucedió casi sin planearla, seguiría pensando lo mismo, no me apetece ir a un bar y follarme al primero que conozca solo por necesidad, si llegase a pasar, un buen polvo siempre es bienvenido, pero no voy a buscarlo, así como tampoco busqué lo de Flavio, simplemente pasó y ahora puedo satisfacer mis necesidades sin dar explicaciones y él las suyas

- Londres te ha cambiado – dice y acaricia mi brazo – pero está bien que te centres en ti y si pasa, pues pasa

- Así es, además, ¿quién quiere a un hombre teniendo el satisfyer? – ambas reímos por aquello y sabíamos que decía la verdad

- Tienes razón, no necesitamos a un hombre que nos de placer, nosotras solitas podemos hacerlo

- Evidentemente, pero si viene alguno bueno, tampoco voy a decir que no – volvimos a reír y en ese momento se abre la puerta.

Era Flavio, acababa de llegar del conservatorio y a juzgar por su cara no le había ido muy bien. Simplemente entró y se fue directo a su habitación, sin decir nada. Mai, me miró y agradeció tener la mañana libre para poder estar en ese momento, me hizo gesto de que ya iba a ella. La verdad que Mai siempre ha sido una de las personas que más ha entendido a Flavio y con la que él se ha abierto, así que por mucho que me gustaría saber que pasa y hablar con él, creo que lo mejor es que vaya ella primero, ella sabrá que decirle.

Al cabo de un rato sale Mai, me mira y se encoge de hombros. ¿Qué significa eso? ¿No ha querido hablar? ¿Está muy mal? ¿No le pasa nada y simplemente no tiene el día para hablar con nadie?

- Nada, no me ha contado nada – me dice entendiendo mi mirada de querer saber que pasaba – No ha querido decirme nada, dice que no le pasa nada, pero lo conozco que sé que le pasa algo, está ahí con el piano y no ha querido comer, dice que ya lo hice, aunque no sé si es verdad

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