acuerdo

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Flavio

Me despierto y me doy cuenta que no estoy en mi cama y mucho menos en mi habitación. Abro los ojos y miro hacía el otro lado de la cama. Samantha. Sigue dormida de espaldas hacia a mí tapada, la miro por unos segundos más y dejo que el aire que tengo retenido en mis pulmones salgan por mi boca.

No sé exactamente qué hacer, si me quedo va ser muy incómodo porque no sé qué decir, ni siquiera sé si ella quiere que esté cuando me despierte, pero, si me voy, será más incómodo aún cruzar alguna palabra después de esto. Ni siquiera sé cómo pasó, ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado que esto fuese a pasar, nunca tuve intención de que pasara. Mi crush con Samantha siempre ha sido inocente, algo más como una admiración que otra cosa, pero he saltado la línea y no puedo decir que me esté quejando, solo que ahora deja de ser inocente.

Me quedo mirando el techo y pienso en que se le pasó por la cabeza a ella... estábamos hablando y de un momento a otro me besó, he decir que es lo que estaba pasando por mi cabeza, pero de pensarlo a hacerlo hay un paso grande y pienso más que hago. Por eso, anoche no dejaba de mirarla, hacía tanto tiempo que no la veía en persona, admirarla era toda una experiencia, sus gestos, su sonrisa, su voz... y eso fue lo que hice, mirarla y me perdí en ella sin darme cuenta y lo que es peor, ella me sostuvo la mirada y pensé que iba a morirme en ese momento, pero no paré, seguí con la mirada fija en ella, observando cada rasco de su cara. Sus ojos, su nariz, sus labios, sus lunares... uf, sus lunares, anoche descubrí algunos de ellos que no sabía que tenía.

Sacudo mi cabeza y decido levantarme, no sé si es mejor opción que quedarme porque las dos me parecen iguales de incomodas, así que sea lo que tenga que ser. Recojo mi ropa del suelo y voy a mi habitación para cambiarme. Me doy una ducha rápida y salgo a salón para recoger todo el desastre de la comida de anoche que aún sigue encima de la mesa. Que desastre, menos mal que mi hermana no está o me mataría por dejar la comida toda la noche fuera. Mierda, Maialen. Me acuerdo de lo que hice y deseo que no se entere o la charla iba a ser importante. Miro mi teléfono móvil y tenía un mensaje de ella que obviamente no leí.

"Bichito, estoy en casa de Bruno, supongo que lo has deducido, espero que Samantha y tu estéis bien, no la molestes mucho. Vuelvo mañana"

Le contesto con un emoji y continúo recogiendo las cosas. Mientras estoy ordenando un poco, puedo escuchar como Samantha se mete en la ducha. Este día va ser interesante, no sé qué voy a decirle, tampoco sé si ella quiere hablar de ello, si vamos actuar como si nada hubiera pasado o que, no lo sé. Me da miedo que nuestra relación cambie y puede sonar estúpido pues creo que es evidente que ha cambiado, tú no te acuestas con tu amiga de siempre y menos si esta es la mejor amiga de tu hermana, pero aparentemente es algo que yo si hago y se sale fuera de todo lo que yo normalmente haría.

Estoy preparándome el desayuno cuando la veo aparecer por la puerta de la cocina, tiene el pelo mojado, pero está tan preciosa como siempre. La miro y no sé bien si decir algo o quedarme callado, tampoco quiero que piense que soy un idiota que deja de hablar a las chicas con las que se acuesta. La cosa es que ella no es solo "una chica con la que me he acostado", es Samantha y nombre lo dice todo, es más que eso y no me refiero a algo romántico.

- Buenos días – decido decir porque el silencio es peor que cualquier cosa y romper el hielo de alguna forma siempre es lo mejor, aunque no sé si el hielo va seguir ahí o se va derretir. Ella me mira y creo que está pensando que decir, es raro ver a Samantha pensar que decir porque normalmente no lo hace, siempre habla impulsivamente

- Bueno días – contesta y no dice nada más, supongo que es un saludo de cortesía, el hielo sigue estando en medio. Ella coge un vaso y se pone un poco de zumo

DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora