fin

3.3K 176 19
                                    

Samantha

Enciendo el aire porque el calor me ha despertado, es insoportable que el tiempo cambie tan repentinamente, hace unos días hacía frio y ahora me veo obligada a tener que encender ese aparato del demonio del cual no podría vivir si no existiese. Miro a Flavio que aún duerme, parece que ni se ha inmutado que me he levantado casi enfadada de la cama por no poder dormir como me gustaría. Pronto la temperatura empieza a cambiar y el clima es más agradable, así que aprovecho para cambiar la arena de Solsikke y hacer el desayuno.

Han pasado unos cuantos meses desde que Flavio y yo decidimos tener una relación y las cosas han ido bastante bien desde entonces. Pasamos casi toda la navidad juntos, él vino a almorzar a mi casa con mi familia justo el día de navidad y me sorprendió lo bien que lo trataron, quiero decir, siempre lo han tratado bien, pero ahora no es solo 'Flavio, el hijo de sus amigos' ahora es 'Flavio, mi novio', me gusta que no hayan juzgado en ningún momento y que todo lo hayan tomado con la naturalidad que merece, eso hizo que Flavio se sintiera más cómodo con la situación, desde ese día hemos vuelto alguna que otra vez de visita. En cuanto al padre de Flavio... cumplió su palabra de no meterse, pero en su cabeza sigue pensando que es una locura, aunque ahora lo tenga más aceptado, le cuesta, supongo que todo es un proceso y que en algún momento tendrá que aceptar que es una realidad y no un simple capricho.

Todos estos meses juntos han sido increíbles, por supuesto que algún que otro pique hemos tenido, pero nada que no se solucione, es más, solucionar las pequeñas diferencias es la mejor parte de nuestra relación y la más divertida a decir verdad. Actualmente seguimos viviendo juntos y creo que por ahora va seguir de esta forma porque ya me he acostumbrado a estar con él. Maialen se fue a vivir con Bruno en enero, así que ahora estamos Flavio y yo en el piso, no es que nos fuimos a vivir juntos, simplemente nos quedamos ahí. La cosa va bien porque cada uno tiene su espacio, su habitación y no siempre dormimos juntos, simplemente se da y tratamos de hacer que la convivencia funcione ahora que no está Maialen para poner orden. Funciona, él va al conservatorio por la mañana, mientras yo me dedico a escribir, por la tarde pasamos el rato juntos, salvo cuando él tiene que ensayar si o si, en ese caso tiene su espacio. Digamos que todo funciona bien porque todo sigue como antes, salvo que ahora estamos más consolidados. Me gusta el hecho de no tener que hacer todo un proceso de adaptación para convivir con una persona, un proceso para conocer a esa persona, sino que ambos ya nos conocíamos, ventajas de salir con alguien que ya conocía. No solo nos hemos saltado un proceso de adaptación a la convivencia, sino que también las típicas presentaciones de familias, son cosas típicas por las que pasan las parejas que nosotros nos saltamos porque ya todo estaba hecho, algo inusual pero mucho más cómodo.

Digamos que este nuevo año me está tratando bastante bien, mi poemario se está vendiendo lo suficiente como para poder vivir de ello, además realizo firmas y algunos recitales de poesía para mantenerme activa en ese mundo. Ahora mismo, además de escribir poemas, porque eso nunca dejaré de hacerlo, estoy escribiendo una historia, no sé si llegaré a terminarla en algún momento de este año o de mi vida, pero María dice que tiene buena pinta y que sería algo diferente que publicase una historia, nunca me lo plantee hasta que un día la inspiración llegó a mi, es algo que hago sin presión y por ahora no ha he tenido problemas. Vivir de lo que a uno le gusta es un real privilegio y yo creo que lo tengo.

En cuanto a Flavio, se animó a subir covers a Instagram, él decía que se moría de vergüenza, pero pronto fue ganando confianza, los comentarios positivos también ayudaron a ello. Aún no se animó a enviar ninguna composición a ningún lado, insiste en que no son buenas y prefiere tenerlas para él, pero no es verdad, todo este año no ha dejado de hacerlo, las he leído, las he escuchado y es una pena que se queden guardadas en una libreta, pero no puedo obligarle si él no quiere, es algo que entendí y dejé de insistirle, al fin y al cabo es algo intimo suyo y si no quiere enseñarlo, no hay nada que se le pueda hacer.

DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora