eres tonto

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Flavio

Miro la hora del reloj y no me había dado cuenta de cuanto tiempo he estado fuera de casa, las cinco de la tarde, pero necesitaba estar solo, pensar, reflexionar, aunque lo único que he hecho ha sido aceptar que mi hermana ya lo sabe. Ese ha sido el tema principal que rondaba en mi cabeza. ¿Desde cuando lo sabe? ¿Cómo? ¿Por qué no dijo nada? Me siento estúpido porque todo este tiempo ella lo sabía, lo sabía y mi mayor preocupación era eso.

Analizando todo lo que ha pasado desde entonces me doy cuenta que es normal que Samantha no quiera hablar conmigo, yo tampoco querría. En ese momento pensaba que no estaba haciendo nada malo y no es que fuese malo, pero no tomé las mejores decisiones, eso hizo que ella no quiera hablar, es normal, no va a esperarme. Mai siempre me dice que la vida no funciona como uno quiere, solo hay que adaptarnos a ella y aprender de todo lo que se nos pone en el camino... tiene razón, pero es inevitable no sentir frustración. Se que no lo he hecho bien con ella y me molesta porque no merece.

Pienso en que voy a decirle a Mai, en lo que me va decir ella y lo único que me apetece es que se le hayan pasado las ganas de seguir con el tema, aunque conociendo a mi hermana, no se ha olvidado, seguro que está esperando detrás de la puerta con una escoba, algo parecido a lo que hacía mi madre cuando era pequeño. Puede que exagere, pero estoy seguro que está esperando hablar conmigo. Una parte de mí quiere hablar con ella y soltar todo, quitarme este peso de encima que siento, estos miedos que crea mi cabeza. No quiero decepcionarla, me importa mucho la opinión de mi hermana, siempre ha sido así, no quiero que esto cambie la imagen que ella tiene de mí, aunque siga siendo la misma persona, solo que habiendo actuado de la peor manera y enamorado de su mejor amiga. Por otro lado, me aterra conocer su opinión sentir que mis miedos eran reales, eso es lo que no quiero escuchar... pero se a ciencia cierta que esa conversación es inevitable, conozco a Mai y va querer tenerla. Lo entiendo, solo que no sé como manejarlo.

Me detengo en la entrada del edificio, cojo aire y apago la música que suenan a través de mis auriculares. En este momento desearía que las cosas me dieran menos miedos, me gustaría actuar por impulsos y no pensar tanto porque eso no siempre es bueno, pensar demasiado puede que te cree ideas falsas en tu cabeza, aunque otras veces es bastante positivos porque puedo medir y controlar mis palabras.

Abro la puerta y me encuentro con mi hermana sentada en el sofá. Lo sabía, sabía que iba a estar ahí, quizás esperándome o pasando el rato. Samantha no esta con ella, lo que mejora las cosas, debe estar en su habitación o haber huido de la misma forma que yo.

- ¿Has comido? – es lo primero que pregunta mi hermana dejando el libro que estaba leyendo hacía un momento en la mesa

- Sí, comí algo rápido fuera – quien dice algo rápido dice un par de hamburguesas de un euro del McDonalds, totalmente irrelevante.

- Bien – se acomoda y me invita que me siente a su lado con la mano – Ven

- Siento haberme ido – me disculpo porque se que le molesta que me vaya sin haber aclarado nada – Necesitaba tomar aire

- Ya lo sé, no te preocupes, eres así – me encojo de hombros y me rio nervioso. – Sabía que te irías – me conoce lo suficiente para saber eso. Agradezco que lo entienda, aunque le guste. - ¿Cómo estás?

- Bien, supongo – contesto y se que estas preguntas triviales solo son para romper el hielo antes de entrar de lleno en lo que quiere decir. La miro y tiene esa cara de estar guardándose muchas cosas y querer soltarlas de golpe.

- Tu y yo tenemos que hablar, espero que lo sepas y esta vez no puedes irte – asiento con la cabeza, es inevitable esa conversación, así como necesaria, ya sea para bien o para mal – He estado hablando con Titi, pero no te voy a decir nada porque es cosa de chicas, ahora quiero hablar con mi hermano favorito

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