cumpleaños

2.7K 161 12
                                    

Flavio

Miro la taza de leche mientras escucho a mi hermana hablar sobre el cumpleaños de Clara, no me apetece mucho ir, ya que las únicas personas que conozco es a mi propia hermana y a Samantha. Bueno, conozco a Clara, pero es la cumpleañera, así que no cuenta.

Intento buscar una excusa para no ir, no es que no me gusten las fiestas, que me gustan, pero con personas que conozco y no con amigos de Maialen. Por otro lado, está bien que te tengan en cuenta, siempre me han intentado incluir en sus fiestas y he ido alguna que otra vez, pero no me he sentido tan cómodo. Me suelo quedar callado, escuchando como hablan de cosas que no entiendo o de situaciones en las que no he estado, anécdotas de grupo... pues ahí estoy yo, observando que dice cada uno, sin interrumpir y solo hablo cuando me preguntan algo o hablan de algún tema que conozco y me apetece participar. Es raro porque está bien que te incluya, aunque yo nunca incluiría a Maialen en los planes con mis amigos, no encaja, así como yo no encajo en los de ella, pero ella siempre me incluye y sus amigas tienen la manía de querer que yo vaya siempre.

Maialen sigue hablándome de cómo las ganas que tiene Clara de verme, la verdad es que me siento como un muñeco con las amigas de Maialen porque suelen tratarme como un niño y eso me llega a molestar bastante. ¿Me caen bien? Sí, pero hay veces que se pasan y yo solo quiero escapar.

Normalmente siempre acepto ir a los planes que me proponen, pero esta vez no quiero ir y no tengo una buena excusa para ello. Mi hermana me conoce y sabe que cualquier excusa que ponga es eso, una excusa. Esta vez va a estar Samantha ahí y en otra situación me daría igual porque bueno, al menos habría alguien con quien hablar, pero ahora es distinto. Las amigas de Maialen estarán ahí, hablando de sus cosas y acabaran como siempre, tratándome como un niño y Samantha estará ahí, viendo y escuchando todo y no es sería raro que pensase que todas estas semanas se ha estado acostando con un niño. Al fin y al cabo, es lo que soy, ¿no? Aunque yo no me sienta de esa forma.

- Entonces, ¿Vas a venir? – vuelve a preguntar mi hermana y siento que es demasiado temprano para que intente convencerme de hacer planes que no me entusiasma demasiado, pero no tengo más opciones

- Supongo que si – me encojo de hombros y bebo un poco de mi leche, ahora fría por estar tanto tiempo pensando mientras la miro

- Te lo vas a pasar bien, además va a estar Samantha, conocerás a alguien más – lo dice como si eso fuera un punto a favor y justo por eso no quiero ir, aunque al menos sabría si dicen algo de mí porque estaré delante, de lo contrario, no sabría qué tipo de comentarios tendría que escuchar.

- Bueno – digo no muy convencido y termino la poca leche que me queda en la taza para después dejarla en lavavajillas

Samantha aún no se ha levantado, no sé si está despierta, pero no ha salido de su habitación. Es viernes y hoy no tengo conservatorio, los viernes nunca tengo y la verdad no sé qué hago despierto tan temprano. La costumbre de hacerlo siempre.

Me despido de mi hermana y vuelvo a mi habitación y sin darme cuenta me vuelvo a dormir. Estaba pensando en cómo actuar para no hacer el ridículo delante de Samantha, es gracioso porque ella me conoce, sabe cómo soy y aun así tengo miedo de que descubra algo que la haga cambiar de idea respecto a mí y no hablo de que quiera terminar el sexo casual, eso es algo que ya tenemos más que hablado... me da miedo a que descubra algo que no le guste y cambie su actitud conmigo. Al fin y al cabo, he cambiado, no me siento el mismo Flavio que hace unos años y quizás ese es el problema, quizás ella me sigue viendo como ese Flavio, aunque diga que esté diferente, ese miedo está ahí y no puedo evitar sentirlo. Dicen que cuando nos importa algo tenemos miedo a perderlo, a mí me importa mi relación con ella, con sin sexo.

La noche llega y con esta el famoso cumpleaños de Clara. Digo famoso por llamarlo de alguna forma, no porque fuese el acontecimiento del año, que no lo es. Me doy cuenta de que parece que me caiga mal Clara, pero no, es solo que me siento raro con las amigas de Maialen. Ella dice que me adoran, sí, puede ser, pero me tratan de una forma que no me gusta.

Salgo de mi habitación y lo primero que veo es a Samantha con un vestido corto negro. Madre mía, está demasiado guapa, siempre lo está, pero ese vestido... no, no voy a pensar nada ahora. No es el momento. Me acerco a ella y le sonrío.

- Vaya, Samantha, qué guapa estás, hostias – digo enfatizando la última palabra. Ella se ríe al escucharme y no puedo evitar sonreír porque tiene la sonrisa más bonita del mundo. Basta Flavio, no es el momento.

- Gracias, Flavio – se acerca a mi oído lentamente y susurra – tú también estás muy guapo – esto hace que se me enrice la piel y un escalofrío recorra todo mi cuerpo. Debo de tener una cara de idiota en este momento, me recuerdo a cuando era más pequeño y Samantha venía a casa, siempre me ponía nervioso cuando me hablaba... pero ya no soy aquel niño, hace tiempo dejé de serlo, es por eso que ahora entiendo que siempre ha sido un crush inocente y lo sigue siendo, porque no hay nada más que eso, salvo que ahora nos acostamos juntos.

Voy al salón y encuentro a mi hermana sacándose fotos, probablemente para enviárselas a Bruno, ¿para qué? La va a ver ahora. Me rio por las poses que está haciendo y me acerco a ella dándole un abrazo. Ella responde y aprovecha ese abrazo alargar su brazo y sacar una foto de ambos.

- Me has pillao' – le digo y me rio

- Es que estás muy guapo y quería tener una foto contigo para presumir de hermano

- Pero entonces avísame, no me saques la foto sin que lo sepa que salgo mal – cojo su móvil y esta vez soy yo quién saca la foto

- Oye – escucho la voz de Samantha quejándose – Estáis haciendo fotos sin mi

- Titi, ven, ponte en medio – Samantha se pone en medio de los dos y saco la foto.

Cuando devuelvo el móvil a Mai y esta se pone a mirar las fotos, aprovecho para sacar mi móvil y hacerme una foto con ella. Es la primera foto que tenemos juntos desde que ha vuelto. Ella apoya su brazo en mi hombro y mira la foto.

- Oye, salimos bien, luego me la pasas – dice dándome un beso sonoro en la cara

Llegamos al cumpleaños de Claro, celebrado en su casa, así que asumo que no habrá mucha gente, aunque su casa es bastante grande. Al entrar veo un montón de caras desconocidas, yo solo sonrío en forma de saludo, ya que Mai va diciéndole a todo el mundo que soy su hermano, como si no me pudiese presentar solo, aunque agradezco que lo haga. Es un poco contradictorio porque por un lado prefiero presentarme yo y por otro prefiero que mi hermana me lo ponga fácil, siempre lo ha hecho. De pronto veo que Clara se acerca a mí con una sonrisa y me abraza.

- Flavio, has venido – dice emocionada – pensé que no ibas a venir

- ¿Por qué no? – pregunto confuso y le respondo al abrazo

- No sé, hace tiempo que no vienes a nada, deberías salir más con nosotras – En eso estaba pensado yo, en salir con ellas y más ahora que está Samantha, el sueño de mi vida.

- He estado ocupado – sonrío – Feliz cumpleaños, Clara – le doy un beso en la mejilla y esta sonríe en forma de agradecimiento.

Me siento en el sofá después de haber cogido una cerveza, no tengo mucho que hacer, debí de haber invitado a Gèrard o algo porque no conozco a nadie. Mai está con Bruno, junto a dos personas más que no conozco. Busco con mi mirada a Samantha y no la encuentro hasta pasados unos segundos. Está hablando con un chico rubio que no deja de mirarla, por supuesto que lo hace.

Me quedo allí sentado con mi botella de cerveza mirando lo que pasa a mi alrededor, intentando no mirar a Samantha y ese chico. No, no estoy celoso. Es solo que si la miro alguien podría pensar cosas que no son y no tengo ganas de dar explicaciones de nada o que hablen de la nada.

Después de unos minutos, el grupo decide que es buena idea sentarse en el sofá para estar más cómodos y poder charlar. Bien, al fin no pareceré un aburrido solo sentado en una fiesta. No, no soy aburrido, me gustan las fiestas, pero me gustan con personas que conozco, pero entiendo que puede dar la sensación esa de que soy aburrido, probablemente las amigas de Maialen lo piensen, pero lo piensan basándose en momentos puntuales en los que siempre me he sentido incómodo con ellas y no, nunca le dije nada a Mai... no quiero que piense que me caen mal sus amigas.

- Yo propongo brindar por Samantha que ha vuelto – dice Clara alzando su botella de cerveza arriba

Todos la imitan, incluido yo. Samantha sigue sentada con ese chico rubio, que por lo que he podido escuchar, se llama Óscar y a juzgar por la forma en la que el chico la mira, diría que han tenido algo, pero no puedo confirmarlo, quizás solo son ideas mías.

El grupo continúa hablando de cosas que no entiendo, Clara está como loca, no para de proponer brindis sin ningún sentido, creo que ha bebido un par de copas antes de empezar la fiesta porque normalmente no es así. Me rio por la situación, es cómico verla así.

- Un brindis por el hermanito de Maialen – dice de pronto. Esto hace que las miradas de todos los asistentes se posicionen en mí – es un niño muy bueno – y ahí estaba el primer comentario de la noche. 'Es un niño muy bueno' ¿Qué quiere decir eso? Supongo que soy yo el único que le da vueltas al comentario porque nadie dice nada al respecto, ni siquiera mi hermana, así que debo ser yo. – Flavio, cuéntanos, ¿tienes novia? - ¿se puede saber a qué viene eso?

- No, no tengo novia – contesto y bebo un poco cerveza. Bruno que está a mi lado me da una palmadita en la espalda que no entiendo bien por qué, yo solo lo miro y sonrío.

- Bueno, no te preocupes, eres muy pequeño todavía, ya saldrá alguna – añade Clara. No digo nada, solo bebo un poco más de cerveza, no merece la pena contestar a ese comentario. A veces pienso si sabe que tengo veinte años y no diez, realmente me lo pregunto. Miro hacia Samantha y creo que no ha escuchado el comentario, sigue hablando con ese tal Óscar... y si lo escuchó, tampoco le importó mucho, al igual que a mi hermana. Otra vez, debo ser el único que le molestan esos comentarios

- Flavio ha tenido alguna novia ya – y cuando yo pensaba que la conversación ya se había terminado llega mi hermana... supongo que se ha dado cuenta de que me molestó el comentario, de lo contrario no hubiera dicho nada

- ¿Si? ¿Y ahora no hay alguna amiguita que no sea novia? – dice Clara riéndose – Ya sabes a lo que me refiero

- No – contesto tajante. No tengo ganas de seguir con la conversación, está entrando en terreno peligroso y no quiero que se siga hablando de mi vida amorosa como si fuera un programa de cotilleos.

De pronto suena una canción y Clara se levanta para cantarla junto a Maialen y Samantha, asumo que es una canción que significa algo para ellos. Mis ojos están puestos en Samantha. Está cantando y saltando junto a mi hermana y Clara, su pelo cae por toda su cara y su sonrisa iluminaba todo, es simplemente preciosa. A veces pienso que no es real, nadie puede ser perfecto.

- Un brindis por Óscar y Samantha que ojalá retomen su relación – dice Clara riéndose. Samantha no dice nada, solo se ríe y él tal Óscar también. Lo sabía, sabía que habían tenido algo. Y no, no estoy celoso, era algo bastante obvio, soy muy observador. No pasa nada si ella quisiera retomar la relación con él, quedamos en eso, supongo que va a pasar más pronto que tarde y que nuestro juego se terminará pronto, es cuestión de tiempo. No me siento mal por ello, tengo claro lo que es.
El grupo continúa hablando y bebiendo, algunos de ellos se han levantado a bailar. Veo que Samantha se pone de pie y asumo que va a por Óscar, pero no, viene hacía mí. Agarra mi mano y tira de ella.

- Baila conmigo – dice con una sonrisa. Yo me levanto y la miro confuso. Pensé que querría bailar con Óscar, al menos es lo que parecía desde fuera, han estado toda la noche hablando.

- ¿Y Óscar? – pregunto y me siento idiota, ¿por qué pregunto eso?

- ¿Qué pasa con él? – pregunta confusa

- Nada, pensé que querrías bailar con él – Samantha comenzó a reírse y no entiendo bien por qué - ¿Qué?

- Estás celoso – dice sin poder parar de reírse

- No, no estoy celoso – digo en un tono no muy alto para que nadie nos escuche

- Óscar es solo un chico con el que tuve un lío hace años, ahora somos amigos – me explica y comienza a bailar delante de mi

- No tienes por qué explicarme nada, Samantha, no estoy celoso – digo e intento seguir su ritmo con el baile

- Te pones muy mono cuando intentas disimular que estás celoso, pero recuerda, es una norma – dice riéndose

- Ya lo sé y por eso no lo estoy, lista – ella suelta una carcajada y deja de bailar

- Vale, si tú dices eso – se ríe y se acerca a mí para darme un beso en el cachete de mi cara – ¿Algún día me vas a hablar de esa novia que dijo Mai? No me lo habías contado

- ¿Celosa? – le digo intentando devolverle lo mismo que ella hizo anteriormente. Sé que no lo está, yo tampoco lo estaba, pero es divertido ver su cara

- Ya quisieras – dice y se abraza a mí - ¿Te apetece que nos vayamos a casa? – paso mis brazos alrededor de ella y la miro

- ¿Ya? ¿No te lo estás pasando bien? – pregunto sorprendido de que quiera irse

- Sí, pero... no sé, estoy un poco cansada

- No pareces muy cansada – esto provoca una risa tonta en la chica por alguna razón que desconozco

- Joder, Flavio, ¿tengo que ser más directa? Bueno – veo como se acerca a mi oído – Quiero ir a casa para que podamos follar – se separa de mí y me mira con una sonrisa pícara - ¿eso lo deja más claro? – asiento como un idiota y es así como me siento. Mi noche acaba de mejorar.

Veo que Samantha va a avisar a Mai, desconozco que va a decirle, pero confío que una buena excusa. Me acerco a ellas para despedirme de Mai y escucho que ella va a dormir con Bruno esta noche y que no la esperemos despiertos. Me despido de ambos y de algunos invitados más, por ser educado, nada más y me voy.

Cuando llegamos a casa, Samantha no me deja tiempo a quitarme la chaqueta cuando está encima de mi boca. Un día me va a volver loco. Agarro su cara con mis dos manos y la beso pegándola a la pared. El beso es desesperado por parte de ambos, las manos de ella recorren mi cuerpo y va quitando prendas de ropa que sobran para ella. Yo voy haciendo lo mismo y la llevo a mi habitación sin dejar de besarla por el camino. Parecemos dos adolescentes desesperados, pero de cierta forma lo estamos. Mi cuerpo está llamando a gritos al suyo y no puedo hacerme cargo, algo se apodera de mí y lo único que puedo hacer es responder a ello.

Ambos caemos en la cama cansados. No he sido suave, no pretendía serlo, ella tampoco, eso hizo que mi cuerpo ahora sudado estuviese sin energías. Escucho su respiración aun agitada y me giro para quedar frente a ella, es preciosa y no puedo sentirme más afortunado de que ella esté conmigo en este momento, desnuda, en mi cama, mirándome con sus ojos azules. Nos quedamos un rato mirando y no sé cuánto tiempo ha pasado, pero podría admirarla siempre. El intercambio de mirada es interrumpido por su boca en mis labios, esta vez el beso es más dulce haciendo que ambos nos riamos cuando nos separamos. Sí, es una risa, no una sonrisa.

- Oye, pues tenías razón, tu cama es bastante practica – dice dando pequeños botes con su cuerpo – Ha aguantado bien

- Te lo dije, yo no miento

- ¿No? Entonces dime, ¿estabas celoso? ¿a que sí? – dice divertida

- Que no, Samantha, que no estaba celoso

- Un poquito sí que lo estabas – veo que está intentando aguantar la risa y me rio haciendo que ella también lo haga

- Voy a ducharme – le informo

- ¿A esta hora? Yo no puedo ni moverme

- Si, a estar hora – me levanto y mi pijama y ropa interior limpia y me dirijo al baño

- Entonces voy contigo, espérame – me rio al escucharla que venir detrás mía y ver que entra en el baño conmigo

- Samantha, yo solo voy a ducharme, que lo sepas

- Me parece bien, pero yo no – voy a responderle cuando noto sus labios sobre los míos.

La noche termina con la segunda vuelta en la ducha y con cada uno en su habitación, pero así es nuestra relación. Nos divertimos y ya está. No hay más.

NOTA DE AUTORA

Holi... oye, llevo tres días subiendo consecutivamente, no tendreís queja... también es un record y bueno, me apatecia subir porque ya que los tengo escrito pues... un poco de entretenimiento siempre viene bien.

Bueno, en este capitulo vemos como las amigas de Mai (y de Samantha) ven a Flavio como el niño que tienen que proteger, me gustaría saber que sensasión os da, en especial Clara y sus comentarios. Y bueno... ¿estaba o no estaba celoso? ¿era solo inseguridad? ¿qué pensais? 

Muchas gracias por la acogida de estar historia y por seguirla y esperarla... la escribo con mucha ilusión, así que gracias. Ya sabeis que cualquier feedback es bienvenido. 

Ps, no sé si alguien se fijó, pero uso mucho el girasol... ¿qué creeis que significa? porque tiene su significado, no está ahí por nada. 

DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora