⚡7. Llamame Denki⚡

7.9K 914 490
                                    

Tenía que reconocer que esos siete minutos se me habían hecho eternos, los chicos se veían emocionados por aquel acontecimiento y las chicas festejaban porque su plan habia salido a la perfección.

Mina y Tsuyu se me acercaron pero no dijeron nada, solo se colocaron a mi lado.

—¿Porque no quisiste cumplir el reto?— Mina parecía desesperada por saber.

Me encogi de hombros restandole importancia.

—No iba a besar a mi amigo.

—¿Que me dices de Kaminari? El no es tu amigo— Tsuyu me miraba con sus grandes ojos, abri y cerré la boca unas cuantas veces sin saber que responder.

¿Porque no lo había besado? 

No tuve necesidad de hablar ya que ambos chicos salieron de la habitación, Kaminari se veía algo incómodo y sonrojado mientras que Jiro salió algo cabizbaja, Momo y las demás la rodearon y me fue imposible dirigir mi vista a otro lado al ver que la chica de cabello azul solo negaba lentamente con su cabeza.

—Vamos a seguir jugando, el marcador se queda en cero de nuevo— Kirishima hablo y todos lo seguimos.

                            ⚡⚡⚡

Ya avanzada la noche algunos estábamos más ebrios que otros, las preguntas y los retos se volvieron más intensos, incluso Shinso estaba riendo con las mejillas teñidas de carmín a causa del alcohol. Todoroki había besado a Momo, Uraraka se confedo ante Deku y este salió corriendo, sin mencionar que apenas se le entendian las palabras,  con suerte no se acordarian de nada mañana.

El círculo se redujo de manera notoria ahora solo estábamos Kirishima, Mina, Tsuyu, Kaminari, Bakugo, Sero y yo, jugábamos y reíamos hasta que la botella girada por Sero se detuvo conmigo.

—Verdad o reto— dijo arrastrando las palabras.

—Verdad— dije soltando una risita.

Pareció pensarlo mucho y todos estábamos atentos en lo que su mente podía maquinar algo coherente para preguntar.

—¿Porque no te gustan las pelis románticas?— dijo después de mucho y yo hice una rara mueca al escuchar su pregunta. —Si, la ves del cine dijiste que eso no iba contigo.

Ahhhh, esa vez.

—¡Shot!— dije agarrando la botella pero esta ya estaba vacía. —Ups, ya no hay— dije entre risas girando la botella para que mis amigos vieran que no había líquido dentro.

Bakugo me tomó por las mejillas y giró mi rostro hacia el.

—Entonces tienes que contestar niñata.

Volví a reír negando suavemente, comenzaron a insistir para que les contara, pero entre más insistían sentía como el nudo comenzaba a formarse en mi garganta. Entonces Tsuyu adelantó para ponerle fin.

—No le gustan porque le recuerdan a sus padres, y bueno es de esperarse que no tuvieran un final feliz, fue un tanto largo y caótico, tanto que ______ dejo de creer en el amor— hablo bajo para asegurarse que nadie más fuera nuestro círculo escucharán.

Habían tocado una fibra sensible, la sensación del llanto amenazaba cada vez con más fuerza.

—Y aunque ya pasó mucho tiempo es un tema algo complicado para ella, que no les extrañe que no hable de su familia o cosas por el estilo— Mina me  miró y me sonrió de manera cálida pero el malestar del momento me impidió ver su buena acción.

Me levanté de golpe, cosa que no fue buena idea ya que toda la habitación comenzó a darme vueltas y me sujete del sillón con fuerza para evitar caer.

—No hablen como si yo no estuviera aquí— vi a cada uno antes de darme media vuelta e irme, estaba dolida.

Camine unos cuantos pasos tratando de mantener el equilibrio con la ayuda de las cosas firmes que pudiera servirme para apoyarme y no caer, fui a mi habitación, ellas entendían que debía estar sola, mañana todo estaría bien. Estaba a punto de tropezar pero unos brazos me atraparon en el vuelo evitando estrellarme contra el suelo.

—Vaya que tienes la costumbre de estamparte siempre en mi pecho— Kaminari sonrío de forma juguetona y me sostuvo por mis brazos haciéndola de bastón humano.

—Tu eres el que siempre está en mi camino— dije con la voz comenzando a quebrarse. —No es necesario que me cuides, yo puedo sola. Puedes caerte también.

Pero no se movió de mi lado sino que me guió hasta el elevador.

—Estoy menos ebrio que tu, así que déjame llevarte a tu habitación— sus ojos amarillos me miraban fijamente y uno de sus pulgares viajó hasta mi mejilla para atrapar una lágrima solitaria que bajaba por esta.

Hicimos el viaje en elevador en completo silencio, y gran parte del trayecto a mi habitación, no supe en que momento había comenzado a llorar pero Kaminari jamás dijo nada, solo se dedicaba a sostenerme para no caer. La presión que sentía en el pecho era horrible aumentando lo sensible que podía llegar a ponerme el alcohol, habían sido demasiadas emociones para un solo día, y me alegraba el tener a Kaminari conmigo, sentir su calor junto a mi era tranquilizador.

—Gracias por cuidarme y por traerme hasta mi puerta— dije sorbiendome los mocos. Genial que linda me debo ver en estos momentos.

¿Porque me importa algo como esto justo ahora? ¿Que está pasando conmigo?

—No tienes nada que agradecer— su sonrisa me cautivaba.

Se dio la media vuelta para irse pero lo detuve por la tela de su camiseta, si giró extrañado al verme pero no se apartó.

—¿Puedes quedarte un rato?— mi voz apenas salía en un susurro y sentía el calor recorrer mi cara.

En cuanto escucho mi pregunta Kaminari sonrio, pero era una sonrisa totalmente diferente, jamás la había visto a pesar de compartir bastante tiempo juntos como compañeros de mesa en clase. Tomo mi mano y ambos entramos en mi habitación. En cuanto entramos ninguno de los dos separo nuestras manos, no sabía que sentimiento era el que me invadía el pecho, pero era algo cálido y se sentía muy bien.

Repentinamente Kaminari me atrajo hacia el envolviendo mi cuerpo con sus brazos en un cálido abrazo, el que fuera tan repentino me tomo por sorpresa, pero no dude en corresponderlo, mi nariz se llenó de su perfume y me permiti embriagarme de nuevo. Coloco su barbilla sobre mi cabeza. El recuerdo de la primera vez que estuvo en mi habitación apareció en mi mente, el ambiente tan lleno de tensión y ahora lo estoy abrazando.

—Pensé que me odiabas— dijo con una risa.

—No te odio, es solo que no se como me haces sentir— admití, con el alcohol decirlo era fácil, las palabras fluían solas, la vergüenza no tenía lugar en ese momento.

—Entonces nos encontramos en la misma situación, tigre— en su voz no había ninguna pizca de burla, su voz era tersa y llena de ternura.

Kaminari deshizo su abrazo, sus manos se deslizaron hasta mis hombros y los sujetaba de manera firme pero a la vez suave; sus preciosos ojos amarillos atrapaban los míos, la sensación cálida que sentia hace unos momentos se convirtió en todo un remolino en mi interior. Kaminari inclinó su cabeza hacia mi y acuno mi rostro con sus manos.

—Kaminari...—Su rostro estaba cada vez más cerca del mío.

—Llamame Denki.

Sus labios se posaron los míos, inmóviles, mis manos viajaron al cuello de su camiseta y ambos poco a poco comenzamos a ceder, al principio éramos torpes, pero después encajamos a la perfección. Aquel beso terminó justo como había empezado.

El me sonreía y trazaba pequeños círculos con su pulgar en mi mejilla y yo me dejé mimar cerrando mis ojos disfrutando de aquella sensación.


El Miedo De Escogerte (Denki Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora