⚡17. Cita de invierno⚡

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Estire mis brazos sobre mi cabeza sintiendo mis músculos tensarse para luego relajarse haciéndome suspirar ante aquella maravillosa sensación, el lápiz rodó de mi mano hasta mi mesa para después ir a parar al suelo. Después de un largo día de exámenes por fin saboreaba la libertad, la vacaciones oficialmente comenzaban y una sonrisa de felicidad se instaló en mi rostro. Incluso el clima parecía favorable sin tanto frío que calara mis huesos.

—Hey, ¿listo para unas merecidas vacaciones?— pregunte apenas me acerqué a Shinso.

El asintió con desgana desparramadose sobre su asiento.  Aquella presión invisible de mis hombros de evaporó casi al instante despejando mi mente y en todas las cosas relajantes que haría en estos días, maratones de películas acurrucada en mi cama, llenarme de golosinas y hundirme en mi Soledad, aquel pensamiento me hizo torcer la sonrisa en un mohin ya que pasaría la navidad sola por primera vez, para bien o para mal siempre era bien recibida con mis amigas sin embargo tarde o temprano tenía que enfrentarme a esa realidad. La felicidad que había sentido hace unos instantes se esfumó como si de un interruptor se tratara.

Apenas al poner un pie fuera del aula unos brazos familiares rodearon mi abdomen y su risa burlona sonó en mi oído, sonreí ante mi prisionero y obligue al mal humor encerrarse en una caja en el fondo de mi mente y así disfrutar del maravilloso día que tenía preparado con Kaminari, en cuanto me giré hacia el acuno mi rostro con su manos y depósito un beso suave en mis labios, apenas siendo un roce entre ellos antes de dedicarme una sonrisa.

—¿Estas lista para nuestra cita de hoy?— preguntó pasando su brazo por mis hombros.

—¿Ahora?— pregunté incrédula y el asintió. —!Santo cielo Denki! Pudiste decirme con tiempo para estar decente— dije recriminandolo mientras revolvía mi mochila en busca de una pequeña bolsa. —Tienes suerte que tenga algo de maquillaje conmigo, bruto.

Una pequeña risa brotó de su garganta lo que me hizo bufar más. Mi aspecto no era el mejor de todos ya que consistía en unos vaqueros de mezclilla, unas deportivas blancas y un cárdigan blanco holgado para mi comodidad, aunque de  cierta manera me veía presentable me hubiera gustado poder arreglarme un poco al ser el último día que lo vería. Para antes de salir del edificio ya había maquillado un poco mi cara y arreglado un poco mi cabello, en la entrada nos encontramos con Sero y Kirishima quienes se veían sonrientes con su conversación, Kaminari me arrastró junto a ellos y sin previo aviso me quitó la mochila del hombro para que los chicos se llevaran ambas al edificio y no fueran un estorbo.

—Quiero pasar la mayor parte del tiempo que sea posible contigo— dijo tomando mi mano.

Desvíe mi mirada hacia nuestras manos entrelazadas para después mirarlo con ternura y dejar que la euforia tomara poco a poco posición de mis sentidos.

—Lo dices como si algo malo fuera a ocurrir y ya nunca más volviéramos a vernos.

—Nada malo puede pasarte estando conmigo— su voz se llenó de determinación inflando su pecho de orgullo ante sus palabras.

No me fue difícil sentir como las famosas mariposas revoloteavan dentro de mi estómago haciéndome cosquillas a su paso. El cielo nublado sobre la cabeza rubia de Kaminari hacía un gran contraste haciéndolo lucir el protagonista de alguna historia, sus ojos amarillos siempre conservaban si brilló juguetón cuando los paseaba por todos lados de manera perezosa, lo hacía lucir más atractivo de lo que ya era, mientras no abriera la boca.

Al cabo de un rato llegamos a un parque donde al parecer había una especie de feria, los niños corrían jugando a la pelota y otros tantos iban de la mano de sus padres maravillados por los colores intensos de los juegos o de los dulces aromas que impregnaban el aire. Las farolas estaban encendidas iluminando los caminos de adoquines permitiendo una mejor visión entre el cielo nublado y la presencia de la noche que llegaría en cualquier momento, incluso lámparas colgaban entre las farolas formando luminosas guirnaldas que se extendían por todo el perímetro de aquel parque, creando una sensación de alguna Aldea de Hadas en medio de tantos árboles.

El Miedo De Escogerte (Denki Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora