⚡26. Confrontaciones⚡

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—¡Ese idiota me va a conocer!— chilló Mina dando grandes zancadas hacia la puerta.

—No estas siendo racional, Mina— dijo Tsuyu a la vez que me quitaba una barra de chocolate de la mano. —Y tu, deja de comer tantos dulces que te dará coma diabético y no pienso cuidarte en el hospital.

Mina volvió sobre sus pasos y se volvió a acomodar sobre la cama atrayendome hacia ella para abrazarme y peinar con sus dedos mi cabello. Tsuyu, quien estaba sentada frente a nosotras había confiscado todos los dulces y comida chatarra que pudiera tener en mi habitación en su idea de desintoxicarme de toda azúcar. No tardaron mucho en descifrar todo el asunto que había pasado entre Kaminari y yo, y cuando me interrogaron no pude reprimir mis lágrimas ganandome abrazos de consolación por parte de ellas.

—Pero si es un idiota— dije dándole la razón a Mina.

Tsuyu se acercó hasta el borde de la cama y haciéndome una seña para acercarme a ella, recelosa me separé de Mina e incliné mi cuerpo hacia adelante cortando un poco la distancia que había entre Tsuyu y yo, ella no tardó en colocar sus manos en mis hombros sujetnadolos firmemente, mirándome a los ojos. En ese momento tenía miedo de parpadear.

—Llegará alguien a tu vida que te enamorará tan profundamente que en un parpadeo le dirás que lo quieres. Si, estás triste por tu primer amor, es entendible y estas en todo tu derecho de llorar, patalear y comer cuanto quieras, pero que no se te olvide quien eres, antes de el eras una reina y después de él dominarás el mundo si así lo quieres. Un hombre jamás debe de destruirte, tu tiempo de llorar termino así que por favor vuelve a brillar que me empieza a molestar tu autocompasión.

Sonreí ante las palabras de Tsuyu.

—Tienes razón, basta de tristezas.

—¡Eh! ¿Que tal si buscas al chico de las flores? Tengo tanta curiosidad por saber quién es— comentó Mina con un suspiro.

—No lo sé Mina, no creo que sea buena idea— respondí volviendo a tomar mi antiguo lugar en la cama.

—Seria una buena distracción— aporto Tsuyu.

—Tal vez tengan razón.

—Nosotras siempre tenemos razon— dijeron ambas al unísono.

El tiempo parecía viajar en un caracol, las horas se pasaban lentas entre mis dedos y de pronto todas esas canciones sobre desamor tuvieron sentido, me permiti burlarme de mi una cuantas veces al relacionar los últimos acontecimientos con una típica película de romance salvo que yo no tendría un final feliz con mi primer amor. Kaminari un intentaba entablar conversación conmigo y yo trataba de evitarlo, el dolor cada vez que intentaba acercarse a mi era horrible y el sentimiento de rechazo también florecía de mi pecho.

—Oi estupida— la sonora voz de Bakugo retumbó en mi oído volviendome a mi realidad. Me giré para encararlo con el ceño fruncido. —Vayamos a comer algo, ya es hora.

—¡______! Tsuyu nos compró de esos postres que tanto nos gustan, ¿no es la mejor?— Mina entro como un torbellino hasta sentarse frente a mi. Observo a Bakugo unos momentos y este se encogió de hombros antes de que ambos volvieran la vista hacia mi. —¿Que te parece si salimos hoy? Solo las tres, como antes.

Me lleve una mano al mentón de manera pensativa, sonaba una buena idea pero no tenía ánimo para salir a pasear ni para aguantar el parloteo de Mina.

—Gracias pero yo paso— dije poniéndome de pie para huir cuanto antes de ahí.

—Eres una jodida molestia, liebling— gritó burlón Bakugo a mi espalda.

El Miedo De Escogerte (Denki Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora