Capítulo 10

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12 de Febrero; Tokio.

-Quiero que respires Sasuke, inhala profundamente, por favor – lo hizo, mientras sentía que terminaban de atarle el kimono.- Listo, estás quedando precioso.

-Gracias. –sonrió mientras veía su reflejo, había bajado tres kilos desde Diciembre y su estilista había llegado hace unas horas maquillándolo tal y como le había dicho. Sakura se había encargado del peinado.

-¿Estás nervioso? –preguntó la pelirosa.

-Sakura, me voy a casar en menos de dos horas, no he visto a mi prometido en todo un mes, cualquiera que entre aquí puede palpar mi nerviosismo.

-Pensé que se verían ayer -dijo.

-Yo también lo pensaba, pero jamás llamó para avisarme cuando llegaba su vuelo.

-Uhm, ¿y su familia viene?

-No, al parecer están teniendo problemas de dinero.

-Que interesante, ¿eh? ¿No te parece interesante?

-Sakura, por favor no empieces otra vez.

-Es que no es normal Sasuke ¡Compréndeme! No sabes nada de su familia, ni de él, me preocupas.

-No tienes por qué preocuparte, ¿está bien? Te lo estás tomando peor que Itachi.

-Pero entiende que Itachi no es yo, yo tengo ese "sexto sentido" que me da malos presentimientos, y en este momento tengo un mal presentimiento.

-Nada malo va a pas... -fue interrumpido por unos toques en la puerta, la voz detrás de ella se escuchaba temblorosa.

-¿S-Sasuke? –Pronunció con voz baja- Soy Menma, ¿puedo hablarte un segundo?

Naruto había llegado ayer a media tarde, Tokio no era muy diferente a como se veía en las películas, pero aun así era sorprendente. Se encontraba despierto desde la seis, casi estaba seguro que se encontraba más nervioso que el propio Sasuke ¿Por qué había aceptado hacer esta tontería? Sentía que lo iba a echar todo a perder. Su única opción era ver a Sasuke en estos momentos, tal vez conocerlo le daría el valor necesario.

-¿Menma? Mi amor no puedes verme ahora, ya estoy casi listo y bueno ya sabes... es de mala suerte.

Naruto rodó los ojos, qué tontería, como si su matrimonio necesitara suerte. Estaban predestinados a divorciarse al año, claro que Sasuke no lo sabía.

-Mi amor –murmuró las palabras con la garganta seca, la última vez que las pronunció había salido lastimado.– de verdad necesito verte.

Escuchó unos murmullos dentro de la habitación y después la voz de su...futuro esposo.

-Cierra los ojos.

-Eso no tiene sentido Sasuke, te estoy pidiendo que me dejes verte.

-Por favor, por mí –escuchó y aún contra su voluntad lo hizo.

-Listo.

-¿Sin hacer trampa?

Naruto río –Sin hacer trampa, te lo juro.

Sasuke abrió la puerta y quedó con la boca abierta, Menma traía su kimono negro puesto ya, se veía guapísimo, pero eso no fue lo que lo dejó mudo; él había cambiado completamente, su cabello era rubio y se encontraba parado arriba de su frente en lugar de caído, ¿y él siempre había sido tan alto? Recordaba llegarle a la frente, ahora parecía que apenas alcanzaba su nariz.

Olía diferente también, su perfume siempre le había encantado... pero este... este lo hechizaba. Sus labios estaban muy cerca de los de él, pero no lo besó.

Este no era su Menma.

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¿Qué tal les pareció el capítulo? 

Muchas gracias por leer 

Hasta el próximo capítulo 

EL FARSANTE -NARUSASU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora