EL FARSANTE -NARUSASU-

Capítulo 14

Sasuke tenía los ojos cerrados, apretados fuertemente, tal cual un niño asustado por los monstruos en su armario.

-¿Me tienes miedo? –preguntó Naruto parando la ruta de sus manos.

Él negó con la cabeza, pero no abrió los ojos.

Naruto sonrió.

-¿Estás seguro que quieres hacer esto? –volvió a preguntar. Tal vez le habían entrado dudas y miedos.

No necesitó más respuesta que los labios de Sasuke sobre los de suyos, dejó caer el abrigo de Sasuke delicadamente al suelo mientras él se terminaba de desatar el obi, haciéndolo deslizarse por sus caderas hasta quitarselo completamente para después lanzarlo a cualquier parte de la habitación.

Naruto lo posó en la cama y se dedicó a prácticamente arrancar su kimono, Sasuke por fin abrió los ojos ante la ausencia de las manos de su esposo en su piel y quedó paralizado por un momento al verlo frente a él.

Parecía una escultura. Caderas estrechas, largas y musculosas piernas, al igual que sus brazos, Su abdomen marcado, y con un vello que recorría su pecho y su cintura hasta llegar al símbolo de su masculinidad. Tenía tatuajes por doquier, él no sabía cuándo ni cómo habían aparecido, pero lucían perfectos en él.

Se acercó a Sasuke rápidamente, inclinando su peso en su brazo derecho y empezó a besarlo mientras desabrochaba su kimono y acariciaba gentilmente sus caderas al momento en que Sasuke empezaba a gemir quedamente. Subió rápidamente el nivel de sus besos, llevándolos a ser pasionales y desesperados.

Necesitaba estar ya dentro de él.

Quito su kimono junto con sus boxers, se puso rápidamente un condón, se acomodó encima y sin apenas darse la oportunidad de prepararlo adecuadamente y mucho menos la oportunidad a Sasuke para respirar, empujó hacía dentro, quedándose quieto al instante.

Sasuke pasó del placer al dolor en un segundo y gritó mientras se hundía instintivamente en la cama en un intento de suavizar el impacto.

Naruto no se movió y maldijo en silencio.

El pequeño flashback que le cruzó por la mente fue rápido pero perturbador, Él, Hinata, hace dos años atrás... todo parecía tan idéntico.

Pero Sasuke no era Hinata y él no era el Naruto de hace cinco años.

Pasaron varios segundos antes de que él pudiera hablar.

-¿Por qué no me lo has dicho? - le preguntó mientras se apoyaba en los codos.

-Sí lo hice –otra maldición escapó de los labios del rubio, se lo había dicho a Menma no a él, pero no podía poner esa excusa, ahora él era Menma.

-Lo siento mucho –Sasuke parecía dolorido e increíblemente frágil, debió haber ido con más cuidado.- Creo que deberíamos parar...

-No –protestó él- Estoy bien, solo ve un poco más despacio.

Él empezó a besarlo de nuevo pero ahora delicadamente, saboreando su boca, acariciando su cuerpo, Sasuke hizo lo mismo, se abrazaban y besaban, sentían que sus cuerpos eran uno solo, pasaban de estar uno encima de otro por toda la cama, no había prisa, solo quería sentir a Sasuke entre sus brazos y besarlo. Después de un tiempo él lo empezó a preparar de forma adecuada con lubricante y con sus dedos para que el dolor desapareciera, una vez que Sasuke estaba lo suficientemente lubricado Naruto lo acomodó de tal forma que él estuviera cómodo y lentamente lo penetró.

Naruto notó que él apretaba los músculos a su alrededor y se salió un poco; luego, lo oyó tragar saliva cuando empujó otro poco, lentamente, y él empezó a seguir su ritmo.

Poco después, hizo que le rodeara la cintura con las piernas y siguió moviéndose hasta que lo hicieron al unísono. Cuando vio que él lo veía sin ninguna muestra de dolor empezó a intensificar sus embestidas, Sasuke gritó su nombre junto con un orgasmo y él segundos después se le unió, gruñendo escandalosamente y abrazándolo mientras trataba de salir de él.

-Quédate conmigo –le pidió mientras caía poco a poco en los tentáculos del sueño.

-¿Te lastime mucho? -Sasuke negó ligeramente con la cabeza; entretanto Naruto lo posaba sobre él, aún entrelazados y más juntos de lo que habían estado durante todo ese día.

Lentamente fueron quedándose dormidos, escuchando sólo el latido de sus corazones...

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Hasta el próximo capítulo