13 de Noviembre.
Sintió su cabeza inclinarse y sonreír con alivio al escuchar el lloriqueo del segundo bebé junto con el gran gruñido de Sasuke destrozando su mano por el nerviosismo. Volteo a la par con el doctor para observar el reloj en la blanca pared del hospital.
01:09 a.m. Exactamente 13 minutos después de que el primer gemelo naciera.
Escucha a Sasuke soltar un suspiro profundo y lo mira, tiene una pequeña y cansada sonrisa y el sudor le recorre la frente, sus ojos quieren cerrarse por el agotamiento pero en ellos brilla un orgullo infinito hacia sus bebés.
Sigue y estudia cada movimiento que hace el doctor con el pequeñín, cómo evalúa su cabeza, su tronco, sus pies y sus hermosas y rosadas manitas. Después revisa sus oídos, nariz, boca y paladar, asegurándose que todo esté en orden le brinda una cálida sonrisa al menor queriéndole indicar que su segundo bebé a nacido tan sano y salvo como el primero.
Poco después empiezan a verificar los latidos de su corazón pero el cuerpo de Sasuke se está debilitando, no ha dormido en horas y lo que realmente desea en ese momento es dormir, así que cierra sus ojos y se deja llevar por unos minutos. Despierta nuevamente cuando siente la dulce voz de la enfermera llamarlo y después la grave voz de Naruto pidiéndole que abra sus ojos.
-Abrace a su hijo, señor Namikaze –le murmura y Sasuke siente la presión de un pequeño cuerpo que no mide siquiera lo que mide su brazo. La enfermera lo entrega y una sensación indescriptible lo llena por dentro. Es la experiencia más hermosa que había tenido jamás.
Ese niño, su bebé, su hijo encajaba con perfección y se acoplaba a sus brazos tal y como si éstos estuviesen hechos solo para sostenerlo entre ellos y compartir así el calor corporal.
-Hola bebé –susurro mientras lo arrullaba con suavidad.
La calma que irradiaba el pequeño ser frente a él era exactamente la misma que le provocaba ver a su hermanito que era cargado por Naruto. Sasuke observó a Naruto, perdido en las facciones de su bebé, tan concentrado en cargarlo, en adorarlo con los ojos, musitándole algunas palabras que le eran imposibles de escuchar pero que sabía estaban llenas de cariño.
Cuando bajó su mirada y vio a su pequeño rubio durmiendo con una sonrisa adornándole los labios no pudo evitar levantar las cejas con sorpresa, era tan familiar lo que veía, pues era la misma cara que lo acompañaba toda las noches... cada uno de sus rasgos, tan hermosos como los de su papá.
-Es igual a ti –dijo a Naruto y éste inmediatamente lo examinó. Sasuke se veía tan tierno así, con sus mejillas sonrosadas y sus ojos grandes.
Trató de contener todas las sensaciones que lo embargaron cuando escuchó una leve queja de parte del bultito que cargaba en brazos, solo fue eso una 'queja' tal vez por la forma en que lo había posicionado, pero solo eso bastó para que sus ojos quisieran soltar lágrimas.
Era un sentimiento tan... nuevo. Tan precioso. Definitivamente podía acostumbrarse a sentirlo.
-¿Está bien? –preguntó Sasuke con preocupación al escuchar el quejido de su bebé.
-Todo está en orden –masculló mientras tomaba asiento a un lado de él y le mostraba el perfil de su hijo –Sólo estaba admirando esto.
Sasuke contempló con fascinación el rostro de su primer hijo, y casi pudo sentir como el nudo se le formaba en la mitad de la garganta.
-Es imposible... –pasó con cuidado un dedo evitando el área de su oreja que aún se encontraba sensible.
-Es tan posible como también que es un Namikaze.
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EL FARSANTE -NARUSASU-
FanfictionSasuke Uchiha y Menma Namikaze se enamoraron desde la primera vez que se vieron. Son felices, se aman y deciden casarse cinco meses después. En un día de San Valentín Pero algo cambia después de la boda; Menma es distante, grosero, parece odiarlo co...