Capítulo 60

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Naruto dobló en la esquina mientras se tallaba los ojos y la nariz, que desesperante. Casi le había dado un ataque al escuchar a Sasuke decirle que Hinata estaba por ahí en los alrededores, había pasado mitad del día mirando para todos lados intentando encontrarla y había aparecido justo cuando él estaba ocupado y cuando Sasuke estaba solo.

No cabía duda que a Hinata le podía falta un tornillo, pero no era tonta.

El que no cambiaba era Sasuke, podía ser lo que quisiera pero jamás dejaría esa terquedad que lo caracterizaba tanto. Suspiró hondamente, no quería que Sasuke cambiara, se había enamorado de Sasuke con todas sus locuras y su poco sentido de la noción y de lo correcto, lo había elegido a él en un momento en que no era correcto hacerlo, pero estaba feliz porque esa decisión es la que ahora los tenía ahí, esperando dos bebés en los cuales Sasuke debería pensar porque alguien como Hinata no dudaría en quitarlos de su camino.

Era demasiado difícil mantener todo en orden, después de un problema aparecía otro y otro y otro, ya estaba agotado.

Llega a la heladería, Sasuke no está ahí.

Suelta un gruñido bajo, le había dicho que no se moviera.

-Oye –llamó al hombre detrás del mostrador.- ¿Has visto a un hombre como de esta estatura –llevó su mano un poco lejos de él a la altura de su nariz, ahí es donde Sasuke llegaba- ojos negros, cabello negro? Tenía una camisa azul.

-Vino hace un buen rato, pidió unos helados y después se fue corriendo.

-Sí, eso ya lo sé. Me refería a hace unos momentos, se supone que debería estar aquí de nuevo.

-Oh –hizo una cara rara, como tratando de recordar algo.- no, señor. No recuerdo haberlo vuelto a ver.

Tiró de su cabeza para atrás, ¿qué tan difícil era seguir una indicación? Quédate ahí, no es como si fuera algo a la fuerza, hasta él le pidió que no se tardara.

-Disculpe señor –un niño le jaló el pantalón a Naruto, tenía unos ojos marrones grandes y no pasaba de los 8 años. A Naruto le pareció tierno- Yo vi a ese hombre.

-¿De verdad? –Se hincó hasta estar a la altura del pequeño.- ¿Viste hacía donde se fue?

Él jaló su paleta de helado bruscamente hacia la derecha, apuntando con sus cortos deditos.

-Por ahí –sonrió mostrando la falta de dos dientes frontales.- Iba con una mujer que comió mucho.

-¿Qué?

-Sí –asintió frenéticamente.- Tenía una panza así –con sus manos llenas de caramelo derretido hace la forma de un estómago gigante frente a él y Naruto logra comprenderlo.

Hinata se llevó a Sasuke.

-¿Seguro que se fueron en esa dirección? –velozmente está de vuelta en pie. Mierda, ni un minuto podía tardarse sin que Hinata hiciera algún movimiento.

-Seguro.

-Gracias, campeón –agita el castaño cabello del niñito y le regala una sonrisa.

Corre hacia donde los pegajosos dedos de aquel niño apuntaron, pero no logra ver nada. Carajo, ¿dónde están?

***

-¿Cómo vas con Naruto? –su voz es tranquila, como si supiera que Naruto nunca vendría a intervenir. Sasuke todavía tenía esperanza. No habían caminado mucho, Hinata era muy lenta, o tal vez solo había decido tomarse el camino con calma.

-Todo bien –susurró.

-¿Ya te pidió matrimonio? –el tono curioso resaltó demasiado.

-No.

EL FARSANTE -NARUSASU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora