Capítulo 78

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Naruto sonríe, acariciando los nudillos de su esposo poco antes de apretar sus manos brindándose calor.

-Son tan... –comienza Sakura.

-Bonitos –completa Itachi, meciendo a Boruto en sus brazos.- No me canso de verlos. Cada vez que vengo están más grandes.

-Se parecen a Naruto –musita lleno de admiración la peli-rosa, Rock Lee estaba detrás de ella, mirando atento a los gemelos que duermen con serenidad, perdido entre sus pensamientos.

Sasuke está casi seguro que se está imaginando a un bebé con los ojos verdes de Sakura y los cabellos negros de él.

-¿Se parecen? –Cuestiona Itachi en un tono irónico.- ¡Son idénticos! Es como si él renaciera en dos cuerpos. Lo único que tienen de Sasuke es la sangre y uno el color de cabello.

-No es así –contradice el menor- Boruto tiene los ojos de nuestro papá. Negros y brillantes, como una noche estrellada.

Itachi asiente un poco cohibido y observa a sus sobrinos que son el retrato de Naruto: uno con el cabello rubio y el otro negro, la nariz un poco chata, los labios rosados casi tanto como lo estaban sus mejillas, con sus pestañas. Menma con ojos azules y Boruto, tal como Sasuke lo había dicho, de un hermoso onix.

-Mamá siempre me contaba la historia de cómo se conocieron papá y ella y como a veces los ojos de Fugaku eran tan negros y brillantes, ella creía que usaba lentes de contacto, pero después de un tiempo se dio cuenta que así eran sus ojos. Papá siempre creyó que en algún momento se quedaría ciego, pero todos los doctores le dijeron que era completamente normal. Estoy seguro que Boruto no tendrá problemas.

-Será un galán -bromeó Naruto- conquistará a todos con esos ojazos.

Sasuke sonrió recordando como siempre que se lo pedía, su madre lo abrazaba y le contaba una y otra vez cómo había conocido a su papá en una noche hermosamente estrellada... cuando su coche se había descompuesto y su padre se había ofrecido a llevarla. Decía que sus ojos combinaban con las estrellas y que eso la hipnotizó.

Sasuke casi había gritado cuando su pequeño Boruto había abierto los ojos mostrándole que poseía los mismos ojos de su abuelo.

-Es extraño que los bebés hayan tenido los ojos de diferente color, ¿verdad?

-La mayoría de mi familia tienen los ojos claros –murmuró Naruto.- Pero la mayoría de los Uchiha los tiene oscuros, así que supongo que es normal.

Se encogió de hombros y jaló el cuerpo de su esposo para mantenerlo más cerca, el frío cada vez era más fuerte y según los pronósticos del tiempo en pocos días comenzaría a nevar.

Menma se retuerce un poco entre los brazos de Sakura y empieza a llorar con fuerza, la peli-rosa casi inmediatamente alza los brazos hacía Naruto entregándole al bebé con miedo.

-No hiciste nada malo Sakura –dice y agarra al bebé con dulzura.- Yo también me culpé la primera vez que lloró en mis brazos, pero así son los bebés y así es su forma de comunicarse por ahora, debe de tener frío o hambre.

Lo abraza un poco y le acaricia el poco cabello con calma.

-Shh shh –lo tranquiliza.- cálmate campeón, papi Sasuke ya viene. No tienes por qué llorar, vas a despertar a tu hermanito.

Menma empieza a calmarse un poco y con su frágil mano envuelve el pulgar de su papá. Los ojos de Sasuke brillan con orgullo cuando se acerca, así ha ocurrido desde que salieron del hospital. Naruto tiene la magia para hacer que sus hijos se calmen, es una conexión que va más allá de su entendimiento. Y sabe dentro de sí que eso nació desde que sus bebés pateaban con entusiasmo cuando lo escuchaban.

EL FARSANTE -NARUSASU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora