EL FARSANTE -NARUSASU-

Capítulo Final

Naruto se acerca por detrás, tomando a Sasuke completamente desprevenido, lo abraza con fuerza, rozando su nuca con la nariz. Aspirando ese perfume que lo vuelve loco. Ríe justo detrás de su oído haciendo que la piel de él se ponga como de gallina.

–Te amo tanto Sasuke -acariciando su cintura se dedica a darle besos en la clavícula, para pasar a su cuello y poco después a sus mejillas.

El menor se inclina un poco, concentrándose en todas las sensaciones que los labios de Naruto provocan en su piel.

–Te amo –murmura de vuelta. Colgándose de su cuello, lo jala hacia él, animándolo a que se siente a su lado y admire la hermosa calle que está cubierta por una fina capa de nieve blanca que la llena de emoción y de paz.

-¿En qué piensas? –preguntó el rubio. Su esposo era incapaz de alejar su mirada de la ventana.

-Justo hace un año; el 27 de Diciembre tu hermano me pidió que me casara con él.

-¿Y lo estás recordando? –su mandíbula se tensó.

-Solo estoy... impresionado –jadeó- un año parece tan poco y sin embargo toda nuestra historia sucedió en menos de 12 meses, y fue tan hermosa, trágica, diferente... rápida, pero parece que será infinita. Eso me gusta.

-Quiero que sea infinita. Me asusta saber que nada es infinito –susurró él.

-Podemos empezar con esa frase tan común: "Hasta que la muerte nos separe".

-Y si los muertos aman... después de muertos amarnos más. –completó Naruto, ahora también perdido en los árboles que carecían de hojas.

-Es maravilloso como tu mente puede crear frases tan hermosas sin esforzarte siquiera un poco.

-Es fácil cuando te tengo frente a mí –admitió.

Sasuke sintió como el rubor le recorría todas las mejillas.

-También pensaba en Menma, hace unos instantes –prosiguió el rubio- por la mañana para ser exactos.

-¿De verdad? –abrió los ojos con exageración hacia su esposo.

-Estaba recordando el día en aquel parque, en cómo hablábamos de tener un hijo y que resultamos teniendo dos.

-Fue un día difícil de olvidar –masculló sonrojándose aún más, recordando su ataque de histeria y cómo había estrellado la guitarra de él en mil pedazos.

-También pensaba en que dijiste que deseabas que tu hijo se llamara Menma, pues creías que en ese entonces yo era Menma y querías que se llamara como yo...

Sasuke apretó su mano con cariño. Cuando Naruto movió su mano contra la de él sus anillos tintinearon.

-Solo estaba riéndome un poco. A mí no me gusto la idea en ese instante. Siendo sincero, la aborrecí. Es extraño que terminara por dar la idea de que mi propio hijo se llamara Menma.

-Siempre estaremos agradecidos hacia él, Naruto –murmuró enumerando varios motivos en su cabeza. Entre los principales se encontraba el hecho de que había salvado su vida y la de sus hijos.

-Aún me cuesta aceptarlo, sólo un poco.

-Es normal. No se olvida a una persona importante tan rápido.

Él sacudió su cabeza con brusquedad, entre negando y entre tratando de apartar los malos pensamientos.

-Mis padres vendrán en Año Nuevo –soltó, cambiando el tema- quieren conocer a Boruto y a Menma.

-¿Te estas reconciliando con ellos?

-Bah, para nada –agitó su mano- Quieren tratar de salvar los años que perdieron conmigo ahora que Menma se ha ido. Pero ya es demasiado tarde.