Capítulo 4

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Sasuke se frotó los ojos mientras despertaba. Ese sonido... ¿De dónde provenía?

¡Su celular! ¡Era su celular! ¿Dónde estaba?

Entonces lo localizó a unos metros sobre el escritorio lleno de papeles, vibrando y sonando con el aturdidor tono de llamada, corrió logrando poder contestar antes de que fuera quien fuera quien la estuviera llamando colgara.

-¿Hola? –pronunció aún soñoliento.

-¿Sasuke? ¿Eres tú? ¿Enserio estabas dormido?

Entonces fue cuando todo el peso de la pregunta lo aturdió. Había dormido. Toda la noche. Ahora que se ponía a pensar mejor... sentía los músculos relajados y la cara mucho más fresca (tan fresca como se puede estar cuando uno acababa de levantarse asustado a causa de un tono tronador)

Hizo una nota mental: Debía cambiar el tono de llamada.

-¿Sasuke, sigues ahí?

Entonces reconoció la voz: Sakura Haruno.

-Sí, sí, lo siento. Yo... supongo que los medicamentos por fin están haciendo efecto –mentía. Había tirado los medicamentos a la basura hace una semana.

-Me alegro. Ya estoy en Tokio, ¿Podríamos vernos para comer?

¿Comer?

Fue cuando revisó la hora.

2:00 p.m. ¿Cuántas horas había dormido?

Recordaba la noche anterior, llegando agotado desde la agencia de diseño de videojuegos, preparado mentalmente para otra noche de películas. Sentía los párpados pesados. Llegó a su mente su reflejo en el espejo: ojos hundidos, escondidos detrás de unas inmensas y oscuras ojeras, la piel blanca careciendo de su color rojizo, Sasuke jamás se había considerado guapo, lo que vio en el espejo lo hizo desesperarse aún más. Dos de sus amigas estaban casadas, algunos comprometidos... o al menos tenían una pareja sentimental ¿Cuándo alguien se iba a fijar en él?

Recorrió su habitación con la mente lejana, se recostó sobre el colchón después de ponerse el pijama y prendió el televisor... eso era lo último que recordaba.

Suponía que se había dormido antes que la película empezara.

-Eh... yo... -por dios, estaba hablando como tarado.- Sí, ¿en dónde nos vemos?

-En el centro, en una hora ¿te parece?

-Perfecto. Te veo ahí.

Sasuke volteó comprobando de nuevo la hora. Debía olvidar todo y pensar en lo feliz que se sentía ahora: Había descansado. Se iba a ver con su otra mejor amiga. Y su trabajo iba de lo mejor, tanto que hoy le habían dado el día libre.

Se preparó para darse una buena ducha y elegir su ropa para así poder llegar puntual. Ayer se había muerto de la pena cuando medio edificio lo vio llegar tarde. No quería que pensaran que por ser dueño él tenía derecho a llegar a la hora que le diera la gana, siempre había tratado de comportarse como cualquier trabajador y la conducta de ayer junto que no recibió ningún castigo probaban que él sí tenía privilegios, tal y como había dicho Itachi.

Entró a la regadera y dejó que el agua se llevara todo lo malo de la semana: el insomnio, la impuntualidad, su reflejo en el espejo, aquel taxista que le cobró más de lo que debería, y al sueño que él clasificaba mejor como pesadilla.

¿Por qué no podía dejar de pensar en aquella voz y en aquel sueño?

En las sensaciones que provocaba él en su piel, aunque bien sabía que "él" no existía.

Y eso, eso era lo que más le entristecía.

~°~

-¡Sakura! –gritó mientras abrazaba efusivamente a su amiga.

Sasuke había conocido a Sakura en la preparatoria y al instante se dieron cuenta que eran idénticos, poseían gustos iguales en música, artistas, ropa y hasta el deseo de estudiar la misma carrera. Sakura se convirtió en la hermana que nunca tuvo Sasuke. Él siempre había adorado a sus hermanos, pero ninguno era una chica.

-¡Sasuke! Te extrañaba tanto.

-¡Yo no fui el que se fue de viaje sin celular! –le reprochó.

-Ya te expliqué lo que pasó, no me hagas pagar por ello. Cambiando de tema... ¿Sabes? estaba pensando que después de aquí podríamos ir a un establecimiento que queda cerca de mi casa. Vas a morir cuando pruebes el café que sirven ahí, es el mejor de todo el planeta.

Sasuke asintió, el café nunca fue una de sus bebidas favoritas, en especial después de darse cuenta que podría ser un provocante de su insomnio, pero había dormido bien toda la noche y parte del día... una taza no haría daño.

-Me encantaría.

-¡Genial!

-Cuéntame ¿cómo estuvo tu viaje?

-Ni te imaginas... México tiene unas playas preciosas, debemos ir juntos alguna vez. Sé que no te gusta el mar, pero puedes quedarte por ahí conquistando hombres mientras yo nado en el océano.

-¿Yo conquistando hombres? Buen chiste, Sakura.

-¡Que bobo eres! Te acabo de invitar a México y lo único que sacas de la conversación es eso – la pelirosa negó con la cabeza, siempre le había molestado la inseguridad de Sasuke.

Después de terminar sus platillos, y pagar la cuenta se dirigieron al café del cuál Sakura había hablado.

-Luce acogedor para ser un restaurante.

-No es un restaurante, solo sirven café y bizcochos. Pero sí, es muy acogedor.

Sasuke se quedó analizando la estructura, si no fuera por el gran letrero que decía "Coffee Shop" podría pasar bien como una casa común pero bonita. Las paredes cubiertas de ladrillos y los ventanales grandes con plantas en ellos le recordaron a Sasuke el lugar donde pasaba su infancia: la casa de su abuelo. Sí, de verdad lucía muy hermoso el lugar.

Cuando entraron algo en el interior del pelinegro se estrujó... más bien fue como un jaloneo. 

Como si algo o alguien dentro de aquel lugar esperara por él...

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¿Qué tal les pareció el capítulo? 

Muchas gracias por leer 

Hasta el próximo capítulo 

EL FARSANTE -NARUSASU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora