Capítulo 17

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Hawaii; 5 horas antes del día de San Valentín.

Sasuke se congeló totalmente, la cabeza le daba vueltas, provocando un mareo horrible que no le ayudaba a pensar, sintió la mirada de su esposo sobre él, inspeccionando su expresión horrorizada.

Todo era idéntico, el lago... tan inmenso y transparente como lo recordaba, los árboles igual de altos y escalofriantes, la cabaña... con una chimenea en la parte superior... lo único diferente era el color del cielo, en su sueño todo era gris, frió, le hacía parecer que un tornado arrasaría con todo en cualquier instante; en cambio ahora estaba despejado, sin una nube ni ave que lo desequilibraba, y azul, un azul que daba la impresión de ser artificial.

Oyó en alguna parte que los cielos de Australia eran los más azules de todo el mundo, pero el que lo maravillaba arriba de su cabeza era un cielo hawaiano y era el más hermoso que había divisado en sus veinticinco años.

"-El amor existe Sasuke, recuérdalo siempre y cuando me veas... recuérdamelo a mí.

<< ¿Cómo te reconoceré, si no he visto tu rostro?>>

-Tu corazón te dirá que soy yo.

<<No puedo confiar en ti>>

Entonces él rió. Tenía una risa preciosa.

-No te estoy pidiendo que lo hagas."

La pequeña e intensa conversación que había compartido con el extraño embargó su mente, provocándole escalofríos, había pasado más de tres días dándole vueltas al asunto, pero desde que había conocido a Menma jamás le había vuelto a cruzar por la cabeza.

Era tan confuso todo.

"-El amor existe Donghae, recuérdalo siempre y cuando me veas... recuérdamelo a mí."

¿Eso quería decir entonces que Menma era el amor de su vida? ¿Qué debía recordarle que el amor existe?

Pero eso era absurdo, si Menma no creyera en el amor no se hubiera casado con él.

"Yo también necesito que alguien me salve."

¿Salvarlo de qué? ¿De su bipolaridad?

Volteó y se encontró con el rostro de él, aún esperaba que en algún momento sus lunares aparecieran, él los había visto y acariciado tantas veces... era imposible que se hubieran borrado.

-¿Te vas a quedar ahí todo el día? –preguntó sin dejar de verlo de la misma manera, traía el equipaje por un lado, pero seguía tomando posesivamente la cartera donde estaba la cadena.

-No –respondió él.-Vamos.

Dieron vuelta al lago y rápidamente el instinto de meter los pies al agua lo embargó, quitó su zapato y puso un pie sobre el agua, estaba mucho más fría de lo que se imaginaba, dio un salto apartándose.

-Aún es invierno, no lo olvides –murmuró Naruto.-Continua, apenas son las siete de la noche y ya está empezando a oscurecer.

Llegaron a la puerta de la cabaña y entraron dejando las maletas a lado de la puerta.

Sasuke se sorprendió, el interior era un espacio grandísimo y muy bien decorado, no recordaba cómo era en su sueño, no había podido fijarse en los detalles porque estaba estático a causa de un desconocido.

"-Tu corazón te dirá que soy yo."

Me dirá que es él...

Cuando conoció a Menma lo único que había sentido era rabia, porque él había arruinado una de sus camisas favoritas y bueno el comportamiento que tenía ahora... tampoco era muy romántico que digamos.

Llevaban dos peleas, y ni siquiera 48 horas de casados. Al terminar la semana, temía él, tal vez estuvieran divorciándose.

Sasuke no creía en el divorcio. Sus padres se habían amado hasta el día de su muerte, y él quería un amor así.

-¿Menma? –lo llamó.

-¿Mmh? –se escuchó. Al parecer estaba en la cocina. Se dirigió ahí.

-Hey –lo encontró cortando fruta agresivamente, era una manera de desquitarse, pensó. Pero si seguía así terminaría por quedarse sin un dedo.

-¿Qué quieres? La habitación está arriba subiendo las escaleras hasta el fondo, hay un baño aquí abajo y otro arriba, aquí es la cocina, la alberca está por detrás, y la sala... bueno supongo que ya la viste, ¿no?

Sasuke frunció el ceño.

-No quiero que estemos peleados. Mañana es día de los enamorados.

-¿Y? –dijo, restándole importancia.

-¿Y? ¿Lo estás preguntando en serio? Va ser nuestro primer Valentín, casados, va a ser mi primer día de los enamorados siendo el esposo de Menma Namikaze, va a ser tu...

-Ya entendí, ya. –Se le estaba haciendo costumbre eso de interrumpirlo.- No tienes por qué darme un sermón, ¿Y que se supone que tenemos que hacer?

-No lo sé, eso debe de salir de tu imaginación.

-¿Eso es algo injusto sabes? Últimamente todo el tiempo te quejas de los que hago y de lo que no, que si no te cargo, que no te abro la puerta, y muchas cosas más. Eres muy injusto, no entiendo por qué yo debo partirme el cerebro cuando al parecer eres tu el romántico de la relación, el que solo piensa en corazones y mariposas.

-Eso no es cierto.

-¿Ves? En tu mente, tu siempre tienes la razón.

-Yo solo quería un día perfecto. Un 14 de febrero único y especial.

-Si quieres ver una relación perfecta, entonces compra una película. Mañana te llevo a rentar muchas si lo deseas, podemos pasar todo el 14 de febrero viendo relaciones perfectas, en lugares perfectos, mientras personas perfectas se enamoran perfectamente ¡Pero entiende de una vez que ni yo, ni tú, ni nadie en la vida real lo es!

-¡Te odio! –gritó él mientras la primera lágrima llena de dolor le bajaba por la mejilla, nunca le había dicho a nadie que lo odiaba, mucho menos pensó que la primera persona sería su esposo, aquel que amaba más que a su vida hace unas semanas, ahora era un extraño para él...

Naruto dejó el cuchillo de lado, tratando de arreglar la estupidez que había hecho, pero ya era demasiado tarde... Sasuke había salido corriendo por la puerta.

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Hola, ¿qué tal les pareció el capítulo? 

Muchas gracias por leer 

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EL FARSANTE -NARUSASU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora