Capítulo 31

2.2K 227 19
                                    

Todo su cuerpo se sentía pesado, como si tuviera agua en lugar de órganos en su interior, su cabeza era un infierno, dolía con cualquier movimiento que hacía, esto era peor que una resaca, ¿Qué diablos le habían puesto en su trago anoche?

Estúpido él por haberlo bebido. Aun recordaba sus propios pensamientos antes de la fiesta "Se cauteloso, Naruto" Y lo primero que hace es tomar una bebida de la chica que lo quiere conquistar, por así decirlo.

Bien hecho, Naruto eres un genio, se reprochó.

Su cuerpo estaba débil y sentía los tímpanos palpitar al compás del ardor dentro de su cerebro, esto era como tener fiebre pero multiplicada por cien. Estaba sudando. ¿Qué hora era?

¿En dónde estaba?... ¿Y con quién?

Se obligó a sí mismo a abrir los ojos, arrepintiéndose al instante por el brillo encandilador de la ventana y cerró los ojos lo más rápido posible, era de día... al menos eso estaba comprobado.

¿Seguía Hinata con él?

Oh no... Oh Cristo por favor que no haya pasado lo que él estaba pensando...

-¡Hinata! –gritó furioso, ganándose una buena tortura en las sienes. ¿La noche anterior le habían taladrado la cabeza? Eso podría tener mucho sentido tomando en cuenta todo el dolor.

Escuchó pasos pequeños acercándose y luego unos labios sobre los suyos, besándolo, con la pequeña fuerza que tuvo la apartó de encima de él.

-Has despertado –murmuró ella cariñosamente.

Total y absolutamente confirmado, Hinata era una psicópata. Tal vez el accidente lo había provocado... O tal vez era una loca de nacimiento.

-¿Qué me hiciste ayer?

-Nada que no quisieras, cariño. –Naruto bufó.

-No recuerdo haberte dicho "Hey Hinata, invítame a una fiesta de disfraces, cuando estemos ahí no olvides drogarme"

-¿Quién ha dicho que te he drogado?

-Bien entonces ¿Qué me has hecho? No encuentro otra puta razón por la cual ese liquido me hizo daño tan rápido, eso no tiene sentido, había tomado un traguito y ya estaba mareado.

-Bueno, ese era el plan –Naruto pudo sentir el peso de ella viajar al lado de él, sobre la cama.- Siendo sincera, no sé qué fue lo que puse en la bebida, yo pedí algo que te noqueara y bueno hicieron bien su trabajo...

-¿Fueron los del bar? ¿Ellos te dieron esa porquería? –los demandaría.

-No, Naruto. Yo tengo contactos por mi parte, me dieron lo que quería y yo después te lo puse en el alcohol.

-¿Ósea que ni idea tienes que me ha entrado al organismo? ¡Pudiste haberme matado! ¿Captas? Imagínate que es una droga a la que mi organismo no reacciona bien, o solo piensa si me hubieras dado más de lo debías... ¡Podría estar en este mismo instante convulsionándome por una sobredosis!

-Pero no fue así...

-Pero no fue así –repitió él, refunfuñando- Tuviste suerte. Y yo también la tuve –gimió al sentir una punzada en la cabeza.

-Te he traído una pastilla, para el dolor de cabeza.

-No planeo poner en mi boca ninguna cosa que tú me des.

-Es aceptarla, o seguir muriendo de dolor, tú decides. –sentenció.

Naruto estiró la mano sintiendo como ella le entregaba la pequeña pastilla y lo ayudaba a reclinarse un poco para poder tragarla.

-Tendrá efecto en unos minutos, aguanta.

El rubio espero mientras el dolor disminuía pausadamente, cuando despareció por completo abrió los ojos.

Estaba en su casa.

En su cama.

Desnudo.

Hinata solo tenía un albornoz.

-Te exijo que me digas que ha pasado. –musitó.

-¿No recuerdas absolutamente nada? –preguntó ella.

Él negó firmemente- Nada, estoy en blanco- una sonrisa maliciosa cursó los labios de Hinata.

Naruto se puso derecho y se sentó mirando a su alrededor, comprobando que nada faltara. La foto de Sasuke, ¿dónde estaba? La había dejado en el mueble a lado de él y ya no estaba ahí...

-¡Contéstame! –pidió desesperado mientras recorría una y otra vez su cuarto con mirada de halcón, no había rastro de la foto.

-Estuvimos juntos –dijo- Me hiciste el amor como nunca lo habías hecho.

-¿Drogado? Sí, es que nunca había probado la droga antes –murmuró él, sarcástico.

-No hagas bromas ahora, Naruto. Me refiero a que estuviste muy potente, me hiciste sentir... –él levantó la mano silenciándola, no quería escuchar las tonterías que ayer cometió.

-Abusaste de mí.

-No te oí quejarte en ningún momento.

-¡No podía! –Gruñó- No estaba en mis cincos sentidos, no recuerdo siquiera cómo llegamos aquí.

-En mi auto.

-¿Y cómo abriste?

-Me diste las llaves –respondió mientras encogía los hombros.

-Quiero que entiendas que yo no quise que nada de eso pasara Hinata, te aprovechaste, lo tenías todo calculado.

Tomó su ropa interior y salió de la habitación. Mientras se vestía sintió como Hinata estaba detrás de él.

-Tú también disfrutaste, Naruto. No solo fui yo...

-Yo nunca quise dormir contigo, Hinata. Deja ese tema por la paz, y mejor has como si nunca hubiera ocurrido, ¿de acuerdo? Toma tu ropa y sal de mi casa.

Ella puso los ojos en blanco y poco después salió con el mismo disfraz que vestía en el bar, se dirigió a la puerta.

-La foto de Sasuke -murmuró mientras se iba, Naruto la miró atento.- La quemé.

Después cerró la puerta escuchando como él la maldecía a gritos.

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Hola, ¿qué tal les pareció el capítulo? 🤔

Muchas gracias por leer 😊

Sigue -->

EL FARSANTE -NARUSASU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora