¶ Capítulo 2: Sorpresa.

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¶ Capítulo 2: Sorpresa.

Una jovencita de cabellos castaños se encontraba corriendo en busca de aquel hombre al que consideraba su hermano mayor, por lo que pudo darse cuenta, había dos opciones.

No tuvo misiones ese día.
O tuvo una misión sin su equipo.

Aunque debido a que no había señales de él por ningún lado, la segunda opción llevaba la delantera a ganar respecto a cual era cierta, hasta que de pronto lo vio, de una forma bastante embarazosa.

Frente a ella se encontraba Asuma Sarutobi, su tutor legalmente, su hermano, únicamente de nombre, quien le extendía un pequeño ramo de flores a la kunoichi de cabello negro ligeramente debajo de los hombros, Kurenai Yūhi, ambos se encontraban con un sonrojo bastante visible incluso desde la distancia en la que se encontraba la castaña.

-- Oh, hermano, son tan obvios que me da hasta vergüenza. --Pensó la castaña, llevando una mano a su rostro para cubrir unos momentos sus ojos, hasta que una mano se colocó sobre su hombro.

-- ¿Ya terminaste de entregar los pedidos en lugar de sentir pena por tu hermano, Yún? --Aquella voz un tanto mas grave que la de la mayoría de los chicos de su edad, sabía perfectamente de quien era. Retiró su mano de sus ojos para girar su rostro hasta su acompañante.

-- Si, Arata, el último era el de los Nara y vengo de entregarlo. --Su voz salió en un tono un tanto frío, no porque le desagradara la compañía de aquel muchacho, simplemente su forma de ser era así, pero a la hora de entrar al pequeño negocio de postres, había un cambio completo en ella, con las demás personas era fría, distante, a menos que se sintiera con la confianza suficiente para abrirse un poco más, ciertas personas lograban que se mostrara diferente a su faceta "odio al mundo", sus compañeros de equipo veían, casi siempre, más allá de su dura expresión, gracias a todo el tiempo que pasaban juntos. Pero había días en los que no se sentía de buen humor, como ese.
Lo único que escuchó de Arata fue un suspiro pesado.

Arata Kirishima, bastante alto para tener únicamente doce años, voz un tanto grave, cabello blanco con ciertos mechones de color azul, casi violeta, ojos azul marino con destellos negros, su compañero de equipo y un chico cuya seriedad casi igualaba la suya.

Él era alguien muy importante para la castaña, estaba agradecida tanto con él como con su madre, ambos le ayudaron bastante con su pequeño sueño.

Una voz suave la sacó de sus pensamientos, su vista regresó al frente, encontrándose con aquella mujer de ojos rojos, que ahora sostenía entre sus manos el ramo que anteriormente le había entregado Asuma, el cual estaba junto a ella, teniendo un cigarrillo entre sus labios, como de costumbre.

-- ¿Yún? Parece que hoy terminaste temprano con tus entregas, pequeña, ¿Te fue bien? --El tono que empleaba Kurenai para hablarle era tan dulce, casi maternal, que le fue inevitable esbozar una pequeña sonrisa, asintiendo con la cabeza antes de responder.

-- Así es, cuñada. --Reprimió una sonrisa al observar la reacción de ambos adultos ante la forma de llamarla, si antes estaban muy sonrojados, ahora parecía que iban a explotar o algo similar. Esos dos eran un caso perdido.-- Fue una tarde un tanto movida pero sin duda fue buena, las ventas han ido en aumento, nos va genial. --La emoción era palpable en la voz de la menor, a pesar de tener un semblante serio, su voz demostraba todo lo que sentía en ese momento.

-- E-es mejor que nos vayamos a casa, Kurenai vendrá a cenar con nosotros. --Comenzó a hablar su hermano después de un carraspeo, ganándose la mirada de ambas mujeres y del muchacho que se encontraba con la menor.

-- ¡Si! Quedé realmente encantada con tu comida, pequeña, tienes un talento enorme. --Después de las palabras de la azabache, la castaña se despidió de su compañero de equipo con un movimiento de cabeza, segundos antes de que comenzaran a caminar en dirección a casa del Sarutobi.

Ante los ojos de Yún, Kurenai de las kunoichis más fuertes que había conocido, ella junto con Tsunade, la legendaria sannin, eran sus modelos a seguir en el mundo ninja, las admiraba bastante y le encantaba la idea de que una mujer como ella tuviera el corazón de su hermano mayor. Con ella, su hermano tenía un cambio grande, pasaba de verse imponente, a parecer un adolescente, aunque bueno, ambos se comportaban de la misma manera.

A pesar de mostrarse incómoda ante la mayoría de interacciones que tenían esos dos, realmente le alegraba que su hermano se estuviera dando la oportunidad de conocer a una mujer, de enamorarse.

La felicidad que mostraba el Sarutobi cuando se trataba de Kurenai, no la cambiaría por nada del mundo. Si su hermano estaba bien así, ella también lo estaría.

~~

Mientras tanto, un fastidiado chico con peinado de piña caminaba en dirección a casa de su sensei, con un cupcake en sus manos, ¿La razón? Su señora madre lo había obligado a llevarle uno de esos panecillos como forma de agradecimiento por soportar su perezoso ser.

No tardó mucho en llegar, así que se dispuso a tocar el timbre.

Una.
Dos.
Tres.
Cuatro veces y nada.

-- Debe estar con Kurenai sensei.-- Pensó el azabache, dándose la vuelta con la intención de marcharse pero los vio ahí parados.

-- ¿Shikamaru?-- Kurenai le miraba con una sonrisa, Asuma con algo de confusión al desconocer el motivo de la presencia del menor en su casa, pero la sorpresa fue notoria en el rostro del joven Nara hasta que su vista cayó en la pequeña castaña junto al hombre.

Era la misma castañita que le había llevado el pedido de su madre hace tan sólo un par de horas, ¿Qué hacía ahí? ¿Cómo es que conocía a Asuma? ¿Acaso era familiar de Kurenai? Sin duda el Nara se sentía perdido.

-- ¿¡Qué haces aquí!? --Pensaron ambos con cierta combinación entre sorpresa y fastidio.

Like a cupcake [Shikamaru Nara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora