¶ Capítulo 20: Fin de la guerra.

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¶ Capítulo 20: Fin de la guerra.

Los grandes árboles donde todos estaban colgados comenzaron a caer, los capullos donde los tenían encerrados lentamente comenzaron a romperse, liberándolos.

El primero en reaccionar fue Shikamaru, girando hacia todos lados para tratar de orientarse, cuando su vista cayó en Yún, quien apenas tenía el rostro descubierto.

Rápidamente se acercó a ella para quitar los restos de aquello que los cubría, moviendo un poco su cuerpo para hacerla reaccionar.

La chica finalmente abrió los ojos, algo agitada, siendo rápidamente abrazada por el Nara.

-- ¿Qué.. Qué está pasando? --Habló con la voz algo cortada, una parte de ella deseaba haberse quedado en su sueño, pero la otra parte estaba tan feliz de tener a Shikamaru a su lado.

-- No lo sé, pero.. Parece que todo acabó. --Los ojos de la Annaisha se abrieron de más, apartándose ligeramente para observar a su alrededor.

Lo que decía el chico parecía ser cierto, un nudo se formó en la garganta de ambos al momento de verse, antes de unir sus labios en un suave beso.

Mientras todos los demás comenzaban a despertar, no se hicieron esperar los gritos de alegría y los abrazos.

La guerra por fin había terminado..

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Finalmente estaban en la aldea, reencontrarse con Yoshino había sido muy emotivo, casi se desmaya al ver que su familia, contando a la pequeña Yún, había regresado con vida.

Claro que no faltó el regaño cuando se enteró de que la chica casi muere por salvar a Shikaku y a Inoichi, pero luego le agradeció tantas veces que Shikamaru tuvo que sacar a la pobre chica de los brazos de su madre antes de que la asfixiara.

En ese momento se encontraban en el funeral de aquellos que habían caído durante la batalla.

Touka y Ken abrazaban a Arata, quien estaba frente a la tumba de Hiromi, el albino cubría sus labios con una mano para callar lo mejor posible sus sollozos.

Junto a ellos estaba Yún, mordiendo sus labios para retener el llanto, aunque algunas lágrimas rebeldes lograban caer por sus mejillas, Yoshino acariciaba su espalda mientras Shikaku y Shikamaru estaban detrás de ellas.

Del otro lado de la familia Kirishima se encontraba Neji, Hinata había querido acercarse a él, pero el le comentó que en ese momento prefería estar solo, parecía un robot, apenas se movía, y sus contestaciones sonaban tan vacías. Yún pudo notar eso, por lo que se disculpó con Yoshino antes de apartarse, acercándose al Hyuga.

Al momento en que la mirada de ambos se cruzó, Neji comenzó a llorar como si de un niño pequeño se tratase, Yún rápidamente lo abrazó, apoyándolo sobre su pecho.

-- M-mi hermano... Ya no está, Yún.. Se fue.. --Susurró el castaño, sus palabras causaron que la chica llevara su vista hacia el cielo, evitando a toda costa llorar, en ese momento debía ser fuerte, estaba siendo el apoyo de Neji.

No sabía cuánto tiempo podría resistir el llanto, por lo que sintió un gran alivio cuando Arata tocó su hombro apartándola con suavidad de Neji y siendo él quien lo abrazaba.

Dio una última mirada a la tumba de Hiromi antes de desaparecer de ahí, bajo la mirada de los Nara, quienes se vieron entre sí antes de que el menor de ellos asistiera con la cabeza, yéndose para buscar a la chica.

El Nara corrió por toda la aldea para buscar a la Annaisha, sin lograr encontrarla, hasta que una idea llegó a él.

Se dirigió al río donde ella se había ocultado cuando Shikamaru sostuvo a Yoshino para que no le diera un buen golpe por arriesgar su vida de nuevo.

De nuevo su instinto le había funcionado, ahí estaba ella, con un cigarrillo entre sus labios, la vista en el agua y sus lágrimas cayendo sin parar.

Se sentó junto a ella, sacando también un cigarrillo para comenzar a fumarlo.

-- ¿Qué haces aquí? --Cuestionó la chica, con la voz quebrada, sin despegar la vista del río.

-- Si crees que vengo a sermonearte, a decirte que todo estará bien y que no llores, estás muy equivocada. Estoy aquí para darte apoyo, eso es lo que necesitas ahora. --Respondió con calma el muchacho, tomando la mano derecha de la chica para entrelazar sus dedos.

Yún ya no dijo más, simplemente cerró los ojos al momento de terminar su cigarrillo, segundos después, los sollozos comenzaron a salir de sus labios, siendo rápidamente abrazada por su pareja.

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Los Nara entraron a su hogar junto con la Annaisha, siendo Yoshino quien caminaba a su lado, acariciando su cabello cariñosamente.

-- Ven, cariño, vamos a la cocina, voy a prepararte un té, ¿Si? --A pesar de que le estaba preguntando, no esperó a recibir una respuesta y se la llevó en dirección a la cocina.

En cuanto padre e hijo se quedaron solos, Shikamaru bajó la cabeza soltando un suspiro profundo. 

-- Creo que ver a su compañero sacrificarse de esa manera es peor de lo que pensé. --Habló Shikaku, cruzado de brazos, mientras veía por donde se habían ido ambas mujeres.

-- No es sólo eso, padre. --Respondió, ganándose una mirada confundida de parte de su padre.-- Luchamos contra Asuma y contra sus padres.. --El mayor de los Nara abrió los ojos de más, claramente se había perdido esos detalles.

-- ¿Vieron a Kiara y a Yarado? --Cuestionó Shikaku, asombrado, se esperaba lo de Asuma, puesto a que sabía que habían robado los cuerpos del cementerio y uno de los más conocidos fue el de Asuma, pero desconocía que los cuerpos del matrimonio Annaisha también habían sido robados.

-- Si, te imaginarás, ver a Asuma, Kiara y Yarado intentando matarnos, tener que regresarlos al otro mundo, ver morir a la gente de la alianza, y luego, ver morir atravesado por estacas a quien fue tu compañero de equipo desde los doce años, es duro. Yún es de las personas que se guarda muchas cosas, pero esto la sobrepasa. --Shikamaru guardó sus manos en los bolsillos mientras hablaba, viendo a su padre.

Mientras tanto en la cocina, la madre de Shikamaru preparaba el té para la azabache, siendo esta quien estaba sentada, con la frente pegada a la mesa.

Cuando Yoshino se giró para entregarle la taza, sintió algo de pena al ver el estado en el que se encontraba, no quería ni imaginarse como se puso al enterarse de la muerte de Asuma.

Dejó cuidadosamente la taza sobre la mesa, alzando a la muchacha quien la miró con los ojos rojos por el llanto, causándole un nudo en la garganta a la Nara.

-- Yún, cariño, ya está el té. --La muchacha aclaró un poco su garganta, asintiendo con la cabeza.

-- Gracias, señora Yoshino. --Intentó dedicarle una pequeña sonrisa, tomando la taza entre sus manos para comenzar a beber el líquido, sorprendiendo a Yoshino debido a que estaba demasiado caliente, pero a la muchacha parecía no importarle.

-- Sólo dime Yoshino, cariño. --La mayor acarició la cabeza de la chica antes de salir de la cocina, encontrándose con su esposo y su hijo.-- Nunca creí que la vería así. Está... Hasta el fondo. --Lamentó la mujer, antes de ver como su hijo caminaba con decisión hacia la cocina, entrando para tomar la mano de su pareja.

El Nara prácticamente obligó a Yún a caminar. Ambos salieron de la casa bajo la atenta mirada de los padres del chico.

Caminaban en completo silencio, la chica estaba confundida por la repentina actitud que había tomado su novio, y él tenía un propósito fijo, subir un poco su ánimo.

Finalmente llegaron a un bosque, completamente desconocido para ella, pero para él, era como su segundo hogar.

-- Shikamaru, ¿Dónde estamos y qué hacemos aquí? --Cuestionó la muchacha viendo la espalda del Nara, antes de girar su cabeza hacia la derecha, encontrándose con un ciervo.

-- Estamos en el bosque del clan Nara. --Sus palabras causaron una gran sorpresa en ella, poco a poco se vieron rodeados por ciervos.-- No está permitido el paso a aquellos que no son del clan, por eso nos están rodeando, bueno, técnicamente a ti. --Yún estuvo por quejarse pero el azabache se lo impidió al tomar sus mejillas, uniendo sus labios.

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