𝘍𝘰𝘣𝘪𝘢 | 𝘚𝘦𝘶𝘯𝘨𝘣𝘪𝘯.

Viernes.

Viernes, al fin era viernes, podría ver a Chan después de tanto tiempo, lo había extrañado mucho, también lo había necesitado. Chan siempre fue una persona importante en su vida, siempre que tenía un problema o se sentía triste recurría a él, porque siempre tenía las palabras exactas, además de que los abrazos que el australiano daba eran sus favoritos, eran cálidos y recofortantes.

Él australiano le avisó que llegaría a eso de las 3 de la tarde, Changbin y Jeongin se habían ofrecido a ir a buscarlo, pero este se había negado completamente, diciendo que podia llegar solo. Solo les había pedido la dirección de la casa de los Yang.

Aun faltaba media hora para que Chan llegará, por lo que se puso a terminar de acomodar la habitación, cuando término bajo hacia la cocina, donde se encontraba Jeongin.

Cuando llego a la cocina vio al menor comiéndose uno de los pastelitos que la señora Yang había preparado para que compartieran con Chan y su acompañante, pero parece que Jeongin no se había podido resistir.

—¡Asi te quería agarrar pequeña rata! —gritó, Jeongin pego un grito del susto.

—¿¡Que haces estúpido!? ¡Casi me matas de un infarto! —exageró poniéndose una mano en el pecho.

—¡Tu mamá dijo que no te comas los pastelitos! ¿Y que estas haciendo? ¡Te los estas comiendo! —lo acusó apuntándole con el dedo.

—¡Es que no lo pude evitar! Se veían tan ricos. —dijo mirando el plato donde estaban los pastelitos de chocolate.

—¿Cuantos te comiste?

—Solo uno —Changbin lo miro con los ojos entre cerrados— te lo juro.

—Bien. Limpiate la boca, que te quedo chocolate y parece que tienes bigote.

Jeongin asintió y fue a limpiarse la boca, pensando en que debió decirle a Changbin que en realidad se había comido tres pastelitos, pero sabía que si lo hacía este lo hubiera perseguido por toda la casa con el cucharón, lo hizo por su cabeza.

.....

—¡Que me lo des Jeongin, yo lo agarre primero! —Changbin le gritaba a Jeongin mientras tironeaba del control.

—¡No! ¡sueltalo tú, yo lo tenía primero!

—¡Que me lo des pequeña rata!

—¡Que me dejes de decir así!

Ambos llevaban más de diez minutos peleándose por el control de la televisión, ninguno quería ceder, parecían dos nenes chiquitos peleando por un juguete, los gritos se escuchaban por toda la casa.

Gritaban tan fuerte que no se dieron cuenta que alguien llevaba tocando timbre hace más de cinco minutos.

—¡Seo Changbin! —gritó Chan desde el otro lado de la puerta.

Changbin y Jeongin se miraron unos segundos para después salir corriendo en dirección a la puerta ambos empezaron a empujarse para ver quien abría la puerta primero, los dos querían recibir a los invitados.

—¡Es mi amigo Jeongin, yo tengo que abrir!

—¡Pero es mi casa!