Dia Cero

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Aunque la cantidad de luz que iluminaba el interior de las estructuras blancas con dorado era menor debido a las horas nocturnas, la cafetería del dormitorio general estaba llena de luz y resplandecía en todas direcciones. Entre las múltiples mesas, una joven de diez años con sus cabellos oscuros hasta poco debajo de las orejas y mirada marrón claro caminaba rápidamente con una bandeja entre sus manos, esto con intensión de acercarse al sitio donde, dos mesas habían sido unidas para que su grupo usual de amigos pudieran sentarse juntos a hablar de todo lo que quisieran. Tras llegar, ella tomo asiento a la derecha de su amigo, un chico de su misma edad pero que, llamaba la atención con los cabellos decolorados, blancos como la nieve, cortos y con un estilo despeinados, así como por el mechón particular que cruzaba su frente hasta llegar al tabique de su nariz; su forma de saludad, un pequeño gruñido en su dirección, sin embargo, ella lo comprendió, siendo que no había tenido un buen día. Otra persona, está sentada en la silla opuesta a la propia, era otra chica también de su misma edad, sin embargo, a diferencia de su amigo de cabellos blancos, esta joven le saludo con una sonrisa amable y un destello de bienvenida en su mirada que recordaba al cobre, era una chica con cabellos rubios como el oro que rozaban la altura de sus hombros. Por otra parte, ocupando la silla a la izquierda de su amigo, había una mujer de veinte años, con unos cabellos naranjas que le hacían pensar en un cálido atardecer que, sin ningún esfuerzo, caían como cascada hasta llegarle a la media de su espalda, la mirada de la mujer, de un azul claro, era el complemente perfecto para aquellos cabellos de atardecer, sería la mujer quien alzaría la voz con un tono jovial

-¿Cómo están los pequeños del grupo?, ¿Quieres contarnos porque estas tan de malas, Derek?-

Al escuchar su nombre, el chico de cabellos blancos como la nieve chasqueo la lengua en señal de que, su disgusto, solo había aumentado en respuesta al entusiasmó de la mujer adulta, esto antes de limitarse a expresar

Derek-no nos llames pequeños, Rin. Es molesto-

A pesar de esto, la mujer simplemente mantuvo su sonrisa divertida de la situación, por otra parte, la niña de cabellos rubios como el oro y mirada cobre brillante, se encontraría riendo por lo bajo antes de aclarar, esperando que esto mejorara el humor de su amigo

-no se estaba refiriendo a tu altura, Derek, lo sabes. No tienes que molestarte-

-deberías escuchar a Lucy. Además, tu falta de estatura no tiene nada de malo-

Expreso con calma la chica de cabellos oscuros y mirar marrón claro defendiendo a su anterior amiga, esto último, antes de colocar su mano sobre el hombro de su amigo. Ante esto, el chico de cabellos blancos desviaría la mirada por unos segundos antes de responderle con disgusto

Derek-tu mides justo lo que se espera de una niña de diez años, Jessica. No esperes que me fie de tus palabras-

Ante la respuesta tan contarte, la niña de cabellos oscuros solo pudo negar con la cabeza mientras que, una sonrisa de resignación ocupaba su rostro, por esta razón y ante la clara tensión de sus amigos, la niña de cabellos rubios volvió a hablar

Lucy-por favor, estamos cenando. No quiero que empiecen a discutir-

Jessica/Derek-perdón Lucy-

Expresaron en dirección a la niña rubia que sonrió en respuesta, mientras que Rin, la mujer de cabellos naranjas, intento contener su risa, siendo capaz de sorprenderse al ver como Lucy, en sus diez años era capaz de controlar a todo el grupo... incluso a ella. Con la tensión ya mermada, otra mujer de veinte años, pero de cabellos castaños que rozaban la altura de su cintura con las puntas ligeramente rizadas y una mirada en tono azul rey, se encontró tomando asiento junto a Rin antes de expresar con su mirada reflejando un sutil regaño

Verdadera Naturaleza IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora