Custodia

80 15 0
                                    

Desde su posición, podía contemplar a Kagome custodiar del cachorro como jamás imaginó que la vería: después de ceder ante la chica y haber ido con Ayame, estaba casi seguro que él terminaría haciéndose cargo de aquel can, contribuyendo más de lo que la chica le había mencionado en un principio.

No obstante, y por primera vez, se había equivocado. Kagome había empezado a educar a aquel can con verdadera facilidad, como si el perro y ella pudieran entenderse con tanta facilidad. Aun así, debía darle algo de créditos a Yako. Quién parecía no sólo obedecer, sino también, ser capaz de ver los límites no marcados de aquel hogar: lo que Yako podía romper —porque eso pertenecía a Kagome y ella nunca le haría nada— y lo que ni siquiera debía tocar como lo eran sus pertenencias.

En todo el tiempo siempre había comparado a Kagome con una tormenta, desordenando todo lo que estaba a su alcance, incluso hasta llegar a alterarlo. Verla ahora custodiando a un cachorro, dando de sí para educarlo, era no solamente una imagen nueva, sino completamente contraria a todo lo que conocía.

Era un lado más tranquilo, como una suave brisa, de esas que disfrutas por las tardes cuando los deberes al fin tienen fin; aquella faceta le gustaba de igual manera, le cautivaba; le dejaba conocer un lado más de la chica con la que estaba compartiendo sus días, porque, aunque Kagome solamente estaba custodiando al can con tanto compromiso y amor, parte de sí estaba completamente seguro de que ella siempre había custodiado de aquella manera su corazón.

Porque este se encontraba en sus manos desde hace varios meses atrás; sólo después de quedarse con aquella imagen mental, pudo despegar su vista de aquel escenario, confiando que todo estaría bien. Y si no fuera así, sabía que ambos harían las cosas funcionar. Como siempre lo hicieron desde que los encuentros casuales se volvieron seguidos y sintieron que estaban en una sintonía mejor de lo que alguna vez pensaron.

Cuando se dieron cuenta que pasar el tiempo alejados, era de lejos, su deseo.

OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora