Lluvia

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La lluvia le había traído, desde que recordaba, cosas buenas. No obstante, parecía que su racha de buena suerte finalmente había terminado, impidiéndole regresar a casa aquella tarde y dejándolo encerrado con su familia en la casa de su padre. Aquella tarde para sorpresa de todos, el que insistió en reunirse fue su progenitor, pareciendo adoptar el espíritu familiar que Izayoi siempre había luchado por mantener en cada uno de ellos, sin éxito.

Ahora, al fin parecía haber un poco de cooperación. Su hermano y él no se negaron a asistir y estuvieron aquella tarde más relajados que de costumbre, tal vez, la diferencia radicaba en que su medio hermano parecía más pensativo que otros días y eso lo hacía mantenerse callado, cosa que alimentaba su buen humor más que otra cosa en aquel momento, aun así, parecía que no sería buena idea marcharse en ese momento.

—No los dejaré marchar con este clima —amenazó su madrastra con aquella voz autoritaria que solía usar con ambos cuando eran adolescentes. Ninguno debatió nada, ni siquiera Inu No se atrevió a hacer comentario alguno.

Todavía estaban en la mesa, sumergidos en un silencio agradable como pocas veces. Normalmente el silencio entre todos ellos era pesado, después de comentarios de InuYasha que él terminaba atacando o viceversa. Izayoi a veces parecía suspirar pensando que la relación de ambos jamás sería buena.

Finalmente, su hermano pareció salir de su profunda reflexión. —¿Por qué no vemos una película?

Todos parecieron estar de acuerdo y terminaron ocupando sus lugares antiguos en la sala, en lo que su padre y hermano discutían sobre qué película era mejor, él se acercó a la cocina junto a Izayoi a preparar las palomitas y algún pequeño aperitivo para después. En realidad, a Izayoi siempre le habían gustado las palomitas que él preparaba y Sesshōmaru lo sabía muy bien.

—Después de todo este día no ha sido tan malo —susurró ella, pero él no sabía si aquellas palabras habían sido dirigidas a él o solamente estaba hablando con ella. Pero en silencio, asintió, compartiendo aquel pensamiento.

OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora