Capítulo 42: "Corazones rotos"

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Una jovencita de cabello en puntas entraba furiosa a su casa llevando consigo una pequeña maleta.

No viajaste, dijo su hermana al verla entrar.

No cambiamos de opinión, decidimos quedarnos, ya tendremos tiempo para viajar en pareja cuando nos casemos, respondió Caulifa fingiendo una sonrisa mientras miraba a su hermana.

Claro, dijo Kale.

Bueno, voy a desempacar, acotó Caulifa, continuando su camino, mientras pensaba: Solo porque me conviene te seguiré tu mentira querido Gokú, no quiero quedar como una estúpida ante los ojos de mi hermana, tú para todos seguirás aquí.

En tanto:

En uno de los asientos de un tren, iba un apuesto joven de cabello alborotado mirando el paisaje a través de la ventana, al tiempo que pensaba: ¿Milk abra escuchado la voz de Caulifa?, aunque da lo mismo lo que ella piense, yo no le intereso, no le intereso, y ella tampoco debe interesarme, no debe interesarme.

Unas lágrimas brotaron de los ojos del apuesto joven y empezaron a humedecer sus mejillas, llamando la atención de la persona que compartía en asiento con él.

¿Le sucede algo jovencito?, dijo una pequeña mujer.

¡Eh! respondió Gokú, mientras llevaba sus manos a su rostro para limpiar sus humedecidas mejillas.

¿Tienes algún problema?, acotó la mujer.

No, no tengo ningún problema señora, dijo Gokú con firmeza, mientras su entristecido rostro cambiaba a uno totalmente serio.

Qué bueno, por un momento pensé que te sentías mal, acotó la mujer.

No señora, no me pasa nada, dijo Gokú al tiempo que sacaba unos audífonos del bolsillo de su chaqueta y se los colocaba en los oídos, para así dar por terminada la plática.

Estos muchachitos de ahora, no se dejan ayudar, pero a mí no me engaña, este apuesto jovencito lleva una carga emocional muy fuerte en su interior y ello le produce sufrimiento, pensaba la pequeña mujer mientras miraba con nostalgia al apuesto joven de cabello alborotado.

Departamento de Gokú:

Una entristecida pelinegra entraba a su habitación, mientras pensaba: Se fue con ella, se fue con ella, estará dos semanas con ella en otro pueblo.

A la mente de Milk vinieron imágenes de Gokú y Caulifa sonriendo de manera cómplice mientras se abrazaban.

La pelinegra llevó sus manos a la altura de su corazón y empezó a sollozar amargamente.

Horas después:

Una decaída pelinegra se encontraba en una pequeña cocina sirviéndose una taza de café, mientras pensaba: ¿Qué voy hacer dos semanas sin ti?, aunque casi no hablamos, tu sola presencia me hacía sentirme acompañada. ¿Y si voy con papá?, no, no puedo hacer ello, de seguro dejó vigilancia, además no sabría que decirle a papá, se supone que no tendría salida nuevamente.

La pelinegra tras terminar de servir su taza, la tomo y camino hacia la pequeña mesa que había en la cocina – comedor y tomó asiento en ella, al tiempo que su vista se posaba en uno de los asientos de la mesa, el asiento que siempre ocupaba su amor secreto.

A estas horas ya debes haber llegado a tu destino y hasta instalado con ella, pensaba Milk con nostalgia, mientras dejaba la taza en la mesa para que ella tome asiento.

Paoz:

Un agotado joven de cabello alborotado, tras más de 1 hora de caminata detenía sus pasos frente a una modesta cabaña.

TODO TIENE UN PRECIO EN LA VIDA Y EL MIO ES: TÚ AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora