Capítulo 5: "Los recuerdos continúan parte III: La maldad no conoce límites"

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Un joven de cabello alborotado que estaba conectado a múltiples equipos parpadeaba lentamente, mientras los equipos hacían sonidos extraños.

¿Qué me pasó?, ¿dónde estoy?, pensaba el joven mientras abría sus parparos a pesar del dolor que sentía. Me siento extraño, mi cuerpo pesa, tengo mucho dolor, siento que me falta el aire, ¿será que me estoy muriendo?, pensaba el joven mientras a pesar de que veía algo nublado con sus pupilas intentaba ver el lugar donde se encontraba, al tiempo que algunas imágenes venían a su mente.

¡Milk¡ Milk y yo caímos de la terraza de la casa de Jiren, si, ahora lo recuerdo, yo estaba furioso pues la muy ingrata a pesar de todos los esfuerzos que hice para que ella se enamorara de mí no lo hizo, no lo hizo, al contrario solo seguía causándome dolor con su estúpido amor por el idiota de Kakaroto, incluso ella lo beso en la fiesta de Jiren aprovechando un disfraz que llevaba puesto. Como odio al infeliz de Kakaroto, lo odio, lo odio, él nunca ha sido mejor que yo, nunca, por ello mi padre siempre me prefirió a mí, sin embargo, a pesar de lo tarugo que es pudo hacer lo que yo no he podido lograr "conquistarla", lo bueno es que él nunca sabrá que ella lo ama, yo no lo voy a permitir, si ella no es para mí no será tampoco de él, no lo será, no lo será, pensaba Black, al tiempo que sentía una extraña sensación dentro de él.

Fuera de la habitación:

Un par de jóvenes estaban sentados en una banca en completo silencio, cuando de repente uno de ellos dijo con nostalgia: ¡Gracias por convencer a papá de que se tome un descanso¡ lo necesitaba tanto como mamá, los pobres no se han movido de aquí desde que trajimos a Black.

No hay nada que agradecer Gokú, él al igual que mamá necesitaba descansar, creo que papá lo noto por ello accedió, yo no tuve mucho que ver, ya sabes papá es a veces muy terco con lo que cree, él solo cambia de opinión cuando él lo decide, Black saco esa terquedad de papá, por ello él siente orgullo de nuestro hermano pues heredó su carácter, respondió Raditz, con una ligera sonrisa en su rostro.

Si, tienes razón, aunque tú también tienes muchas cosas de él, por ello eres su segundo hijo preferido además eres el primogénito, dijo Gokú con nostalgia.

Gokú, no digas eso, papá también te quiere, eres también su hijo, una más de sus réplicas como dice el abuelo, aunque no tengas su carácter sino más el de mamá, tú Black son sus réplicas, y ello es suficiente para que papá te quiera mucho, respondió Raditz, dándole algunas palmadas en la espalda a su hermano.

Yo también quiero mucho a papá, pero me siento mal por no poder ser como él quiere, papá siempre dice que me falta carácter, que soy muy blando, y que mi manera de ser no vale para los negocios, dijo Gokú con nostalgia.

Cada quien es como es Gokú, y tú eres un gran hijo, un gran hermano y un gran amigo, respondió Raditz.

¡Gracias Raditz¡ dijo Gokú.

No hay nada que agradecer hermano, además un buen carácter también es bueno para la negociación y para el clima dentro de la empresa, a ti lo que te falta es involucrarte más en conocer más de los negocios de la familia, pero cuando gustes yo puedo enseñarte sobre el manejo de los negocios, de seguro a papá le dará una gran satisfacción ver que muestras interés en aprender de ellos como lo hacemos Black y yo, después de todo como papá dice será nuestro patrimonio hay que aprender del él, respondió Raditz con calma.

Si tienes razón, dijo Gokú, al tiempo una enfermera llegó al lugar donde el par de jóvenes entraban.

¡Buenas tardes¡ dijo la mujer interrumpiendo la plática de los jóvenes.

¡Buenas tardes¡ respondieron Gokú y Raditz a la vez.

Voy a colocarle sus medicamentos a su hermano, acoto la enfermera, mientras el par de jóvenes asentían.

TODO TIENE UN PRECIO EN LA VIDA Y EL MIO ES: TÚ AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora