Zugzwang

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He decidido que no voy a escribir ningún diario. Pone en peligro mi reputación. Voy a llevar un «registro». Será un tema serio: no habrá emociones; no habrá emoticonos; estará tan acribillado a viñetas como lo estuvieron las alas de los aviones de la Luftwaffe a partir del debut de la ametralladora Vickers K.

Tacho la palabra «Diario» de la portada; ahora no pone más que «Niceday». Luego borro con Tipp-Ex la palabra «day» y el palito de la izquierda de la «N» mayúscula. De modo que la cosa se queda en «Vice». Escribo mi nombre en el interior de la tapa. Y un anagrama siniestro de mi nombre: O evil treat[3].

Cuando sea muy viejo, repasaré mi registro y recordaré con claridad el sabor de la boca de una chica de quince años.

12-5-97
Palabra del día: infame, se caracteriza por llevar a cabo crímenes extremadamente brutales o crueles.

Querido Registro,

Toda la gente que he besado, últimamente:

• Arwen Slade: lleva aparatos en los dientes y es tremendamente fea. La besé en el autocar cuando fuimos de excursión a las cuevas de Dan-YrOgof. Acababa de zamparse media bolsa de platillos volantes. Su saliva sabía a monedas. Arwen se siente orgullosa de sus caries; tiene una por cada año de vida.

La mejor amiga de Arwen, Suzie, me contó que Arwen pensaba que, en una escala de besos del uno al diez, siendo el diez lo mejor, yo había obtenido un diez. Me preguntó cómo puntuaría yo el beso de Arwen. Para no herir los sentimientos de Arwen le dije que con un diez, aunque en realidad estaba pensando en un tres o un cuatro.

• Rhian Weld: Rhian Weld era una estrecha. Quise ayudarla a dejar de serlo. Fue después de una fiesta del colegio. Le dije que si lo hacíamos tenía que ser escondidos detrás de los cubos de basura de la cocina. Estaba nevando y yo tenía la circulación fatal. Recuerdo que ella cerró los ojos, sacó la lengua y se quedó esperando que yo hiciese lo mismo. Tenía la lengua azul de haber bebido zumo de grosella. Humeaba del frío. La rodeé con mis labios: la piruleta más horrible del mundo.

• Tom Jones: no el cantante. Era un amigo mío que el año pasado se fue a vivir a Brighton. Lo besé en una boda con la boca llena de volovanes. Podría haber dado perfectamente el pego como chica.

• Jordana Bevan: una especie de chantaje muy agradable. Su boca sabía a leche. En el colegio los chicos la llaman Banana celestial.

Puntos positivos de Jordana: nunca habla de sí misma. Podría, por lo tanto, ser cualquier cosa. Quizá sea fabiana. Esto la convertiría en una socialista que aboga por el cambio gradual. Tiene unos pechitos preciosos que no he llegado a tocar. Su moderada impopularidad facilita las cosas. Es una chica; ser visto en su compañía me hace más digno de aceptación a los ojos de mis compañeros. No conoce a mis padres. Mis padres no la conocen.

Puntos negativos de Jordana: cuando imita la voz de su antigua amiga Janet, parece mi madre; eso no es que sea obligatoriamente malo, pero cuando la besé y le miré los pechos me hizo sentirme incómodo. No es fabiana. Una pena. Tiene quince años y lo más seguro es que nunca haya oído ni siquiera hablar del socialismo. Soy demasiado joven para atarme. Quiero salir con muchas chicas. Jugar en muchos campos.

Otras cosas que son verdad:

• La madre de Jordana trabaja como vigilante: agente de seguridad en un museo público.

• A veces dicen que soy un pijo porque digo «mami» en vez de «mamá» y «abuelo» en vez de «viejo». No cuento a nadie que mi madre es de ascendencia inglesa.

• Si un grafólogo examinara mi escritura se percataría de que soy creativo, sensible y de que estoy destinado a alcanzar un cierto nivel de éxito.

Submarino, Joe DunthorneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora